Reseña Sobre Cabeza De Turco Desde El Humanismo
Enviado por Maguimag • 13 de Enero de 2015 • 1.666 Palabras (7 Páginas) • 340 Visitas
Cabeza de Turco, Günter Wallraff. Barcelona: Editorial Anagrama, 1999. 233p.
Cabeza de Turco es una de las obras de investigación de Günter Wallraff con más repercusión en el país germano durante la posguerra. Este periodista alemán se caracteriza por lo que él denomina “ciencia de la observación participativa” (Schäfer, 2008), siendo el caso de este libro la situación de un inmigrante turco en la República Federal alemana. Como dice el autor “Hay que enmascararse para desenmascarar a la sociedad, hay que engañar y fingir para averiguar la verdad” (Wallraff, 1999: 12).
La historia que cuenta Cabeza de Turco es la que vivió el propio Günter Wallraff cuando decidió conocer las humillaciones, los actos de odio y la explotación laboral que sufre un inmigrante turco, cuya nacionalidad extranjera era la más odiada en la República Federal Alemana de 1985. Así se convirtió en Alí Sinirlioğlu poniéndose unas lentillas oscuras, una peluca negra y rizada y eliminada palabras de sus frases en alemán.
A pesar de que el libro se divida en diversos capítulos, haciendo una visión general podemos repartir el contenido en tres puntos a tratar: vida y sus dificultades, el trato de la sociedad y la explotación y peligrosidad en el empleo. Estos se desarrollan a lo largo de toda la historia entremezclándose y manifestándose a través de una narración que incluye situaciones, diálogos, fotografías e incluso documentos oficiales que hacen que se asemeje en gran medida a un reportaje de investigación que busca la empatía con el lector. Estas características le otorgan una lectura sencilla pero al mismo tiempo complicada por la gran cantidad de personas y empresas que aparecen, y que están relacionadas.
La ciencia mencionada anteriormente alude al método de periodismo que Günter Wallraff ha utilizado no solo en este libro si no en otros como El periodista indeseable o Dominad la tierra. La característica primordial es tomar una identidad a través de un disfraz con el fin de descubrir algo que de otra manera no podría hacerlo, viviéndolo en su piel. Este autor es un referente de este método hasta tal punto que provocó que en el mundo informativo el verbo Wallrafear se tome para denominar al modo de periodismo que ejerce.
Y a través de la vivencia del autor extraemos tres principales temas.
El primero habla sobre las situaciones que le impedían hacer una vida normal y digna como cualquier persona por el hecho de ser extranjero, y muchas veces por turco. Günter Wallraff relata que dejarle dormir en una habitación en construcción con el suelo cubierto de cascotes y sin puerta mientras trabajaba en una granja de la Baja Sajonia “Para la granjera era un acto de cristiano amor al prójimo” (Wallraff, Günter, 1999:17)
El autor da otros ejemplos de situaciones como el ignorar a una persona por el mero hecho de proceder de otro país, de no querer saber nada al respecto o rehuir la empatía. En los bares se veía muy bien. “No les hacía falta colgar en la puerta: «No se admiten extranjeros». Cuando yo, Alí, entraba en una taberna, por lo general se me ignoraba” (Wallraff, Günter, 1999: 19). Pasar al lado de una persona que está pidiendo en la calle, que nos hable y que ni tan siquiera miremos indica que no queremos ponernos en su lugar ni sentirnos culpables de su desgracia. Desde la reflexión del trabajo “Carencias sociales” y a la lectura de este libro creo haber llegado a la conclusión de que esa marginación que provoca querer protegernos a nosotros mismos es lo que nos vuelve inhumanos. “No es de la ira ni del amor ni del hambre de donde procede el mal, sino del miedo” (Tolstoi)
El autor también comenta que en el transporte público “Resulta doloroso comprobar cómo en el autobús repleto permanece vario el asiento contiguo al que uno ocupa” (Wallraff, Günter, 1999: 19).
Aunque quizá no sean los mismos casos que suceden en la actualidad veo de cierta manera un reflejo con la sociedad que me rodea. El caso del asiento del autobús sigue ocurriendo hoy en día y, como miembro de la sociedad, me declaro una de los culpables y en reflexión diré que lo peor de todo es que no sabemos porqué actuamos así.
“En Alemania, todavía en los años setenta, las mujeres necesitaban el permiso de sus maridos si querían acceder a un empleo. Hoy día rechazaríamos que semejante norma tenga nada que ver con nosotros y censuraríamos a los inmigrantes por su supuesta discriminación de la mujer, apelando a los valores que pretendidamente rigen en nuestro país”. (País, El, 2014)
Esta frase escrita en un artículo del país sobre los mitos de la inmigración invita a reflexionar sobre la abertura de la mente en un país como España en determinados temas, pero tan cerrado en otros como extender la mano a una persona que lo necesita, sea del país que sea, y con la crisis que estamos sufriendo en los últimos años nos damos cuenta de que no somos los únicos. “Tú no escogiste tu lengua, ni tu religión ni tus valores morales: ya estaban ahí antes de que nacieras. Nunca tuvimos la oportunidad de elegir qué creer y qué no creer. Nunca escogimos
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