Resumen de Máscaras masculinas
Enviado por disfoniadevos • 22 de Abril de 2016 • Resumen • 2.633 Palabras (11 Páginas) • 251 Visitas
Resumen de Máscaras masculinas
Enrique Gil Calvo
Una definición de héroe tendría que ver con un altruismo arriesgado. Hay que hacer cosas buenas por y para los otros, arriesgando el pellejo.
El patriarca no actúa, trabaja, compite ni se esfuerza, sólo juzga, dirige, ordena y gobierna, adoptando decisiones vinculantes en nombre de toda la comunidad puesta a su cargo. Pero como también sucedía con el héroe, el patriarca puede comportarse a discreción entre dos extremos opuestos, la responsabilidad y la arbitrariedad. 13
Hacerse hombre consiste en enmascararse, pues la masculinidad siempre es una máscara: una prótesis extracorpórea de naturaleza fálica, en tanto que metáfora de la erección a la que alude. De esta forma, revestirse con la máscara de la virilidad equivale a fingir un imposible estado de erección permanente. Y por eso desenmascarar a un hombre equivale a desarmarle, a castrarle, a emascularle. Pero además, hacerse hombre también exige escoger unas máscaras y rechazar otras, eligiendo entre ellas libremente: trágicamente. 25
La masculinidad es una construcción social, en la medida en que los hombres no nacen tales sino que se hacen. Para llegar a ser un hombre, en el sentido masculino del término (no en el genital, que es cuestión genética y hormonal), hay que aprender a serlo, tras un incierto proceso de desarrollo de las propias capacidades, potencialmente masculinizantes. Y semejante construcción personal de la masculinidad está regulada por códigos culturales impuestos por la interacción con los demás, ya sean éstos nuestros progenitores, nuestras parejas, nuestros amigos o nuestros rivales. 27
Las máscaras masculinas (a la inversa que las femeninas) no buscan la transparencia sino la opacidad, a fin de que no pueda traslucirse desde afuera la naturaleza oculta de la propia identidad secreta (…) la máscara masculina se construye para que lo encubra, censura y reprima, hasta clausurarlo y sellarlo de forma impenetrable. 29
El psicoanálisis de tradición yunguiana ha definido la masculinidad a partir de cuatro arquetipos extraídos de la mitología clásica: rey, guerrero, mago y amante, como presuntas máscaras universales (o ideas platónicas) que presidirían la construcción de la virilidad. 33
Dice el mismo autor que no se puede creer esto al pie de la letra, y Hollywood ha mostrado hibrideces también. Lo rescatable es que estas máscaras, o el proceso de enmascaramiento, tienen 3 niveles. El básico, el del niño jugando a ser policía, un intermedio, que correspondería al hombre mediocre, y uno superior, que presenta al ego y alterego en la misma máscara y de la cual puede llegar incluso a ser consciente el hombre que la porta. Es decir, saber que está enmascarado.
La apuesta estratégica de los estudios de género actuales es que estarían emergiendo nuevas masculinidades mucho más diversificadas y pluralistas. En efecto, como consecuencia de la fragmentación de la estructura social causada por la irrupción posindustrial de la sociedad del riesgo, se ha roto en mil pedazos la continuidad lineal de las biografías masculinas, antes vertebradas por el empleo estable y el matrimonio indisoluble y hoy quebradas tanto por el paro y la precariedad laboral como por el divorcio y la desorganización familiar. De ahí que semejante estallido haya desestructurado la masculinidad, que queda centrifugada ara salir disparada en todas las direcciones. 55
Tres arenas de juego donde se despliega la competitividad masculina según Connell: la lucha por el poder, la lucha por la riqueza y la lucha por los objetos de deseo (dominación cultural). 57 Pero la competitividad discurre por las tres, no solo por una. Sobre la lucha del poder se crea la máscara del héroe; sobre la lucha por la riqueza, la del patriarca y sobre la lucha por los objetos del deseo, la del monstruo.
¿Qué cuentan los cuentos respecto a la construcción de la masculinidad? Todo, en realidad, pues lo que cuenta siempre cualquier historia es el proceso de adquisición de una identidad personal. 68
Y es que la materia misma de los relatos viene a significar una recodificación de los discursos sociales y las herramientas morales con que se construyen las masculinidades. 68
El camino común de la aventura mitológica del héroe es la magnificación de la fórmula representada en los ritos el nombre de unidad nuclear del monomito. El héroe inicia su aventura desde el mundo de todos los días hacia una región de prodigios sobrenaturales, se enfrenta con fuerzas fabulosas y gana una victoria decisiva. [Y al final] el héroe regresa de su misteriosa aventura con la fuerza de otorga dones a sus hermanos”. Joseph Campbell 70
Nadie es nada ni nadie hasta que no conquiste el derecho a ser alguien (a ser quien podría, debería o querría ser) tras superar las pruebas que le acrediten como tal. 71
El suspense, es decir, la tensión narrativa por la inminencia del temible desenlace, es lo que preside la acción del héroe lineal. Aquí por supuesto el gran maestro es Hitchcock, que ha hecho del Tiempo mismo el gran villano (el gran monstruo mortal) que amenaza a todos sus héroes fugitivos. Y es que, efectivamente, la masculinidad (o mejor dicho, la masculinización, pues la masculinidad es efímera, y debe ser revalidada y confirmada todos los días, para evitar que se degrade y se pierda a sí misma) es una lucha contra el tiempo. 93
La hipótesis de este libro es que el yo masculino está internamente dividido entre su triple naturaleza de héroe, de patriarca y de monstruo. 105 (división no lineal, al estilo del Bildungsroman, sino triangular y trágica y relacionada con el esquema freudiano.)
Resultan de interés los antecedentes del heroísmo y sus consecuencias finales. Comencemos por el cumplimiento virtuoso, sinónimo de heroísmo. El héroe se autorrealiza desarrollando al máximo sus propias capacidades y ello tanto en cantidad o extensión (todas las capacidades que pueda en todos los campos posibles) como en calidad e intensidad (desarrollando cada una en su máximo grado de perfección). Y esto lo hace al medirse con los demás para tratar de superarles, pugnando por despertar su reconocimiento para merecer su admiración. Pero en el fondo, a quien intenta superar no es tanto a sus competidores como a sí mismo, tratando de autosuperarse. De ahí que deba hablarse de cumplimiento en la medida en que el héroe, al tratar de ser mejor que los demás, se está forzando a dar lo mejor de sí mismo. 136
Las gestas más heroicas son precisamente las causas perdidas, donde mayor es el riego de perder y más elevado el peligro de muerte. 137
Para Savater, la diferencia específica del heroísmo es el peligro de muerte. 139
Lo que la aventura pone en juego no es tanto la vida como la dignidad personal. Y si parece que te juegas la vida es porque te estás jugando la propia identidad por la que te reconocen los demás. 139
Los amigos del héroe son vitales porque estos son sus ayudantes. No podría conseguir nada sin sus amigos, y en el capo, son sus trabajadores, pero no funcionan como tal, sino como amigos, lo que lo hace más héroe y no solo el jefe o patrón.
...