Presunto culpable

nte la ley de Herodes

Ensayo sobre "Presunto culpable" de Roberto Hernández y Layda Negrete

Presentado por: Iván Torres.

Ante un esfuerzo por evidenciar el sistema de justicia mexicano, un par de abogados lo documentan en video y lo difunden a nivel nacional. En el momento que lo vi se hicieron patentes los comentarios que había escuchado en los medios de comunicación masiva. Desde un ºEs un esfuerzo aplaudible º, hasta el ºNo debe quedarse asíª iban tomando un seguidor más en las filas de la protesta.

El documental hace evidente la premisa que rige los esquemas de acción del sistema penitenciario mexicano, o al menos capitalino. La ley de Herodes es la que opera dentro de la cabeza de la policía judicial y del ministerio en el momento en que se captura a alguien, el cual desde que es señalado, ya es culpable.

Es muy interesante ver uno a uno, los comportamientos y las actitudes de cada uno de los participantes en la filmación. ºToñoª el afectado es hombre de fuerza física y espiritual, pero al final hombre que se quiebra ante las circunstancias inmediatas. ºEvaª la novia es mujer de gran fe, de gigantesco corazón. Los abogados son gente dolida y crítica que buscan no hacer de las malas situaciones del país un cotidiano ignorable, parte del entorno. El abogado defensor es un hombre que cree en la justicia y en la inocencia, más que en la culpabilidad. El acusador es un chamaco con miedo y poca formación intelectual y moral. El judicial y la abogada de oficio que acusa, solo hacen su chamba, con las actitudes que les exige la ley de Herodes. Y que decir del juez que jamás trabaja a nivel consciente. Este ha sido un semblante de mis percepciones de los personajes de la terrible novela que vi en la cinta.

Es interesante captar el esquema de operación cognitivo del sistema penitenciario. Tras una premisa conductista que los hace actores pasivos de respuestas confluyentes, cual robots programados; son cuerpos sin alma y sin entendimiento que accionan al momento de encontrar el pretexto para hacerse del mejor pan al que pueden aspirar al día. Pareciera que el fin en su sistema justifica los medios. En cambio la gente común que deambula por las calles reconoce fácilmente que el fin no justifica los medios, sino al contrario, los medios justifican el fin. Pues al final el pan que se puede o no recibir, no trasciende por el polvo de oro que pueda tener encima, sino por el significado y la situación en que se come. Bajo ésta observación creo que se define en encuentro entre ambos polos. Ambos cerrados y con posturas tan válidas que se siguen vigentes, o espero seguían vigentes hasta la conciencia de este caso. ¿Qué pasaría si la el esquema primario fuera constructivo?

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