Reflexión crítica sobre la antropología simbólica
Enviado por Iván Acosta • 13 de Noviembre de 2019 • Ensayo • 851 Palabras (4 Páginas) • 241 Visitas
Introducción
Ernst Cassirer fue un filósofo prusiano que vivió entre los años 1874 y 1945, su mayor contribución a la filosofía fue en el campo de la epistemología y gnoseología, así como en la filosofía de la cultura. En esta obra, Antropología filosófica presenta una nueva mirada hacia el problema del hombre como sujeto del pensamiento filosófico. La obra centra al hombre en un análisis de sus capacidades distintivas y sus expresiones más altas, como la religión y el arte. A lo largo del libro se demuestra la importancia de un factor hasta el momento infravalorado: el símbolo. Cassirer entonces intenta demostrar a través de las facultades del hombre que lo más propio y natural del hombre es el símbolo. La cultura tendrá lugar fundamental en las reflexiones del autor, y través de ella llegará a la conclusión final de su tesis, definir al hombre como animal simbólico.
¿Qué es el hombre?
La crisis en el conocimiento del hombre, una breve historia de la reflexión antropológica.
Desde los inicios del pensar filosófico las reflexiones han versado sobre el hombre, llegando al punto más alto e importante en la figura de Sócrates. Pues si bien es cierto que en los presocráticos hallamos elementos antropológicos, su mayor mérito reflexivo se encontraba en las investigaciones y teorías sobre la naturaleza.
La filosofía de Sócrates hace un quiebre en la historia de la filosofía y da lugar a una cuestión en adelante inevitable, pues la filosofía de Sócrates es ética y por lo tanto antropológica. Y surge sin embargo un problema llamativo, todos los diálogos socráticos versan sobre el hombre, sobre sus cualidades y virtudes, el hombre es realmente el centro de su filosofía, pero cuando vamos a buscar una definición esta no existe. Sócrates habla sobre el hombre, pero no sobre qué es el hombre, y deja un interrogante abierto a la posteridad. Este camino será retomado por la filosofía romana, Marco Aurelio, Cicerón y Séneca centrarán sus reflexiones en el deber moral del hombre y el desarrollo de sus virtudes. La antropología estoica no pareciera representar ningún peligro frente a la nueva antropología cristiana, pero a pesar de los distintos punto de congruencia, se encuentra una dificultad irreconciliable; el ideal de hombre. Y es aquí donde el valor y poder de la razón es rebajado, marcando una diferencia con la concepción helénica. San Agustín es el pensador cristiano más importante en este asunto, ya que él mismo vive el paso de la filosofía griega a la teología cristiana, donde el poder de la razón representa un peligro para la fe. Será varios siglos más tarde Santo Tomás de Aquino quien devuelva a la razón un lugar privilegiado, pero con la condición esencial de que sea guiada e iluminada por la fe. La razón por sí misma es insuficiente. Luego llegarán los aportes de Pascal, donde la razón del hombre debe ser humillada, siguiendo la corriente agustiniana. El hombre luego de su caída no tiene el valor suficiente, y la máxima “Conócete a ti mismo” pierde su sentido.
Los cambios de paradigma en la modernidad han sido de gran magnitud, y lo ocurrido en la ciencia y el mundo pone en jaque la figura del hombre. La llegada de Descartes hace surgir reacciones como las de Pascal, y figuras nuevas que marcarán el pensamiento antropológico moderno.
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