Positivismo
Enviado por karinamiranda • 24 de Noviembre de 2014 • 1.094 Palabras (5 Páginas) • 369 Visitas
El positivismo es una corriente de pensamiento filosófico, científico, de explicar cómo es el conocimiento que llamamos científico y de qué manera debe hacerse la ciencia para decir que los resultados corresponden a la verdad de lo que se busca.
El positivismo es la corriente filosófica creada por el francés Augusto Comte según la cual las ciencias positivas nos permiten conocer con objetividad los hechos por medio de las leyes que éstas descubren. Escobar Valenzuela (2004).
Qué ha pasado con el positivismo desde la propuesta de Augusto Comte de que sólo se considerara como científico lo que pudiera ser observado y experimentado?
En la segunda mitad del siglo XIX, el positivismo tuvo influencia notable en América del Sur; sobre todo en Brasil.
El positivismo en su desarrollo alcanza hasta nuestros días, sigue siendo la misma concepción de observación y experimentación, el problema se centra en la actualidad en los sistemas para medir y en cuál es la realidad.
En México fue la base de la reforma educativa emprendida por Gabino Barreda durante el gobierno de Benito Juárez; concretamente en el Plan de estudios de la Escuela Preparatoria. Todavía el modelo de ciencia del proyecto de Barreda sigue operando en el sistema educativo a nivel de estudios medios superiores.
ORIGEN DE LA FILOSOFÍA
La afirmación precedente puede sorprender, pero no debe entenderse como una crítica a la filosofía. También las civilizaciones atraviesan un período de esplendor antes de iniciar su decadencia: a nadie asombra hoy la desaparición del imperio romano, pero es seguro que muchos de sus ciudadanos contemplaron su caída con estupor recordando glorias pasadas, entre las que, no obstante, hubieran podido hallar alguna de las causas de su desplome.
De forma análoga es más que posible que la filosofía, debido a las circunstancias en las que nació, llevara en sí misma el germen de sus futuras limitaciones. En efecto, los sistemas filosóficos clásicos surgieron exclusivamente –no podía ser de otro modo– de la pura reflexión e introspección del filósofo, ambas inevitablemente motivadas y condicionadas por lo que podría llamarse su experiencia vital, diferente para cada persona. Esto explica la aparición de distintos sistemas filosóficos según las épocas, culturas y, por supuesto, los propios filósofos. Esa experiencia vital tiene dos vertientes, social y natural, resultado de nuestra interacción con los demás seres humanos (incluyendo educación y formación) y con la naturaleza. Puesto que las ideas de las personas dependen de su experiencia vital –tanto más acusadamente cuanto más estrecha es– no es sorprendente que la filosofía que construyeran dependiera de ella.
En su componente natural (no social), la experiencia vital ha estado, hasta hace bien poco, severamente restringida por las limitaciones de nuestros sentidos. Sólo desde Galileo, en el siglo XVII, éstos han sido complementados por instrumentos capaces de percibir aspectos de la naturaleza antes inalcanzables e insospechados, por lo que cabe decir que la filosofía tradicional ha ignorado aspectos esenciales de aquélla.
Por otra parte, la componente humana y social de la experiencia vital siempre estuvo presente en la génesis de la filosofía, pero también aquí ha sido ajena, en gran parte, al conocimiento científico. Los sucesores de Platón y Aristóteles deben –o deberían– enfrentarse hoy con los rudimentos de la fisiología, la etología, la psicología evolutiva, las redes neuronales, y quién sabe si hasta con
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