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Representantes De La Dialéctica.


Enviado por   •  25 de Noviembre de 2012  •  1.798 Palabras (8 Páginas)  •  10.942 Visitas

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La dialéctica en Platón

Al decir que la dialéctica fue inventada por Zenón de Elea, Aristóteles se estaba refiriendo presumiblemente a las palabras de Zenón, que refutó algunas hipótesis de sus oponentes extrayendo consecuencias inaceptables de ellas. Pero primero fue aplicada de una manera general por Sócrates, quien, según es presentado en los primeros diálogos de Platón, practicaba constantemente la técnica de refutar el enunciado de un oponente haciendo que, en el curso del interrogatorio, tuviera que aceptar como consecuencia última del suyo un enunciado contradictorio o contrario a su primera postura.

La dialéctica es para Platón la actitud propia del verdadero filósofo, de aquel que trata de llegar a la verdad por medio del diálogo (tal y como hacía Sócrates), en contraposición a la erística, técnica orientada a hacer triunfar una tesis independientemente de su verdad. La dialéctica era para Platón el método filosófico supremo, el modo de las ciencias, y había de ser el estadio final de la educación formal del rey-filósofo. El diálogo permite contraponer argumentaciones aparentemente opuestas y frecuentemente complementarias, para posibilitar un ascenso a la verdad mediante la explicación de tales argumentaciones.

En algunos de sus diálogos, Platón identifica la dialéctica con la filosofía misma, y la considera constituida por dos movimientos lógicos inversos: el primero de ellos es la composición o unificación, que consiste en captar la esencia inmutable (en Platón, idea) de las cosas mediante una elevación progresiva desde los objetos de experiencia sensible hasta los conceptos más generales; es decir, lo que comúnmente llamamos abstracción o universalización a partir de lo particular. El segundo es la división (o particularización), mediante el cual se llega a lo particular siguiendo las diferencias internas de los distintos géneros; por ejemplo, de "animal" pasamos a "animal bípedo", y de aquí a "animal bípedo sin plumas", que constituye una posible definición de hombre y, por lo tanto, una particularización de éste en el marco de "lo animal" en general.

En sus diálogos tardíos (Parménides, Sofista), Platón presenta a la dialéctica como la ciencia que sabe distinguir qué ideas están relacionadas entre sí y cuáles no lo están; en estos diálogos tiene especial relevancia el posible acercamiento entre el ser y el no-ser, posibilidad que había sido rechazada radicalmente por toda la metafísica eleática: toda idea es idéntica a ella misma y, a la vez, diferente del resto de las ideas; toda idea, entonces, participa tanto de la identidad (con ella misma) como de la diferencia (con el resto de las ideas), y en ese sentido es y no es a la vez. El no ser se convierte así en un concepto meramente relativo, que se resuelve al indicar la alteridad de una cosa mediante la confrontación con aquello de lo que difiere; de lo contrario, dice Platón, cualquier tipo de discurso sería imposible, al no poderse admitir ninguna proposición (atribución de un predicado a un sujeto), salvo las tautologías.

La dialéctica en Aristóteles

La concepción que Aristóteles tiene de la dialéctica difiere en algunos puntos de la anteriormente expuesta. El estagirita considera esta disciplina como una sección particular de la lógica expuesta en sus Tópicos; concretamente, se trata de aquella ciencia que se ocupa del estudio de los razonamientos que son sólo "probables" y que pueden reconstruirse según los esquemas silogísticos. A diferencia del silogismo demostrativo (aquel que da lugar al saber científico por partir de premisas cuya verdad es evidente o universalmente aceptada), el silogismo dialéctico parte de premisas cuya verdad no ha sido comprobada o aceptada previamente, y que son sólo posibles, es decir, admitidas con relativa amplitud. Este tipo de silogismo encuentra su uso típico en la discusión y la controversia (razonamiento crítico), pero no en el razonamiento demostrativo.

Los estoicos identificaron completamente la dialéctica con la lógica, pero el sentido aristotélico de este término se recuperó con el auge del escolasticismo y prevaleció en el Renacimiento, época en la que fue frecuentemente identificada con la retórica o con la invención lógica.

La dialéctica en Kant

"La dialéctica trascendental" es el título de la sección de la Crítica de la razón pura dedicada a la crítica de las tres ideas metafísicas de la razón, a saber, la de alma, la de mundo y la de Dios. Las tres designan totalidades que se encuentran más allá de los fenómenos accesibles a la experiencia humana, por lo que Kant refuta su pretensión de validez teorética y los considera distintos tipos de sofismas; por ello, define la dialéctica de la razón como un tipo de "sofística", aunque de algún modo connatural a la naturaleza humana e inevitable para nuestra mente: son engaños no deliberados en los que la razón cae espontáneamente dada su tendencia a sobrepasar los límites de las capacidades cognoscitivas propias del hombre.

La crítica de la idea de mundo, entendido como totalidad absoluta de los fenómenos físicos, es especialmente relevante en la noción kantiana de dialéctica: la razón, a la hora de analizar esta idea, se topa con antinomias, esto es, contradicciones entre dos proposiciones (tesis y antítesis) igualmente demostrables respecto a varias características del mundo. Para Kant, la tarea de la filosofía crítica es resolver tales antinomias, lo cual puede hacerse de tres formas posibles: mostrando que son ilusorias o meramente aparentes, mostrando que tanto la tesis como la antítesis son falsas o, finalmente, mostrando que ambas son verdaderas, aunque desde distintos puntos de vista.

La dialéctica en Hegel

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