Somos ángeles o somos bestias?

Somos ángeles o somos bestias?

Comenzaré mi ensayo definiendo que significa ser una bestia o ser un ángel, a través de la mirada platónica en contraposición de la religión católica.

Según Platón, la definición del hombre es un ser de luz encerrado en un cuerpo. Pero este cuerpo, que representa lo mundano, no queda libre de las experiencias carnales, por lo que ésta alma pura y libre, queda sometida a la voluntad del cuerpo. Platón habla del alma que fue forjada en lo astral y sobrenatural, y luego esta alma desciende para ser encapsulada por este “equipo” corpóreo y de repente, el alma pierde la libertad y está condenada a la experiencia corporal; el dolor, el deseo, sus necesidades. Por lo que se establece que somos un alma, solo que el cuerpo nos impide ser libres. Ejemplo, una persona sorda; el alma quiere escuchar, pero el cuerpo no se lo permite.

Por otro lado, este “equipo corporal” recibe la denominación de “bestia”, debido a que representa lo más básico, el cuerpo, la carne animal. Aristóteles usaba la frase “el hombre como animal político” para referirse a la definición del ser humano; hacía referencia a nuestro lado animal, a nuestros ancestros; el neodarwinismo; que debido a una serie de mutaciones, el hombre logró diferenciarse de los animales a través de la razón e inteligencia. El hombre como bestia, habla de un enfoque netamente corpóreo; el cuerpo es maleable a voluntad; si ahora comienzo a hablar de la textura de un chocolate, los colores, etc. De pronto comenzará a sentir ese deseo de querer comer chocolate. Somos seres que modificamos las necesidades según el entorno y la circunstancia, en donde no dejamos de lado el instinto animal y siempre peleamos con nuestro lado primitivo (en donde lo mas correcto, es que gane la razón).

Finalmente, la religión católica unifica estos dos conceptos; la bestia y el ser angelical. Es con la idea que más se asimila a lo que pienso, pues no somos exclusivamente cuerpo ni somos exclusivamente alma.

La religión católica menciona a la díada cuerpo-alma, a través de la santísima trinidad; habla de un Padre, el hijo y el E. Santo, la díada se da cuando Jesús muere en la cruz; y finaliza su experiencia corpórea, en donde el cuerpo y alma se separan, para que el alma descienda a los infiernos a salvar a los pecadores y luego, al tercer día, vuelve a reunirse con su cuerpo para ascender a los cielos y sentarse junto a su Padre.

Somos alma y somos cuerpo; no podemos ser un cuerpo sin alma; seríamos sólo cadáveres. Y no podemos ser un alma sin cuerpo porque seríamos la antimateria.

Dios creó al hombre a través del barro y le dio el soplo de la vida, en donde le dio vida a ese cuerpo físico, transformando al hombre en un ser espiritual.

...