Resumen Leviatan
Enviado por angienet01 • 7 de Febrero de 2014 • 2.928 Palabras (12 Páginas) • 532 Visitas
I
El Leviatán de Thomas Hobbes trata sobre la naturaleza humana y cómo se debe organizar la sociedad. Explica la aparición de las normas y de las distintas formas políticas. Para Hobbes el origen del Estado es el pacto que realizan todos los hombres quedando subordinados entre sí a un gobernante que es el que debe procurar el bien para todos. La idea central de la obra es la organización política que propone: un Estado que limite o prohíba al hombre atentar contra la vida de los otros, es decir, que supere el estado de la naturaleza garantizando la paz.
El Leviatán parte del estudio del origen de la sociedad cuyo comienzo está en la transferencia de los derechos individuales a un poder absoluto. Un poder que elimina el peligro de una guerra de todos contra todos que se deriva de la condición libre del hombre en el estado de la naturaleza. Hobbes piensa que en el estado natural cada uno tiene derecho a todo lo que hay pero debido a la escasez se originan conflictos. Esta necesidad humana para la supervivencia, “el hombre actúa para preservar su vida”, el miedo a la muerte y la esperanza de la paz (XIII), llevan al hombre a pactar con los demás el establecimiento de una autoridad que sea capaz de implantar una paz interna. Una autoridad soberana que debe poseer un poder absoluto.
II
En la 1ª Parte “del hombre”, el autor dice que el hombre es únicamente cuerpo. Para el autor, el sujeto de cualquier actividad debe ser siempre un cuerpo, porque es el cuerpo quien piensa. Reduce las formas de conocimiento a la sensación que es cuando se encuentran dos cuerpos en movimiento: el cuerpo percibido y el cuerpo humano.
El hombre se comporta según sus experiencias, evitando lo que le es indeseable. La palabra (o lenguaje) es el instrumento que le permite transmitir la verdad y recibir la verdad de los demás. Por tanto la palabra es la base de la razón, “cálculo de las consecuencias”, que permite al hombre decidir lo que le conviene según su experiencia (lo bueno) y lo que no le conviene (lo malo). Por tanto, el principio de conocimiento viene de fuera del sujeto, que imagina la realidad.
Esta parte recoge la antropología del autor, que se fundamenta por su teoría del conocimiento concibiendo toda la realidad como materia. La materia llega al sujeto por la sensación.
En el capítulo X, el autor explica el concepto de poder, que es la tendencia que manifiestan los hombres de sacar el mayor provecho de los medios que tienen para conseguir bienestar, “un bien futuro que se le presenta como bueno”. Se manifiesta este deseo de poder cuando se comparan y desconfían entre sí por el anhelo de reconocimiento y preservación de la vida, que se relaciona con el honor, tema estudiado en el capítulo XIII.
El problema surge cuando se producen conflictos (por competición, seguridad y gloria) entre lo que conviene a uno respecto de lo que conviene a otros. Para solucionar este problema, Hobbes propone diferentes leyes que exponen que el hombre debe procurar la paz hasta dónde tenga esperanza de lograrla utilizando su propio poder para la preservación de su vida y hacer lo que crea necesario y adecuado para ese fin, “en su relación con los otros hombres como la que él permitiría a los otros en su trato con él”.
III
Esta idea conecta con el pacto social que el autor desarrolla en la 2º Parte denominada “Commonwealth” (no en el sentido de contrato sino como pacto o acuerdo originario o constituyente). Se entiende pacto como foedus o alianza, que procede de un impulso racional que es la ley natural.
El autor estudia 19 leyes, de las cuales se puede destacar la primera “buscar la paz y seguirla” y la segunda que hace referencia a renunciar al derecho natural y a la libertad a favor de la paz. La tercera introduce el concepto de justicia al obligar a respetar los pactos establecidos. Sin embargo, para Hobbes estas leyes no sirven para asegurar la paz. Es necesario “reducir todas las voluntades a una sola”.
Por medio de este pacto, los hombres, racional y voluntariamente, delegan su libertad en favor de un soberano para poner fin a los conflictos de intereses y para garantizar la seguridad y la paz, quedando en libertad los ámbitos en los que la ley no interviene. En definitiva, hay una ley natural que impulsa a los hombres al pacto social. La voluntad del Estado es la voluntad de los individuos que dan su consentimiento en el pacto.
Hobbes consideraba que este poder o autoridad civil debe ser absoluto con el fin de limitar las pasiones del hombre y castigando a aquellos que pongan en peligro este orden (XVIII). La Commonwealth se instaura en el momento en que se cede el derecho natural individual a favor de un soberano o asamblea (monarquía, aristocracia o democracia) con la condición de que se preserve la paz (en el interior) y la seguridad (en el sentido de defensa del exterior). Es decir, la consecuencia es que el derecho natural es asumido por la voluntad soberana que se afirma mediante la coacción.
De esta manera, el poder político queda como un artificio que contradice la naturaleza aunque es imprescindible para que los hombres vivan en orden y en paz. Todo lo que vaya contra este poder es ilícito pues la libertad está determinada por los términos del acuerdo, en virtud del cual nació el Estado. En el mismo sentido, en el capítulo XXXI se matiza que todo aquello que no lo ponga en peligro es permisible.
El autor toma preferencia por la Monarquía (Hobbes apoyó a Carlos I, aunque al eliminar el origen divino del poder no gustó a Carlos II y pareció a algunos que apoyaba la causa de Cromwell). En ella el monarca tiene unos derechos fundamentales de los que cabe destacar el hecho de que los súbditos no puedan ser liberados del pacto debido a sus acciones, que no puede ser acusado de injusticia y que posee la competencia de examinar opiniones o doctrinas antes de ser publicadas para prevenir discordias (censura). La monarquía es mejor que los otros regímenes porque no hay conflicto de intereses ya que el interés público y privado son el mismo mientras que en los otros cabe la corrupción, la ambición y la traición.
IV
En cuanto a la sucesión de la soberanía, el autor defiende la idea de que es el soberano presente quién designa quién tiene el derecho a sucederle. El heredero puede ser cualquiera siempre que sea designado como tal. Si no hay designación se sigue la tradición del hijo varón primogénito.
En conclusión, Hobbes en los capítulos del XIII al XVII, argumenta a favor de la creación de un Estado absoluto que se constituye mediante un pacto que autoriza al soberano a hacer una política ilimitada (“libertad ilimitada”, capítulo XIV) que garantice la paz y la seguridad de los súbditos. Para
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