Soren Kierkegaard
Enviado por lauracecy • 26 de Marzo de 2013 • 338 Palabras (2 Páginas) • 789 Visitas
SOREN KIERKEGAARD
SørenAabye Kierkegaard ( Copenhague, 5 de mayo de 1813 - ídem, 11 de noviembre de 1855) fue un prolífico filosofo y teologodanes del siglo xx cuyas posturas profundizan en el subjetivismo moral y la fe cristiana.
Criticó con dureza el hegelianismo de su época y lo que él llamó formalidades vacías de la iglesia danesa. Gran parte de su obra trata de cuestiones religiosas como la naturaleza de la fe, la institución de la iglesia cristiana, la etica cristiana y las emociones y sentimientos de los individuos cuando se enfrentan a las elecciones que plantea la vida. Debido a ello, el trabajo de Kierkegaard a veces se caracteriza como existencialismo cristiano. El filósofo también ha sido catalogado como neoortodoxo, postmodernista, humanista e individualista entre otras cosas. Sobrepasando los límites de la filosofia, la teologia, la psicologia y la literatura, Kierkegaard es considerado una importante e influyente figura del pensamiento contemporáneo.
Al principio escribió bajo varios pseudonimos con los que presentaba sus propios puntos de vista mediante un complejo diálogo. Kierkegaard dejó al lector la tarea de descubrir el significado de sus escritos porque, según sus palabras, "la tarea debe hacerse difícil, pues sólo la dificultad inspira a los nobles de corazón"
Los temas principales de la obra de Kierkegaard giran en torno a la angustia. Para él, "el ser humano es una síntesis de lo temporal y lo eterno, de lo finito y lo infinito, tal encuentro de antinomias en un solo ente (el ser humano) genera en tal ente la angustia". Según Kierkegaard, el hecho de que el deseo de inmortalidad que comúnmente tiene el ser humano contraste ante su finitud "no es la enfermedad mortal", ya que la angustia, si es 'reflexionada' resulta liberadora, pues hace notar al humano su situación. Lo grave y mortal —opina— es la desesperación. La solución es —en esto mantiene reflejos del luteranismo— la fe, aunque de ningún modo una fe pasiva; se debe ser un "caballero de la fe", lo cual significa afrontar directamente la existencia, modificarla positivamente aunque "todo esté perdido".
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