Republik

En la Republica, la obra gira en torno a la formación de un Estado ideal, siendo su pilar fundamental la justicia, por lo que se creará un estado ‘perfecto’, a modo de poder encontrar qué es realmente la justicia y en qué ámbitos se desarrolla, definiendo para esto, una serie de condiciones y estructuras que permitirán desarrollar la idea y encontrar la plenitud tanto en las personas como en el estado mismo. Pero, ¿Será esta justicia, un bien para la comunidad y para el estado? ¿O será que uno se beneficie más que el otro en su conjunto?

Platón establece que cada individuo debe realizar cierta función en la sociedad, de modo que fomente el crecimiento del Estado Ideal, pero bajo ciertas condiciones o parámetros, sentando como base que cada persona debe hacer lo que por naturaleza le corresponde, hacia lo que tiene más afinidad naturalmente de forma exclusiva, dedicarse por completo a tal tarea, sin posibilidad de cambios ni tareas paralelas, que deterioran el verdadero desarrollo y arte que conlleva la dedicación; cuando cada uno de los individuos respeta esto, es el mayor bien que le pueden hacer al estado como comunidad, este reparto de funciones en la sociedad, en donde se aprecia la templanza, la prudencia y el valor en las distintas clases, es lo que Platón denomina como justicia. Esta justicia, es crucial en el desarrollo de la obra, puesto que es el pilar base de la organización del Estado, ya que tenemos representadas en la sociedad, las 3 naturalezas que según Platón, deben estar en armonía y respetarse a fin de producir un bien mayor. De esta manera, aplicando la definición asignada de justicia, todo puede funcionar y fomentar una sinergia entre las distintas naturalezas propias de cada individuo y el estado.

Platón establece un estado de armonía entre el individuo y el estado, de manera que prioriza las habilidades y esencias innatas de cada persona, la naturaleza de cada ser, para que puedan desarrollar de la mejor manera su función dentro del estado, y asimismo, que el estado pueda desempeñarse de la mejor manera hacia el individuo, es una retroalimentación entre individuo-estado. El estado fomenta la organización, debe haber jerarquías, de tal manera se produce un orden, un control en el cómo se desarrollan las cosas, establece como justo cuando las 3 naturalezas siguen a la razón, a pesar de que hayan ciertas partes que no estén de acuerdo, como la concupiscible o irracional, y terminan acatando la decisión que es más conveniente para el ser, ya sea el individuo o el estado en sí. Pero, qué sucedería si en una persona, su parte racional, velando hacia el bien de sí mismo, encuentra en la parte injusta, lo justo para sí mismo, pero no para la sociedad en la que vive; si Platón encuentra en la armonía lo justo, las armonía en las tres naturalezas tanto del individuo como para el estado, puede darse el caso en que una persona encuentre lo justo hacia sí mismo, pero no para con la sociedad con la que convive; pero, ¿Cuándo un individuo no querría ser justo con la sociedad en la que vive? La respuesta está en el descontento y la falta de libertad a la que ésta lo somete, dicho de otra manera, dentro de la justicia del Estado Ideal de Platón, tomando en consideración toda la estructura que ésta posee, se puede dar la injusticia hacia el individuo, en simples palabras, lo justo para el estado, pero no para el individuo en sí, ya que cuando pasa a ser una relación de ‘’mandato-acato’’, viene consigo la rebeldía, el disgusto, el desinterés en seguir haciendo lo que su naturaleza le dicte y explorar nuevos horizontes, hasta ese entonces limitados, solo observados en otras personas que conviven con el individuo, pero que claramente no viven de la misma manera. Cuando los filósofos emprenden el viaje del saber, deben adquirir una gama de conocimientos, pasando por variados temas, y no centrándose en lo que se es realmente bueno y se tiene cierta afinidad, se debe saber, para poder encontrar la verdadera esencia de las cosas, explorar cosas nuevas y aprender, para así poder pasar a lo inteligible en su plenitud, de esta manera podemos hacer una analogía con las demás personas, que también deben y quieren explorar otros ámbitos, y el que es zapatero, no ser zapatero toda su vida si así lo desea. Esta idea para Platón es perjudicial para el estado, ya que no se desarrollaría por completo el arte, pero puede ser provechoso de otras formas, ya que si un individuo se siente descontento con su función hacia el Estado y ve en otra función, algo más llamativo, que lo impulse pero que sea inalcanzable por la estructura misma del estado, sucedería lo mismo que si practicara más de un oficio, tomando el ejemplo dado por Platón, su rendimiento y perfeccionamiento no serían óptimos, por lo que tendría el mismo resultado que Platón quería solventar, al soslayar un tema tan importante como el sentir de las personas haciendo caso omiso a lo que se manifiesta, de esta manera, podemos encontrar una contradicción en las palabras de Platón: ‘Creo yo, pues, que siempre que a uno de los ciudadanos lo afecte algo bueno o malo, una ciudad de tal condición es la que en mayor grado reconocerá que el suceso también la afecta y compartirá sus sentimientos, regocijándose o afligiéndose con él’ (Platón, La República, p.276, 462e); por el punto tratado anteriormente, se puede notar una discordancia en lo dicho, con la práctica en sí.

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