Reflexión Sobre "El Valor De La Filosofía", De Bertrand Russell

¿Cuál es el verdadero valor de la filosofía? ¿Es aplicable a la vida diaria? Nunca me lo había preguntado, quizá por el simple hecho de que toda mi vida he estado sujeta a otras ciencias que me han dado las respuestas que buscaba. O tal vez no lo había pensado antes porque rara vez he aplicado algo de filosofía a mi diario vivir. Sin embargo, creo que la filosofía es muy valiosa para el ser humano. Lo que sucede, es que muy pocos conocemos el verdadero significado de esta maravillosa ciencia, a la cual si dedicáramos más tiempo, se convertiría en una poderosa herramienta para encontrar lo que al hombre se le dificulta mucho (y me parece más en estos tiempos que en ningún otro): la libertad. Nos hemos olvidado que la libertad más importante es la de espíritu. Para ello, la filosofía nos invita a despojarnos de lo material, a ver más allá y darnos cuenta que no solo prescindimos de satisfacer numerosas necesidades físicas, sino también espirituales. Es aquí, cuando vamos descubriendo el valor que posee la filosofía.

Como ya sabemos, la filosofía significa amor a la sabiduría, la totalidad del conocimiento. A diferencia de las demás ciencias, la filosofía no puede decirnos con exactitud, que la razón por la que influimos en lo que nos rodea y viceversa, es dos más dos. No. La filosofía es la única que no podría responder concretamente a una interrogante, porque esta no cesa de indagar, verlo revés y derecho por así llamarlo, lo que observa, analiza esta misma. No puede darnos la respuesta que ‘queremos’, es decir algo conciso, seguro, porque toma en cuenta todo cuánto pueda y tenga que ver con lo que deseamos conocer. Es por ello que la filosofía puede ser muy beneficiosa para nosotros. Si llegamos a comprenderla, la filosofía se encuentra dentro de los mayores bienes para el espíritu. ¿Pero cómo es que funciona esto? La filosofía, como decía antes, nos hace un llamado a despojarnos de las necesidades físicas y alimentar nuestro espíritu, sediento y hambriento de sabiduría, conocimiento. A esto, se le llama contemplación filosófica. Al observar nuestras vidas filosóficamente, seremos capaces de encontrar una libertad nunca antes experimentada. Es necesario, que así como la filosofía trata de incluir cada elemento posible a su estudio, nosotros vislumbremos nuestra vida de la misma manera. Nos hemos creado siempre la idea de que el medio en el que vivimos, está a nuestra disposición; siempre hemos sido nosotros los primeros e incluso los últimos, porque consideramos que somos el elemento más importante. Sin embargo, esto no es así (o al menos no debería serlo). Lo que el hombre ha alcanzado poniéndose él en primera instancia, ha sido limitar su existencia, su forma de pensar, actuar, ser, a lo predecible, obvio, lógico; porque sentimos seguridad, fiabilidad hacia aquellas cosas prácticas muchas de las cuales han sido producto de todas esas ciencias exactas que conocemos hoy…

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