Principales corrientes en la filosofía contemporánea
Enviado por latriana • 14 de Agosto de 2019 • Síntesis • 3.451 Palabras (14 Páginas) • 350 Visitas
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Principales corrientes en la filosofía contemporánea
Luis Alberto Triana Llano, Universidad Nacional Abierta y a Distancia – Julio 16 de 2019. Medellín, Colombia.
Resumen – Se indican las principales corrientes filosóficas contemporáneas, dejando entrever la relación que existe entre ellas, partiendo del positivismo y su relación con el marxismo, se continúa con el vitalismo para finalizar con el existencialismo y la posición defendida por Sartre en el sentido que este último es un humanismo.
Palabras Claves – Positivismo, marxismo, existencialismo, vitalismo, humanismo.
Introducción
La filosofía no se ha construido de manera lineal ni de manera independiente, siempre una corriente está influenciada y generalmente es respuesta a otra, se parte en este artículo del consenso que reconoce a la filosofía contemporánea como aquella que se ha realizado desde el positivismo hasta nuestros días. Si vamos a la etimología, esto se hace mas evidente, dado que contemporáneo, tiene raíces latinas (con -junto-, tempus -tiempo- y aneo -relación-), se afirma que es aquella que se hace en relación (o a la par) con nuestro tiempo, por razones espacio temporales, se hace referencia a las corrientes mas importantes y dentro de ellas a sus elementos mas representativos.
Las Corrientes Filosóficas
El Positivismo
En esta corriente, se considera que el conocimiento, para que sea tal, únicamente es, si es conocimiento científico y que tal conocimiento solamente puede surgir de comprobación de las hipótesis a través del método científico. El positivismo surge en Francia a inicios del siglo XIX de la mano del pensador francés Saint-Simon, de Auguste Comte, y del británico John Stuart Mill y se extiende y desarrolla por el resto de Europa en la segunda mitad del siglo XIX. El positivismo pretende prestar atención a los hechos, pues solo desde ellos puede darse una comprensión científica de la realidad. Comte desarrolla una teoría de los estadíos en la que argumenta que a lo largo de la historia las sociedades pasan por tres períodos: a) Estadio teológico, en el que para explicar la realidad la humanidad recurre a entidades sobrenaturales, como dioses y espíritus. b) Estadio filosófico, en el que dicha explicación se realiza a través de conceptos abstractos de carácter no científico c) Estadio positivo, en el que los seres humanos damos una explicación científica de la realidad.
El marxismo
Este modelo teórico explicativo de la realidad, compuesto principalmente por el pensamiento desarrollado por Karl Marx, filósofo, sociólogo, periodista y revolucionario alemán. La noción de clase no tiene sentido para Marx, si no va unida al antagonismo, a la oposición: la clase es clase porque se opone a otra con la que tiene intereses contrapuestos: burgueses y proletarios. El antagonismo, el conflicto de intereses constituyen la noción de clase. Si tienen los mismos intereses económicos es porque tienen la misma situación social. Los intereses económicos y de situación social son las condiciones necesarias para convertirse en clase pero no suficientes ya que es necesario que se reúnan en lucha contra otra clase. Toda la Historia es manifestación, expresión de la lucha de clases, siendo, para Marx la sustancialidad misma del acontecimiento histórico. La lucha de clases se ha producido a lo largo de toda la historia: Señores – esclavos. Nobles – siervos. Burguesía – proletariado. Uno de los aspectos fundamentales del ser humano es el trabajo: decide qué quiere hacer y transforma la realidad. Pero el hombre está alienado: separado del producto de su trabajo. A causa de que una clase es dueña de los medios de producción –las fábricas- es decir a causa de la propiedad privada, el resto tiene que vender su tiempo, su vida por obligación para subsistir. El obrero está separado, alienado del producto de su trabajo y por tanto de su vida: el tiempo que ha puesto en lo que produce no es suyo, lo ha vendido al burgués. La sociedad comunista abolirá la división del trabajo y ofrecerá a todos la posibilidad de ejercitar sucesivamente la diversidad de actividades posibles. Esta será la función de la lucha de clases: es tarea de los proletarios superar esta alienación aboliendo la propiedad burguesa, expropiando a los expropiadores, colectivizando los medios de producción. Es un paso necesario hacia una sociedad sin propiedad privada ni clases, sin división del trabajo, sin alienación y sin Estado.
El positivismo y el marxismo
Si bien Marx y los positivistas coinciden en que existen leyes universales, para Marx éstas no se encuentran solamente en los hechos sociales, ni en la simple generalización de hechos particulares, sino que tienen su base en la filosofía. Para Marx la raíz del entendimiento científico tiene su origen en la filosofía, pues sólo si se adopta una adecuada concepción del mundo se lo podrá comprender; es decir no basta con observar hechos sociales y analizarlos, sino en adoptar una concepción materialista y dialéctica que afirme que la realidad existe independientemente de la consciencia, que ésta no ha sido por nadie creada, que todo lo que hay en el mundo es materia en movimiento y que su forma de desarrollo y transformación es dialéctica, basada en las contradicciones subyacentes de cada proceso o fenómeno. El método de conocimiento para el positivismo es el hipotético-deductivo, mientras que para el marxismo el método del conocimiento es dialéctico.
Una diferencia notable es que el positivismo tradicional no es dialéctico, es utilitario, constata los hechos, pero no cuestiona el porqué de los hechos; Marx usa como soporte la dialéctica Hegeliana para su método científico, puesto que Marx consideró que el positivismo era insuficiente al no considerar la condición humana; por lo que afirma que su visión es más completa, es superior, incluso científicamente, dado que se entiende el mundo como parte constitutiva del mismo y bajo un sentido influido por la manera de entenderlo, eso lleva a Marx a indagar y entender el mundo desde la praxis social; es desde la visión de una historia total (social, económica y política) toma al hombre como producto de su medio y como generador de ese medio social. Sin embargo, al estudiarnos en este medio social, este estudio se ve influenciado por todos nuestros saberes previos, nuestros juicios y prejuicios, por la historia, por la sociología, por la psicología, por el lenguaje y por supuesto, por la filosofía, lo que hace que no haya una visión pura y objetiva, lo que para Marx es la enajenación, como ejemplo, tenemos el concepto de «Dios», que, como todos los conceptos, es una invención del hombre, pero éste se ha rendido ante su propia invención y ahora vive enajenado en ella. Esta enajenación se da cuando el lenguaje dominante da por sentado (aceptamos) ciertas condiciones sociales partiendo de premisas falsas o indemostrables o con explicaciones falaces con el fin de justificar formas sociales que ayudan a los intereses de las clases dominantes (que imponen por medio del poder el discurso dominante, enajenante); como ya se indicó up supra la visión del mundo está influenciada por quien la “ve”, de allí que no haya una verdad pura, que no hayan discursos esencialmente verdaderos, que la verdad sea lo que el discursos dominante y el consenso de la época acuerden; lo verdadero es aquello que se impone (por fuerza o convencimiento) a los demás. Este discurso dominante (un tipo particular del lenguaje) determina nuestra forma de pensar sobre el mundo y sobre nosotros mismos; el filósofo de Trier consideró que su discurso podría salirse de los engaños del discurso dominante; buscando un cambio social pasando de la teoría a la práctica, así su modelo no fuese infalible o irrefutable filosóficamente y lo hace porque pensaba que tenía razón.
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