Platon Vision Mujer Y Hombre
Enviado por nipiter • 10 de Diciembre de 2012 • 552 Palabras (3 Páginas) • 726 Visitas
En los inicios del libro V, Sócrates y sus interlocutores siguen analizando el tema de la injusticia tal como había sido tratado a finales del libro IV. Allí, como hemos visto, Sócrates había hecho referencia a una forma justa de gobierno (reino-aristocracia) y, de ello, deduce ahora que deberían ser malas y viciosas los otros tipos de organización política o de disposición de caracteres de las almas individuales. Cuando se disponía a enumerar esas formas de gobierno injusto, Polemarco se dirije hacia Adimanto y, cogiéndolo de la parte superior del manto, le sugiere al oido que posiblemente fuera mejor levantar la sesión. Adimanto responde con un no rotundo y ruega a Sócrates que continúe con la reunión aunque, en vez de continuar con el análisis de la esencia de injusticia y los modos injustos de gobierno a nivel colectivo e individual, plantea tratar antes un tema que, aunque Sócrates ha citado anteriormente, habría sido tratado de un modo muy ligero y superficial. El tema es aquel que hace referencia a las mujeres y a los hijos de los guardianes en tanto en cuanto deberían de ser comunes. Y es, señala Adimanto, todos los presentes necesitan algún tipo de aclaración que nos muestre en que consiste tal comunidad pues hace ya tiempo que venimos esperando y pensando que ibas a decir algo sobre cómo será la procreación de descendientes, la educación de éstos una vez nacidos y, en una palabra, esa comunidad de mujeres e hijos. Todos los presentes – incluido el mismo Trasímaco - se muestran partidarios en seguir con la discusión.
Sócrates protesta amablemente ante tal propuesta señalando que echan de nuevo sobre sus espaldas una discusión sobre la ciudad que ya parecía superada. Afirma que ya estaba contento por haber salido de ese punto; y ahora quieren volver a él sin saber qué enjambre de cuestiones se pueden levantar con ello. Glaucón le ruega que en modo alguno desista de decir lo que le parezca sobre las preguntas que puedan hacerle. Le pide que explique qué clase de comunidad se establecerá entre nuestros guardianes, por lo que toca a las mujeres y a los hijos, y cómo se criará a éstos mientras sean aún pequeños, en el período intermedio entre el nacimiento y el comienzo de la educación, durante el cual parece ser más penosa que nunca su crianza. Sócrates responde que no es tan fácil analizar todo lo que Adimanto plantea y que le da reparo tocas esas cosas ya que puede parecer que solicita con ello aspiraciones quiméricas. Adimanto lo anima de nuevo a que siga. Sócrates replica que con las muestras de animo lo que logra es todo lo contrario. Y es que si tuviera fe en la certeza de lo que va a decir, entonces bien le vendrían las muestras de animo. Ahora bien, al tener que disertar sobre algo acerca de lo cual se duda e investiga, no valen para nada las muestras de animo ya que puede arrastar a equivocarse no solamente a él sino tambien a sus amigos y discípulos. Suplica a Adrastea
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