Sintesis baudrillar cultura y simulacro
Enviado por leoesteban14 • 28 de Julio de 2015 • Reseña • 354 Palabras (2 Páginas) • 335 Visitas
UNIVERSIDAD CENTRAL DEL ECUADOR[pic 1]
FACULTAD DE COMUNICACIÓN SOCIAL
TEORIA DE LA COMUNICACIÓN III
Leonardo Esteban Castro Gómez
4to “A”
Cultura y Simulacro Jean Baudrillard
Baudrillard empieza su texto con una afirmación bastante clara, acerca de la realidad en la que vivimos, donde el afirma la existencia de un simulacro de la realidad que está presente en todas las sociedades. Entendiendo a este fenómeno como el resultado de una constante simulación de lo real determinando a la simulación como “Fingir tener lo que no se tiene” (Baudrillard, 1978, P8).
Afirma también la perdida de validez de la abstracción en la formación de concepciones, ya que no entra en juego en la simulación, debido a que es una reiteración de modelos sin existencia ni origen, es decir la hiperrealidad. (Baudrillard, 1978, P5).
Entonces partiendo del sentido de la hiperrealidad aterrizamos en el concepto de la misma partiendo de la semiótica del signo y del símbolo, afirmando que nosotros somos los que determinamos el significado del signo es decir el objeto, que termina por acabar con el segundo, debido a que el ser humano entiende que ha vivido en un simulacro, que nace a partir de ese objeto. (Baudrillard, 1978, P11-13).
Entendiendo a la imagen como representación de la realidad alterna, Baudrillard nos explica las fases sucesivas de la misma que son: El reflejo de una realidad profunda (buena apariencia y del orden sacro), enmascara y desnaturaliza una realidad profunda (mala apariencia y maléfico), enmascara la ausencia de realidad profunda (juega a ser una apariencia y es mágico) y por último que no tiene nada que ver con ningún tipo de realidad, es ya su propio y puro simulacro (no es apariencia sino una simulación). (Baudrillard, 1978, PP13-14)
Finalmente, aporta que la ciencia “muere “al entregar su objeto de estudio, sin embargo al realizar este acto, crea otra realidad a partir de ese momento en una resurrección emblemática disfrazándola de realidad, chantajeando a lo real. Iniciando una nueva simulación parte de un simulacro donde todos somos participes. (Baudrillard, 1978, PP16-21)
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