Problemas De Agencia De Publicidad
Enviado por TheGJerryy • 10 de Febrero de 2013 • 2.264 Palabras (10 Páginas) • 741 Visitas
Problemas y propuestas de agencias de publicidad
En este momento el mundo atraviesa por algo grave, están agotándose los recursos de nuestro planeta, como combatir esto y satisfacer nuestras necesidades humanas, hay muchas propuestas y las agencias de publicidad las promueven, si bien no siempre lo practica, lo dan a conocer y concientizan a las personas sobre este grave problema con el cual se enfrenta la humanidad.
Lluvia de ideas:
El utilizar materiales reciclables a precio razonable a la venta.
Bajar el precio de automóviles híbridos y aumento de producción.
Sanciones a fábricas contaminantes.
Emplear el tren bala eléctrico.
Construcción de edificios, que no ocupen mucho espacio y sean altos y que se darán empleos y no dañaríamos a la naturaleza.
Conocemos:
-¿Qué es el problema?
-¿Cómo se causó?
-Posibles soluciones.
-Consecuencias.
No conocemos:
-La solución final
-¿Cuánto tiempo queda?
-¿Dónde conseguimos ciertos materiales?
¿Qué debemos hacer?
Utilizar materiales reciclables
Dar a conocer el mensaje.
Intentar hacer tamaño de letra pequeño y no gastar muchas hojas.
El Problema esta claro es como mantener el desarrollo sustentable, Algunas propuestas son estas:
1. Necesidad de una gobernanza mundial adecuada y democrática
Uno de los prerrequisitos de la reforma es la democratización de las relaciones e instituciones internacionales, de modo que el Sur pueda asumir un papel más activo en la toma de decisiones y que también se tengan en cuenta las inquietudes de la sociedad civil.
Los principales actores económicos del mundo son las compañías transnacionales, los bancos internacionales, el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Organización Mundial de Comercio (OMC). Sus actividades deberían volverse mucho más transparentes para la opinión pública, así como para los gobiernos.
2. Reconstruir el papel de la ONU
Habría que darle a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y todas sus agencias -el foro internacional más democrático y universal- la oportunidad y los recursos necesarios para mantener su identidad, reafirmar su objetivo de desarrollo y reforzar sus programas y actividades. Habría que revertir la tendencia actual a debilitar la participación de dicho organismo en cuestiones económicas y sociales, dejando el protagonismo a las instituciones de Bretton Woods y la OMC.
En particular, los países del Norte, cuyo compromiso con la ONU ha disminuido, deberían cambiar de parecer y defender su indispensable rol de activista por la igualdad social, el desarrollo y el medio ambiente, en pleno proceso de cambio mundial. La ONU podría, al menos, actuar como contrapeso del enfoque de laissez faire del FMI, el Banco Mundial y la OMC.
La ONU puede brindar una "red de seguridad" más fuerte y complementaria, pero además debe luchar contra las causas principales de pobreza, desigualdad, tensiones sociales y desarrollo insustentable. Cuánto más actúe en esos terrenos, más "espacio" habrá para los países en desarrollo y el desarrollo sustentable.
Las agencias de la ONU -y la propia Secretaría General- deberían estar alertas para no sufrir la influencia del laissez faire que defienden las fuerzas políticas conservadoras, ni sentirse satisfechas teniendo un papel meramente secundario como encargadas de aliviar los efectos sociales adversos de las políticas de liberalización que promueven otras agencias. La ONU debería mantenerse fiel a su misión de promover el desarrollo sustentable y la justicia para los pueblos del mundo, para no perder su credibilidad y razón de existir. Por ese motivo, el actual énfasis en la "asociación con las empresas" resulta muy inquietante.
3. Reformar el sistema económico mundial para beneficiar al Sur
La reforma del sistema económico mundial es esencial para ganar la batalla a favor del desarrollo sustentable. También es fundamental revertir el actual flujo financiero y real entre el Sur y el Norte. De lo contrario, será muy difícil –si no imposible- que los países del Sur implementen políticas de desarrollo sustentable acertadamente, más allá de que lo deseen.
Habría que empezar por reformular los términos comerciales pobres y deteriorados con que el Sur exporta sus productos básicos, que son la causa de la falta de divisas e ingresos que se registran en el mundo en desarrollo.
Para rectificar las injusticias de dichos términos comerciales, así como para subsanar el agotamiento de los recursos, se podría aumentar significativamente el precio de la materia prima, a fin de reflejar su costo en términos reales y ecológicos. Esto podría exigir una nueva ronda de acuerdos sobre productos básicos u otros mecanismos, además de ampliar el papel de la UNCTAD y otras agencias de la ONU encargadas de ayudar a los países en desarrollo. Otra área a reformar es la de la deuda externa, que representa una carga enorme para los países en desarrollo pobres y de ingreso medio. Las deudas de los países menos adelantados y otros países pobres deberían anularse, de modo de permitir que sus economías puedan volver a empezar desde un punto cero. La crisis financiera que involucró las importantes deudas externas del sudeste asiático subrayó la necesidad de que los países del Sur eviten caer en el pozo del endeudamiento. Es importante encontrar una solución justa al problema de la deuda, de modo que las economías del mundo en desarrollo no sigan siendo exprimidas y se amplíen sus opciones para el futuro.
En el área de inversiones y tecnología, a principios de los años 90 se echaron por la borda décadas de esfuerzo por establecer códigos de conducta para las empresas transnacionales y la transferencia de tecnología. Ahora, los países del Norte intentan crear un acuerdo multilateral sobre inversiones, a cargo de la OMC, luego del fracaso de su pretensión de ponerlo en marcha en el marco de la OCDE.
Las reglas de inversión que pretenden instaurar los países del Norte casi no dejan opciones reales a los países en desarrollo en cuanto a la implementación de medidas sobre inversión estratégica y cuestiones de desarrollo. Por lo tanto, los países del Sur deberían ejercer sus derechos de membresía y no permitir que la OMC negocie normas de inversión. Habría que reconocer, en cambio, el derecho del Sur a determinar sus propias políticas económicas y a tener control sobre sus recursos naturales. Esto incluye
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