Visión Del Hombre
Enviado por antoniog63 • 7 de Mayo de 2014 • 1.614 Palabras (7 Páginas) • 266 Visitas
VISIÓN DEL SER HUMANO
La interpretación de la existencia del ser humano está en parte determinada por la Antropología Filosófica que muestra y quiere dar sentido a su vida y la dirección en la que tiene que realizarse. La vida, como decía Ortega y Gasset, tiene que conocerse y asumirse para saber a qué atenernos. La vida no es un concepto es algo que se tiene que ir construyendo, por lo tanto, tú eres el artífice de tu vida, el primer principio de la vida es el movimiento, la vida es movimiento por eso se hace a través de los desafíos, metas conquistadas, derrotas, fracasos, logros, etc. Y no podemos dejar a un lado los compañeros que están presentes a lo largo de la historia del ser humano. Estos son los grandes cuestionamientos que resuenan a la conciencia:
¿Quién soy yo? ¿Qué es el ser humano? ¿Por qué existo? ¿Para qué existo? ¿Cuál es el fin último de mi existencia? ¿Qué sentido tiene vivir mi vida? ¿Realmente soy feliz? Todos estos interrogantes han sido en todas las épocas y en todos los niveles de cultura, bajo formas y medidas diversas, los inseparables compañeros de viaje del ser humano. Hoy se plantean con mayor urgencia a la conciencia de todo el que quiere vivir su existencia de un modo verdaderamente humano, responsable y sensato.
Por lo tanto, no ha perdido su veracidad y su consistencia la frase que se encontraba en el pórtico de Delfos en la ciudad de Atenas: Conócete a ti mismo. Decía Tales de Mileto: lo más difícil es el conocimiento de sí mismo y lo más fácil es dar consejos. Creo que lo más complicado es el conocimiento de sí mismo, nunca nos dejamos de conocer, por eso en ocasiones cometemos ciertas cosas que nos sorprenden, porque no podemos imaginar que las hayamos realizado.
A primera vista da la impresión de que la humanidad en el momento presente de la historia está más madura para dar una respuesta a estos interrogantes que en los tiempos pasados. En efecto, nunca ha sido tan amplio y tan especializado como hoy el desarrollo de las ciencias del hombre: biología, fisiología, medicina, psicología, sociología, economía, política, etc., que intentan aclarar la enorme complejidad del comportamiento humano y proporcionar los instrumentos necesarios y utilizables para regular la vida del ser humano.
Sobre todo se comprueba que el aumento vertiginoso de los conocimientos técnicos y analíticos de la existencia humana y el progresivo perderse por entre los laberintos de las especializaciones van acompañados de una creciente incertidumbre respecto a lo que constituye el ser profundo y último del ser humano. Quizás estemos asistiendo actualmente a la más amplia crisis de identidad que ha atravesado nunca el ser humano, crisis en la que se ponen en discusión o quedan marginados muchos de los fundamentos seculares de la existencia. Las palabras que escribió hace casi medio siglo Max Scheler no parecen haber perdido su actualidad:
“En la historia de más de diez mil años somos nosotros la primera época en que el hombre se ha convertido para sí mismo radical y universalmente en un ser problemático; el hombre ya no sabe lo que es y se da cuenta de que no lo sabe. Solamente haciendo tabla rasa de todas las tradiciones referentes a sus problemas, contemplando con sumo rigor metodológico y con extrema maravilla a ese ser que se llama hombre, se podrá llegar nuevamente a unos juicios debidamente fundados”.
Martín Heidegger, hablando de la Antropología de Kant, hace eco a estas palabras de Scheler:
“Ninguna época ha sabido conquistar tantos y tan variados conocimientos sobre el hombre como la nuestra… Sin embargo, ninguna época ha conocido al hombre tan poco como la nuestra. En ninguna época el hombre se ha hecho tan problemático como en la nuestra”.
La misma idea, en términos más o menos idénticos, es la que expone Gabriel Marcel cuando toma al hombre de las chabolas, desheredado y marginado de la cultura moderna, como modelo del hombre contemporáneo que no sabe ya quién es y para qué existe.
En este contexto de pérdida de identidad, de incertidumbre y desconcierto respecto a la imagen del ser humano, la reflexión crítica y sistemática, sobre el ser humano y sobre su significado se convierte en una de las tareas más urgentes de nuestro tiempo. A continuación presentaré algunas formas de vivir la propia existencia.
1. FRUSTRACIÓN Y DESILUSIÓN
Muchos seres humanos viven absortos en sus empresas exteriores o en la superficialidad de una vida de masa que se muestra poco inclinada a la reflexión. Solamente entran dentro de sí en el choque con la realidad, esto es, en la experiencia de una frustración, del fracaso o de la derrota. El infortunio, un accidente de tráfico, la muerte de los padres, de la esposa o de un hijo, la guerra, el genocidio, los campos de concentración… nos arrancan cruelmente de la dispersión para ponernos frente al problema del significado fundamental
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