Si Manana

Si mañana me doy cuenta de que mi futuro no concuerda con mis deseos caería en un abismo cavado por una desilusión propia. Vivo en una repetición constante de lo que me he propuesto como meta. Me levanto, camino y me paseo por el itinerario que, según él, me acercará aun más a ese destino que tanto me espera. Ando por esas veredas pensando que es seguro lo que me voy a encontrar. Nunca pienso en otro final que no sea el que me propongo. Creo que el incumplimiento del mismo me llevaría a un estado tan abstracto y confuso como el párrafo que me encuentro escribiendo. Pensaría que soy un fracaso y que mi cara se quedaría corta ante la responsabilidad de responderle a aquellos quienes esperan tanto de mi. Nadaría por el río de penas y remordimiento que describirían los errores que me llevaron al fallo que tanto sufro. Sé que no todo en la vida es una carrera exitosa pero no sabría como caminar en otros zapatos que no sean esos. No sabría como orbitar la vida sin ese titulo que tanto deseo. Si mi futuro no fuese el que deseo no sería yo, no sería autosuficiente y seria uno más de los millones que han fracasado. Reflexionando más allá de lo visto, no le temo al incumplimiento de mi propósito sino a la persona que me convertiría si no lo logro. Viviría amargado, frustrado e incoherente a lo existencial. No sería sensato jurar que voy a lograr mi sueño ya que siempre hay posibilidades tanto propias como ajenas las cuales giran nuestro entorno y ambiente hacia un camino opuesto al que declaramos. Tres años han pasado desde que comencé a correr en esta dirección y si mañana me doy cuenta que mi futuro no es el que quise, pues no sería yo quien viviera esta vida mía.

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