¿Qué es más importante el amor o el trabajo?.

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¿Qué es más importante el amor o el trabajo?

El trabajo, un obstáculo de muchos que existen para tener una relación buena y estable.

Muchas veces la falta de dinero nos impide hacer bastantes cosas una de ellas mantener una relación y una familia, o en otros términos una relación de trabajo o conveniencia hace que estemos con las personas incorrectas eso sucede en la obra de teatro y la película que se está comparando. Al final el trabajo fue uno de las causas para terminar las relaciones.

Una persona que quiere tener una familia tiene que tener en cuenta que necesita algo más que amor para poder mantenerse esa persona, y a su familia, algunas veces tienen que ir a otros lugares para buscar mejores oportunidades ya que en el lugar donde viven no las hay o hay mejores en otros lugares y tienen que separarse de sus seres queridos para poder ir por mejores oportunidades para esa persona y su familia, pero hay que tener en cuenta a que se va y no olvidar la razón por la que están en esos lugares.

Hay personas que no necesariamente quieren tener una familia, y buscan trabajo para mantener a esa familia muchas personas son independientes y buscan trabajo para que ellas mismas puedan vivir bien y darse mejores oportunidades, a veces las personas utilizan el amor para tener mejores oportunidades de trabajo en sus vidas, probablemente es algo inapropiado ya que se juega con los sentimientos de las personas.

En la obra de teatro Doña Rosita la soltera el primo de Rosita, su amado, se va ya que necesita ir a trabajar con su padre. Porque tiene que tener algo productivo que hacer en su vida y para poder mantener a Rosita, pero termina olvidandose de ella y casandose con alguien más y teniendo una familia.

Doña Rosita la soltera habla sobre la vida amorosa de Rosita una joven mujer que vive con sus dos tíos, y el ama la señora que les ayuda. Amorosa ya que está enamorada de su primo y el también de ella pero una tragedia sucede y el primo se tiene que ir a trabajar con sus padres, y dejar a Rosita.

(TÍA. (Lee.) Claro, si es lo natural. Por eso me opuse a tus relaciones con Rosita. Yo sabía que más tarde o más temprano te tendrías que marchar con tus padres. ¡Y que es ahí al lado! Cuarenta días de viaje hacen falta para llegar a Tucumán. Si fuera hombre y joven, te cruzaría la cara.

SOBRINO. Yo no tengo culpa de querer a mi prima. ¿Se imagina usted que me voy con gusto? Precisamente quiero quedarme aquí y a eso vengo.

TÍA. ¡Quedarte! ¡Quedarte! Tu deber es irte. Son muchas leguas de hacienda y tu padre está viejo. Soy yo la que te tiene que obligar a que tomes el vapor. Pero a mí me dejas la vida amargada. De tu prima no quiero acordarme. Vas a clavar una flecha con cintas moradas sobre su corazón. Ahora se enterará de que las telas no sólo sirven para hacer flores sino para empapar lágrimas.

SOBRINO. ¿Qué me aconseja usted?

TÍA. Que te vayas. Piensa que tu padre es hermano mío. Aquí no eres más que un paseante de los jardinillos y allí serás un labrador.) (García Lorca, 1935)

Pero el primo le promete una cosa regresar por ella, regresar y casarse ya que él se va por servir a sus padres y para crecer y tener más que ofrecerle a Rosita, ya que sus tíos no la dejan casarse con él porque no tiene mucho que ofrecerle.

PRIMO. He de volver, prima mía, para llevarte a mi lado en barco de oro cuajado con las velas de alegría; luz y sombra, noche y día, sólo pensaré en quererte. (García Lorca, 1935)

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