Sobre El Gobierno Tiránico Del Papa

La obra de Guillermo de Ockham, “Breviloquium de principatu tyrannico super divina et humana, specialiter autem super imperium et subjetos imperio a quibusdam vocatis summis pontificibus usurpato”, conocida por nosotros como “Sobre el gobierno tiránico del papa” es un manuscrito que se ubica temporalmente entre 1339 y 1340 aproximadamente, y que a nuestro pesar (y sin razón aparente) aparece inacabado, tal como nos ha quedado, la obra consta de un prólogo que da paso a seis libros en los que Ockham nos ofrece una exposición completa sobre el poder del papa en el orden religioso y temporal.

Guillermo de Ockham (1295-1350) contribuye de manera decisiva a la crisis y caída de la cristiandad del siglo XIII y realizando esta contribución desde un doble punto de vista. Uno basado en las diversas críticas a la teología, la filosofía y la moral del siglo XIII y otro que se manifiesta con una lucha directa al régimen de la cristiandad representado en el papa de Roma. Encontramos por tanto que la vida y obra de Ockham ha estado dirigida siempre a desmontar las bases doctrinales en las que se sostiene el poder del papa.

En nombre de la razón, de la fe y de la libertad cristiana, Ockham comienza un batalla dialéctica contra tres papas de su tiempo –Juan XXII, Benedicto XII y Clemente VI– sobre la debida relación del poder secular al eclesiástico. Nace así la obra política de Ockham, en la que toma como punto de partida hechos concretos, personas con nombre propio y situaciones particulares de su vida. A todo esto aplica su reflexión basada en el análisis de los hechos desde la razón y de la fe, aplicando la “navaja barbera” a todo lo insignificante, inútil y sofocante de la verdad revelada.

Por tanto encontramos la obra política de Ockham como la de un luchador dialéctico al que los hechos y la realidad le obligan a desenmascarar personas, intenciones e ideas. Sus obras son obras de guerra, tal como él se había dirigido al emperador: “Defende me gladio, ego te defendam calamo”, (Defiéndeme con la espada, que yo te defenderé con la pluma). Es por tanto una teología política, en la que la realidad se impone desde abajo y necesita ser iluminada por la fe.

Entendemos pues, a Ockham como el mayor adversario de la supremacía papal. Reivindica la libertad religiosa sobre las doctrina absolutistas del papa. La ley de Cristo es ley de libertad.

Ockham encuentra no solo que es un error negarse a discutir o intervenir sobre la potestad pontificia, si no que estas son lícitas y necesarias. Porque la fe es el bien común de todos y de cada uno de los cristianos.

Por tanto al papa no le pertenece el poder absoluto ni en materia espiritual ni en materia política. El poder del sumo pontífice en ministrativus, no dominativus. Pero Ockham no niega la supremacía pontificia como tal; lo que rechaza es lo que llama “supremacía o gobierno tiránico”. Lo que le interesa es la política eclesiástica y la constitución del papado más que cuestiones puramente teológicas.

Según Ockham, es la Iglesia, entendida como libre

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