Resumen Del Hombre Light
Enviado por patitus • 1 de Octubre de 2013 • 4.697 Palabras (19 Páginas) • 901 Visitas
Introducción
Este es un pequeño resumen del libro del hombre light el cual habla de los derroteros por los que se dirige la sociedad opulenta del bienestar en Occidente, y también porque su influencia en el resto de los continentes abre camino.
Es una sociedad en cierta medida que está enferma de la cual emerge el hombre light un sujeto que lleva por bandera una tetralogía nihilista: hedonismo-consumismo-permisividad-relatividad. Todos ellos entrelazados por el materialismo.
I. EL HOMBRE LIGHT
El hombre light es un individuo que conoce el mundo en el que vive, pero no está formado como persona humana. Es un hombre que busca la utilidad práctica de todo y se preocupa por muchas cosas pero no profundiza en ellas. Es una persona muy especializada, que conoce bien lo que le corresponde, pero fuera de su campo, es una persona que puede dejarse llevar con facilidad y es incapaz de tener opiniones propias acerca de cualquier tema de interés.
Tal y como vivimos en la sociedad actual, además de disfrutar de progresos científicos, técnicos, políticos y humanos, también han surgido aspectos negativos como son:
El materialismo: Una persona con una buena cantidad de dinero es admirada y envidiada por la sociedad. Interés primordial de muchas personas es el dinero.
El Hedonismo: Es un "Carpe Diem" pero a lo grande. Pasarlo bien y disfrutar lo más que se pueda. Esto hace que las personas no tengan tiempo libre para comprometerse con los demás ni consigo mismos.
La permisividad: arrasa los mejores propósitos e ideales.
El Relativismo: Todo es relativo, con lo que se cae en la absolutización de lo relativo; brotan así unas reglas presididas por la subjetividad.
El Consumismo: representa la formula pos-moderna de la libertad.
Así, las grandes transformaciones sufridas por la sociedad en los últimos años son, al principio, contempladas con sorpresa, luego con una progresiva indiferencia o, en otros casos, como la necesidad de aceptar lo inevitable.
De los entresijos de esta realidad sociocultural va surgiendo el nuevo hombre light, producto de su tiempo.
El hombre Light no corre riesgos, va con la seguridad por delante, no cree en casi nada y sus pensamientos cambian rápidamente, es vulnerable, se siente indefenso, no hace las cosas con pasión. Lo que desea es poder, fama, un buen nivel de vida. Es un hombre sin vínculos, descomprometido. Para que esto cambiase se necesitaría un sufrimiento muy grande que le sugiriese hacer un balance personal e iniciar una andadura más digna.
Debe llegar a dos conclusiones:
- Generales: ayudan a interpretar mejor la realidad actual, en su complejidad.
- Personales: que surja un ser humano más consistente, vuelto hacia los valores y comprometido con ellos.
II. HEDONISMO Y PERMISIVIDAD.
El final de una civilización.
El panorama hoy es muy interesante: en la política hay una vuelta a posiciones modernas y a una economía conservadora; en la ciencia ha tenido lugar un despliegue monumental, ya que los avances en tantos campos han dado un giro copernicano brillante y con resultados muy prácticos; el arte se ha desarrollado también de forma exponencial, pero ya es imposible establecer unas normas estéticas: hemos llegado a un eclecticismo evidente en el que cualquier dirección es válida, todos los caminos contienen una cierta dosis artística; igualmente, en el mundo de las ideas y su reflejo en el comportamiento se ha producido un cambio sensible.
Hedonismo: ley máxima de comportamiento es el placer por encima de todo, cueste lo que cueste, así como el ir alcanzando progresivamente cotas más altas de bienestar. Su código es la permisividad, la búsqueda ávida del placer y el refinamiento, sin ningún otro planteamiento. El hedonismo y permisividad son los dos nuevos pilares sobre los que se apoyan las vidas de aquellos hombres que quieren evadirse de sí mismos y sumergirse en un caleidoscopio de sensaciones cada vez más sofisticadas y narcisistas, es decir, contemplar la vida como un goce ilimitado.
Revolución sin finalidad y sin proyecto.
La metafísica de la nada, por muerte de los ideales y superabundancia de lo demás.
El relativismo es hijo natural de la permisividad, un mecanismo de defensa de los que Freud estudió y diseñó de forma casi geométrica. Así los juicios quedan suspendidos y flotan sin consistencia: el relativismo es otro nuevo código ético. Todo depende, cualquier análisis puede ser positivo y negativo; no hay nada absoluto, nada totalmente bueno ni malo. De esta tolerancia interminable nace la indiferencia pura.
Un ser humano hedonista, permisivo, consumista y centrado en el relativismo tiene mal pronóstico. Padece una especie de “melancolía” new look: acordeón de experiencias apáticas. Vive rebajado a nivel de objeto, manipulado, dirigido y tiranizado por estímulos deslumbrantes, pero que no acaban de llenarlo, de hacerlo más feliz. Su paisaje interior está transitado por una mezcla de frialdad impasible, de neutralidad sin compromiso y a la vez de curiosidad y tolerancia ilimitada. Este es el denominado hombre cool, a quien no le preocupan la justicia ni los viejos temas de los existencialistas.
III. ¿QUÉ ES EL HOMBRE?
El hombre buscador de la libertad.
Humano reciente: la imagen que ilustra refleja una sociedad desorientada, perpleja, desengañada, escéptica, que va a la deriva pero orgullosamente, radiante de caminar hacia atrás, a un cierto galope deshumanizado.
Animalizar al hombre en aras de no sé qué libertad es uno de los mayores engaños que este puede sufrir, porque así se favorece un tipo de conducta que escandaliza y funciona como botón de muestra de la evolución de la sociedad.
El hombre es libre porque no es un animal, porque puede tomar distancia de sus instintos más primarios y elevarse de nivel, aspirando a no quedar determinado por su naturaleza.
La celebré frase de Lenin. “¿libertad para qué?”, tiene para mí una clara y contundente respuesta: libertad para aspirar a lo mejor, para apuntar hacia el bien, para buscar todo lo grande, noble y hermoso que hay en la vida humana. SER HOMBRE ES AMAR LA VERDAD Y LA LIBERTAD.
El contenido de la libertad justifica una vida, retrata una trayectoria, deja al descubierto lo que uno lleva dentro, las pretensiones fundamentales y los argumentos.
Casi todos los finales del siglo suelen ser confusos: haya desconcierto, desorden, grandes errores sobre temas primordiales, inversión de los valores, equívocos que traerán graves consecuencias.
Como dice Julián Marías, el ser humano necesita una “jerarquía de verdades” que cree el subsuelo en el que se asientan las ideas, creencias y opiniones
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