Romanticismo

ROMANTICISMO

“el término, en su más amplia aceptación, puede aplicarse a cualquier periodo, en el cual las cualidades imaginativas y emocionales del arte y de la vida, se hagan resaltar”, huyendo de lo habitual para caer en lo exótico, lo anormal, lo apasionado, y para transformar el cósmico, religioso y filosófico e introvertido romanticismo primitivo, en una adoración de la fuerzas dinámicas de la vida, tal como se expresaban en el subconsciente, en la naturaleza, en el pueblo y en la nación. Por esta causa se tiende a valorar la postura anticlásica como romántica, y esto es parcialmente verdadero. El romanticismo alemán, el más puro y característico, nunca fué enemigo de lo clásico.

El romanticismo popular, “Término usado en la crítica de pintura y escultura para designar aquella especie de romanticismo que corresponde al atractivo de ciertos temas muy conocidos más que, como el verdadero romanticismo (el de Delacroix, por ejemplo), a la creación de valores visuales formales”, donde lo característico es el naturalismo formal, cuyos temas son elegidos por la seducción que ejercen sobre el público, evadiendo el contexto y el tiempo, transportándose a la edad media o al cercano oriente, extraidos de obras divulgadas , interpretando sentimentalmente la infancia, la maternidad, el hogar, la granja, la vida aventurera, la valentía, el amor a la patria, el culto a los héroes, y otros análogos.

“Porque el carácter dominante del pensamiento alemán es su antiescolasticismo, su propensión religiosa a panteizar , esto es, a disolver y a oponerse a toda disciplina que no sea de método”. No hay duda de que esta es también la causa de que el romanticismo prendiera antes en este país que en cualquier otro, pues el impulso romántico, ante todo, fue una necesidad de liberación de los cánones heredados de la cultura romanocristiana, acentuados por el renacimiento y el neoclasicismo. Igualmente, el nombre "escolástica" fue usado y sigue usándose para designar al método y al sistema que creció del compendio académico de las escuelas o, más definidamente, de la enseñanza dialéctica de los maestros de las escuelas.

El romanticismo valoró la emoción contra la razón; el subconsciente contra lo consciente; lo individual contra lo típico; lo popular contra el humanismo; la historia contra la utopía; lo demoniaco y nocturno contra lo luminoso, el día y la luz del sol; la ironía contra la vulgaridad; lo orgánico contra lo calculado; lo musical contra lo escultórico. Según Novails “El mundo debe der romantizado; al dar a lo corriente un noble sentido, a lo ordinario una apariencia misteriosa, a lo bien conocido la dignidad de lo desconocido, a lo temporal un aura perenne, su me atrevo a realizar que estoy romantizado”.(Fragmentos VI, 100).

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