Resumen Ética a Nicómaco Cap. 1-3
Enviado por Giselly Bellota Torres • 8 de Junio de 2022 • Resumen • 4.049 Palabras (17 Páginas) • 140 Visitas
Libro I
SOBRE LA FELICIDAD
- INTRODUCCIÓN
TODA ACTIVIDAD HUMANA TIENEN UN FIN
Pero cuantas de ellas están subordinadas a una sola facultad, en todas ellas los fines de las principales son preferibles a los de las subordinadas, ya que es con vistas a los primeros como se persiguen los segundos. Y no importa que los fines de las acciones sean las actividades mismas o algo diferente de ellas, como ocurre en las ciencias mencionadas.
- LA ÉTICA FOMA PARTE DE LA POLÍTICA
Si es así, debemos intentar determinar, esquemáticamente al menos, cuál es este bien y a cuál de las ciencias o facultades pertenece. Ésta es, manifiestamente, la política En efecto, ella es la que regula qué ciencias son necesarias en las ciudades y cuáles ha de aprender cada uno y hasta qué extremo. Y puesto que la política se sirve de las demás ciencias y prescribe, además, qué se debe hacer y qué se debe evitar, el fin de ella incluirá los fines de las demás ciencias, de modo que constituirá el bien del hombre.
- LA CIENCIA POLÍTICA NO ES UNA CIENCIA EXACTA
Nuestra exposición será suficientemente satisfactoria, si es presentada tan claramente como lo permite la materia; porque no se ha de buscar el mismo rigor en todos los razonamientos, como tampoco en todos los trabajos manuales. Y cuando tratamos de cosas que ocurren generalmente y se parte de tales premisas, es bastante con llegar a conclusiones semejantes. Y poco importa si es joven en edad o de carácter juvenil; pues el defecto no radica en el tiempo, sino en vivir y procurar todas las cosas de acuerdo con la pasión.
- DIVERGENCIAS ACERCA DE LA NATURALEZA DE LA FELICIDAD
Sobre su nombre, casi todo el mundo está de acuerdo, pues tanto el vulgo como los cultos dicen que es la felicidad, y piensan que vivir bien y obrar bien es lo mismo que ser feliz. No olvidemos, sin embargo, que los razonamientos que parten de los principios difieren de los que conducen a ellos.
El mejor de todos los hombres es el que por sí mismo lo comprende todas las cosas; es bueno, asimismo, el que hace caso al que bien le aconseja; pero el que ni comprende por sí mismo ni lo que escucha a otro retiene en su mente, éste, en cambio, es un hombre inútil.
- PRINCIPALES MODOS DE VIDA
No es sin razón el que los hombres parecen entender el bien y la felicidad partiendo de los diversos géneros de vida. En cambio, los mejor dotados y los activos creen que el bien son los honores, pues tal es ordinariamente el fin de la vida política. El tercer modo de vida es el contemplativo, que examinaremos más adelante. En cuanto a la vida de negocios, es algo violento, y es evidente que la riqueza no es el bien que buscamos, pues es útil en orden a otro.
- REFUTACIÓN DE LA IDEA PLATÓNICA DEL BIEN
Por otra parte, puesto que de las cosas que son según una sola idea hay una sola ciencia, también habría una ciencia de todos los bienes. «Se puede suscitar una duda acerca de lo dicho, porque los argumentos no incluyen todos los bienes, sino que se dicen según una sola especie los que se buscan y aman por sí mismos, mientras que los bienes que los producen o los defienden de algún modo o impiden sus contrarios se dicen por referencia a éstos y de otra manera. Separando, pues, de los bienes útiles los que son bienes por sí mismos, consideremos si éstos se dicen según una sola idea.
- EL BIEN DEL HOMBRE ES UN FIN EN SÍ MISMO, PERFECTO Y SUFICIENTE
Puesto que parece que los fines son varios y algunos de éstos los elegimos por otros, como la riqueza, las flautas y, en general, los instrumentos, es evidente que no son todos perfectos, pero lo mejor parece ser algo perfecto. Ahora bien, al que se busca por sí mismo le llamamos más perfecto que al que se busca por otra cosa, y al que nunca se elige por causa de otra cosa, lo consideramos más perfecto que a los que se eligen, ya por sí mismos, ya por otra cosa. Parece que también ocurre lo mismo con la autarquía, pues el bien perfecto parece ser suficiente.
- LA FELICIDAD ES UNA ACTIVIDAD DE ACUERDO CON LA VIRTUD
Divididos, pues, los bienes en tres clases, los llamados exteriores, los del alma y los del cuerpo, decimos que los del alma son los más importantes y los bienes por excelencia, y las acciones y las actividades anímicas las referimos al alma. Porque el placer es algo que pertenece al alma, y para cada uno es placentero aquello de lo que se dice aficionado, como el caballo para el que le gustan los caballos, el espectáculo para el amante de los espectáculos, y del mismo modo también las cosas justas para el que ama la justicia, y en general las cosas virtuosas gustan al que ama la virtud. Si esto, es así, las acciones de acuerdo con la virtud serán por sí mismas agradables.
“Lo más hermoso es lo más justo; lo mejor, la salud: pero lo mas agradable es lograr lo que uno ama”
- LA FELICIDAD Y LA BUENA SUERTE
De ahí surge la dificultad de si la felicidad es algo lo que puede adquirirse por el estudio o por la costumbre o por algún otro ejercicio, o si sobreviene por algún destino divino o incluso por suerte. Con todo, aun cuando la felicidad no sea enviada por los dioses, sino que sobrevenga mediante la virtud y cierto aprendizaje o ejercicio, parece ser el más divino de los bienes, pues el premio y el fin de la virtud es lo mejor y, evidentemente, algo divino y venturoso.
- LA FELICIDAD Y LOS BIENES EXTERIORES
Porque está claro que, si seguimos las vicisitudes de la fortuna, llamaremos al mismo hombre tan pronto feliz como desgraciado, representando al hombre feliz como una especie de camaleón y sin fundamentos sólidos. Así, si las actividades. rigen la vida, como dijimos, ningún hombre venturoso llegará a ser desgraciado, pues nunca hará lo que es odioso y vil. Y si esto es así, el hombre feliz jamás será desgraciado, aunque tampoco venturoso, si cae en los infortunios de Príamo.
- LA FELICIDAD DE LOS MUERTOS Y LA BUENA O MALA SUERTE DE LOS DESCENDIENTES
Pero ya que los sufrimientos que afectan a los vivos difieren de los que afectan a los muertos, mucho más que los delitos y terribles acciones que suceden en la escena difieren de los que se presuponen en las tragedias, se ha de concluir que existe esta diferencia, o quizá, más bien, que no se sabe si los muertos participan de algún bien o de los contrarios. Parece, pues, que la prosperidad de los amigos afecta de algún modo a los muertos, e igualmente sus desgracias, pero en tal grado y medida que ni pueden hacer que los felices no lo sean ni otra cosa semejante.
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