Sartori-ciencia política
Enviado por Annie9590 • 25 de Septiembre de 2013 • 490 Palabras (2 Páginas) • 405 Visitas
la ciencia política tuvo un nuevo comienzo y se convirtió en un campo de investigación por derecho propio más o menos hace medio siglo.
Desde la década de 1950 y hasta la fecha, los británicos generalmente han descartado la noción de ciencia política; se aferran a la etiqueta de estudios políticos y/o gobierno.
¿Cuál fue la manzana de la discordia? En retrospectiva, y frente a la cuantificación de la ciencia política, me arrepiento un poco de haber peleado del lado de la “ciencia”. Pero en ese momento tenía sentido hacerlo. Decir “estudios políticos” nos deja con un lenguaje ordinario, con un discurso normal que no distingue este esfuerzo. En particular, no separa la investigación narrativa de la cognitiva. En segundo lugar, no trae consigo un lenguaje “especializado” (como se requiere en cualquier investigación científica). Y, en tercer lugar, “los estudios” no exigen bases metodológicas ad hoc
me parece que la ciencia política dominante ha adoptado un modelo inapropiado de ciencia (extraído de las ciencias duras, exactas) y ha fracasado en establecer su propia identidad (como ciencia blanda) por no determinar su metodología propia. Por cierto, mis estantes están inundados de libros cuyos títulos son “Metodología de las ciencias sociales”, pero esas obras simplemente tratan sobre técnicas de investigación y procesamiento estadístico. No tienen casi nada que ver con el “método de logos”, con el método del pensamiento. Por lo que tenemos una ciencia deprimente que carece de método lógico y, de hecho, ignora la lógica pura y simple
Sostengo que nuestra disciplina ha buscado su identidad en ser:
i. antiinstitucional y, en el mismo sentido, conductista;
ii. progresivamente tan cuantitativa y estadística como fuera posible; y
iii. dada a privilegiar la vía de la investigación teórica a expensas del nexo entre teoría y práctica.
La mayoría de las ciencias se dividen en dos ramas: la ciencia pura y la ciencia aplicada. La ciencia pura no se ocupa de asuntos prácticos. Se desenvuelve a lo largo de la dimensión de la investigación teórica que busca datos y se compromete en recolectar evidencia. La ciencia aplicada se desarrolla, en cambio, a lo largo de la dimensión de la teoría y la práctica y, por consiguiente, como un conocimiento para ser aplicado y, de hecho, como un conocimiento verificado (o falseado) por su éxito (o fracaso) en su aplicación. Y el hecho de que nuestra disciplina ha perdido —o incluso ha descartado— su rama aplicada implica que la ciencia política es una teoría sin práctica, un conocimiento tullido por una falta de “saber cómo hacerlo”
En el campo de las políticas de reforma y de la construcción de instituciones, la mayor parte de nuestros fracasos de predicción eran fácilmente predecibles y la mayor parte de las consecuencias imprevistas podían haberse previsto
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