SALIENDO DE LA MINORÍA DE EDAD
Enviado por Daniela97p • 12 de Octubre de 2015 • Ensayo • 731 Palabras (3 Páginas) • 380 Visitas
DPA
2014
SALIENDO DE LA MINORÍA DE EDAD
Según Immanuel Kant, en su texto “Respuesta a la pregunta que es la ilustración”, los seres humanos nacemos en condición de menores de edad, la cual, pese a lo que se cree, muchos nunca llegamos a perder, nacimos, vivimos y morimos siendo menores de edad.
Para Kant, la minoría de edad no es algo netamente de edad física, la minoría de edad es la falta de capacidad de pensar por nosotros mismos, “La minoría de edad significa la incapacidad de servirse de su propio entendimiento”[1]
¿Por qué no salimos de la minoría de edad?
Los seres humanos no logramos o no queremos salir de la minoría de edad o tal vez a veces ni siquiera somos conscientes de que estamos en ella, esto, básicamente se debe a nuestra comodidad.
Vivir en la minoría de edad es lo más cómodo, lo más práctico y lo mas fácil que podemos hacer, ya que no implica mayor esfuerzo, tenemos a alguien que piense por nosotros, y con eso vivimos bien, no es necesario pensar si tengo a algo o alguien dispuesto a hacerlo por mí.
“Si puedo pagar, no tengo necesidad de pensar”[2] Esta es una frase utilizada por Kant para mostrar el nivel de agrado que sentimos en nuestra zona segura, en nuestra querida minoría de edad. Muchos nunca llegan a enterarse que han vivido una eterna mentira, que no son libres del todo como lo piensan, que sus pensamientos no son netamente suyos sino que alguien más un “tutor” como los llama Kant, le entrego sus ideas, sus conocimientos y su manera de ver el mundo, de pensar y actuar en él, y este las recibió sin preguntarse el porqué de estas, y mucho menos dudar de su veracidad.
Pero aun peor, a mi parecer, es darse cuenta de que vivimos de una manera facilista y dependiente, que somos unos “mantenidos” de la vida y que no buscamos nuevas formas de pensar, nuestras propias formas de pensar; y no hacer nada, por temor o por el mismo apego que le tenemos a nuestra hoy denominada zona de confort, por miedo, apego o simple costumbre.
La libertad, esa que siempre creemos tener, y que solo se nos es arrebatada al perderla físicamente; no es más que un ilusión, ya que como ya he mencionado, no somos libres, somos eternos prisioneros de pensamientos implantados en nosotros que asumimos como propios. Pero esta libertad va mas allá, ya que depende de la vida pública y la vida privada, esa que nos cohíbe de ser como somos, de pensar como queremos penar y comunicar lo que queramos comunicar por mantener nuestro lugar, y no perder nuestra imagen que con tanto esfuerzo hemos construido, pero que al final solo logra amargarnos y reprimirnos.
Vivimos obligados a obedecer, se nos dice que podemos pensar como queramos siempre y cuando obedezcamos, paguemos nuestros impuestos y seamos “ciudadanos de bien”, y no vallamos en contra de las buenas costumbres que se nos han impuesto por tradición y cultura.
Al ser una figura pública, alguien reconocido y con influencia en alguien, cada vez vamos perdiendo libertad de actuar, ya que se estereotipa un estándar de buen comportamiento dependiendo de lo que seamos. Pero esto no solo se aplica en los personajes totalmente reconocidos, los políticos o los curas, esto se ve reflejado en todos, en las madres, en los profesores, en los estudiantes, en los niños en los jóvenes, en loa ancianos, en hombres y mujeres por igual, a todos se nos impone un estándar de buen comportamiento.
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