Soberania

La palabra Soberanía a lo largo de los años ha sido descrita de muchas formas entre las cuales podemos encontrar: autosuficiencia, fuerza de dominación, supremacía, poder absoluto y supremo, y voluntad general; con estas palabras podemos definir a la Soberanía como la suprema autoridad, la manifestación que distingue y caracteriza al poder del Estado, por lo cual se afirma su superioridad jurídica sobre cualquier otro poder, sin subordinarse a quien pueda cercenar sus facultades, su independencia dentro de su territorio y posesiones, estableciendo limites.

La soberanía es única ya que está radica en la nación así como en el Estado siendo la misma para ambos, el Estado es soberano como persona jurídica, en el que el pueblo se organiza políticamente, residiendo su soberanía en su propio elemento humano. Bajo esta situación el Estado no puede modificar, sustituir o abolir los principios básicos de la soberanía, ya que nace de él y se organiza y funciona dentro de él. Así mismo la soberanía es inalienable e indivisible, puesto que no se puede transmitir ni enajenar, ya que de ser así representaría la eliminación del mismo soberano y esté hecho seria invalido; así mismo es imposible dividirla ya que esto significaría enajenarla parcialmente.

El objetivo principal del poder constituyente es implantar el derecho fundamental y supremo, mediante la formulación de normas para crear una Constitución que organice jurídicamente a un pueblo, cuyo poder inevitablemente debe ser supremo, coercitivo e independiente; dentro de esta constitución se normaliza la existencia de un pueblo, su unidad, sus atributos, características o peculiaridades y sus designios, aspiraciones o ideales, todo esto forma la constitución positiva.

Existe una gran diferencia entre poder constituyente y facultad para adicionar o reformar la constitución, el primero expresa el ser y modo de ser de la constitución, sin los cuales ésta perdería su esencia, mientras que la facultad únicamente tiene la atribución de modificar los preceptos constitucionales, sin afectar sus atributos.

La formación de un estado es primordialmente para desempeñar las funciones legislativas, administrativas o ejecutivas y jurisdiccionales; la función legislativa tiene como finalidad reformar o adicionar la Constitución del Estado; la función administrativa y la jurisdiccional están conformadas jerárquicamente, de tal modo que unos ordenan o dirigen y otros ejecutan los actos manifestados.

Del concepto de soberanía según el art. 39 de la Constitución de 1917 se puede entender que el pueblo es origen y fuente de la soberanía, y el pueblo crea órganos para delegar el ejercicio de está. En el Art 41 de la misma Ley se puede extraer que el pueblo deposita el ejercicio de la soberanía en los órganos federales o estatales.

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