Pito Perez

Bueno para empezar creo que en ese teatro son un poco impuntuales, pero la verdad valió la pena, ya que, esta obra tiene nuestro humor mexicano que nos distingue.

Al principio estaba algo escéptica con esta obra, pues para ser franca al escuchar el nombre de la obra principalmente la palabra pito, debo de ser sincera, me imaginaba que sería algo muy sexual y no estaba tan equivocada, aunque ciertamente lo sexual es lo que da el toque humorístico, por cierto muy bueno.

Tiene mucho sabor de México, narra las aventuras de un personaje llamado por todos Pito, Pito Pérez. Un hombre con una filosofía de la vida maravillosa...simple y al mismo tiempo grandioso.

A mi modo de ver la obra va en primera persona y quien nos narra la obra es el poeta, habla la manera en que conoce a dicho personaje, contándonos las cosas que Pito le platica-ba mientras se sentaban en el campanario de la iglesia del pueblo. Pito, un hombre simple, el loco del pueblo que sin du-da se gano mi admiración, al decir la verdad, pero creo que solo tenía ese valor cuando estaba borracho.

Pues esta frase fue la que más llamó mi atención, pues en cierta manera tiene mucha razón. “Y más locos que yo los que no ríen, ni lloran, ni beben por_-que son esclavos de inútiles respetos sociales. Prefiero a mi familia de chiflados y no a ése rebaño de hipócritas que me ven como animal raro porque no duermo en su majada, ni balo al

unísono de los otros.”

Dentro de sus aventuras y porque no de sus desventuras narra como la mala suerte lo persiguió desde niño, claro algunas personas también creen lo mismo, pero lo que le paso a él, es común encontrarlo todavía en los pueblos de nuestro país, ver como es arrebatada la educación de los niños, en su caso fue por falta de recursos y ser el menor de sus hermanos, por suerte yo no fui privada de la educación.

Al no poder estudiar su mamá lo metió de monaguillo, donde pienso comenzó su gusto por el alcohol, su primera tra-vesura fue el robarse las limosnas de la iglesi

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a, acusado de ser él el culpable, cuándo solo fue un simple cómplice, pues de-cían que si el padre puede ellos también podían, este suceso me dio mucha risa, ya que, lamentablemente esto es cierto y pasa casi en todas la iglesias y uno no hace nada por detener al padre.

En su juventud el amor no le sonrió pues su novia lo dejo por su hermano, así de simple, conociendo así lo que es el de-samor y su hermano tal vez para darle animo le dice esta frase que me gusto.

“_Llora cuanto quieras, que el amor se deshace con lágrimas”_

Y al final simplemente deja de aparecer en el campanario de la iglesia, dejándome una gran incógnita, ¿Qué habrá sido del conocido Pito Pérez?

Sin

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