Resumen del texto “El ser humano, una realidad personal” del autor Francesc Torralba.

Resumen del texto “El ser humano, una realidad personal” del autor Francesc Torralba.

El ser humano es  un sujeto de derechos llamado a construir un itinerario libre con su vida en un marco social y cultural determinado.  Siguiendo la filosofía de Kant, la persona es un fin en sí mismo y su valor no radica en sus rasgos externos, mucho menos en el quehacer o en lo que dice, sino en el hecho de ser persona, es decir, de ser un fin en sí mismo, ser alguien que no tiene un precio. Algo esencial para el hombre es la libertad, que no es algo que surge, se encuentra condicionada. Ser libre es aceptar la propia condición y sacar el mejor partido posible.

En el humanismo hay tres dimensiones de la libertad: libertad de acción, libertad de ruptura y libertad de adhesión. En la primera la persona se afirma por su capacitad de optar, un poder creador que transforma el mundo a través de sus propias aceptaciones y sus negativas transformando así al propio hombre. En el segundo caso no sólo nos encontramos con ruptura, creación y conquista sino también adhesión. El hombre libre es el hombre que el mundo interroga y el responde: es el hombre responsable. Desde el humanismo se insiste en lo necesario de reconocer en la libertad no solo la capacidad de opción, también la capacidad de adhesión, que debe ser vivida. Finalmente la libertad como ruptura significa la radicación de la libertad y la voluntad de convertirla en un camino auténtico de liberación. La libertad individual plena es claro que no consiste en el aislamiento del individuo en sí mismo y esto nos lleva al valor de la comunicación que surge de manera espontánea cuando se descubre la esencia del ser personal. Cabe aclarar que esta no consiste en la originalidad, en la separación sino en la comunicación. La persona solo logra su desarrollo si se vuelve más disponible y transparente. Sólo existimos en la medida que existimos para los demás. Toda existencia es, pues, coexistencia.

Las grandes culturas han rechazado el cuerpo humano y lo han tratado como si fuese una prisión quien tiene encarcelada la verdadera humanidad, hecha de valores intelectuales. El hombre es su cuerpo y en su cuerpo está todo lo que constituye su valor. El ser humano entendido como unidad que coincide con su cuerpo siendo su centro el cerebro. El alma sólo puede ser la vida del cuerpo, ésta es la diferencia entre un cuerpo vivo y uno muerto. El cuerpo no desaparece completamente con la muerte. La vida yace en ese cuerpo no se apaga, sino que sobrevive de cierta manera. De una manera existente pero desconocida.

La persona tiene una capacidad de abstraerse, de pensarse a sí misma y de ser consciente de sus actos y pensamientos y al igual es un actor en el mundo social y natural. La persona es un ser vulnerable y eso significa que está expuesta al sufrimiento, al dolor, a la muerte y a la desesperación. El sufrimiento es la expresión más patética de la vulnerabilidad, es un signo del hombre y de su humanidad. El sufrimiento es la experiencia que con más urgencia suscita una interrogante sobre el misterio último del hombre. La actitud más humana ante el sufrimiento y los males es el compromiso de la esperanza. La persona, en su conocimiento y su actuación, se anticipa, se avanza y capta el ser.

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