Resumen del personaje Coro de edipo rey

CORO: oráculo de Zeus, ¡qué consoladores palabras tienes!; ¿Qué vienes a anunciar las famosas Tebas de un rico santuario de Delfos?

Para ella, el primer proyecto de ley, la hija de Zeus, Inmortal Blades, Artemis “, su hermana, ¡la protectora de este país, que se encuentra en el maravilloso trono circular de esta plaza, y Febo, que aparece mi ayuda! Maduras, las mujeres aún pueden soportar las crueles pinturas, pero como puede ver, los muertos después del otro vienen uno tras otro, cómo las aves de los pájaros y más rápido de lo devorado con tales innumerables muertes son el cadáver de los documentos e inspiradores, en la que la muerte Normalmente; ¡jóvenes y madres grises al pie del altar del dolor, contra el cual la magnífica hija de Zeus nos envía medios saludables! Dirigido en mi ayuda; y también los dardos Artemisa en llamas con los que se inicia a través de las montañas.

CORO: Puesto que me obligas con tus imprecaciones, por esto, ¡oh rey!, te diré: Ni lo maté, ni puedo indicarte al culpable, Pero Febo, que nos ha enviado al oráculo, debía indicarnos la pista o descubrir al asesino

CORO: Continuaré, si me das permiso, exponiendo mi segundo parecer.

CORO: Se muy bien que el esclarecido Tiresias" lee en el porvenir, lo mismo que el dios Febo. Si de él te aconsejas, ¡oh rey!, podrías saber la cosa con certeza.

CORO: Y en verdad que todo lo demás son insustanciales e inútiles habladurías.

CORO: Se dijo que lo mataron unos caminantes.

CORO: Y si esta tenía algún miedo, no habrá esperado al oír tus imprecaciones.

CORO: Pues ya está aquí quien lo descubrirá: mira a esos que vienen con el divino vate, único entre los hombres, en quien es ingénita la verdad.

CORO: Edipo, sus palabras y esto parecen ser emitidos por el impulso de la ira. "Y no es necesario encontrar una manera de dar una mejor satisfacción por parte del oráculo de Dios.

CORO: Ya hay un momento en que está haciendo una pierna más ligera que la de los caballos obvios de un huracán, porque están armados con rayos y rayos, la excelente luz del oráculo se ha extendido recientemente, de modo que todos descubren un rastro de esto. Desconocido que, sin duda, camina deambulando con la jungla rodante, escondido en clubes y saltando a lo largo de las rocas, sin correr inútilmente como un toro salvaje, para evitar su escape infeliz, las profecías extendidas desde el centro de la tierra; Pero siempre viven en las alas de mi esperanza, no tienen la oportunidad de ver algo claro desde el presente o el presente o el futuro. Que hubo una competencia entre los laboratorios y el hijo Polibo, y aún no ha llegado a mis noticias, así como al oído actual, que sirve como un criterio para ingresar a los rumores públicos sobre Edipo y aparecer como asistente del misterioso asesinato de Layo. Pero Zeus y Apolo también saben cuántos mortales en su excelsa penetración; Pero entre los hombres un adivino sepa más en esto que yo, esto no es algo probado: una persona puede responder con su juicio a la decisión de otra persona.

CORO: Pero esa infamia vino arrastrada por apasionada violencia más que por juicio de serena razón.

CORO: Eso dijo; pero ignoro con qué intención.

CORO: No lo sé. Los actos de mis soberanos no acostumbro yo a criticarlos. Pero ahí lo tienes, que sale de palacio.

CORO: ¡Muy bien ha hablado para todo el que tenga escrúpulos de caer en error, ¡oh rey!; pues los juicios precipitados suelen ser inseguros

CORO: Cesad, príncipes; pues muy a propósito veo salir de palacio a Yocasta, que se dirige hacia aquí: con ella debéis decidir pacíficamente este altercado.

CORO: Obedece de buen grado y ten prudencia, ¡oh rey! te lo suplico.

CORO: En hacer caso de este, que siempre ha sido persona respetable; y lo es más ahora por el juramento que acaba de hacer.

CORO: Lo sé.

CORO: Deseo, pues, que a un pariente que acaba c escudarse bajo la imprecación del juramento, no le acuses lances a la pública deshonra por una vana sospecha.

CORO: ¡No, para el dios del sol, el primero entre todos los dioses! No es más que el sufrimiento de la casa lo que rasga mi corazón afectado, y el miedo a que sufrimos

CORO: Mujer, ¿qué esperas, que no te lo llevas a palacio

CORO: Una disputa suscitada por infundadas sospechas Y el rencor de acusaciones injustas.

CORO:SI

CORO: Basta ya por mí, basta; que, hallándose la patria tan afligida, me parece que debe terminar la querella en donde ha quedado.

CORO: ¡Oh rey! ya te lo he dicho más de una vez, seria yo un insensato e incapaz de razonar si me apartara de ti que salvaste a mi patria cuando se hallaba envuelta en los mayores males. Sé también hoy, si puedes, nuestro salvador.

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