Sócrates
Enviado por saul1518 • 12 de Septiembre de 2013 • Tesis • 608 Palabras (3 Páginas) • 235 Visitas
tenas, 470-399 a.C. Sócrates es quizás el personaje más enigmático de toda la historia de la filosofía, ya que no escribió nada en absoluto. Fue un filósofo griego fundador de la filosofía moral que ha tenido gran peso en la filosofía occidental por su influencia sobre Platón. Nacido en Atenas, hijo de Sofronisco, un escultor, y de Fenareta, una comadrona, recibió una educación tradicional en literatura, música y gimnasia. La mayor parte de cuanto se sabe sobre él procede de tres contemporáneos suyos: el historiador Jenofonte, el comediógrafo Aristófanes y el filósofo Platón. El primero retrató a Sócrates como un sabio absorbido por la idea de identificar el conocimiento y la virtud, pero con una personalidad un tanto vulgar. Aristófanes lo hizo objeto de sus sátiras en una comedia, “Las nubes”, donde se le identifica con los demás sofistas y es caricaturizado como engañoso artista del discurso. Estos dos testimonios matizan la imagen de Sócrates ofrecida por Platón en sus “Diálogos”, en los que aparece como figura principal, una imagen que no deja de ser en ocasiones excesivamente idealizada, aun cuando se considera que posiblemente sea la más justa. En cuanto a su apariencia, siempre se describe a Sócrates como un hombre feo, rechoncho, con un vientre prominente, ojos saltones y labios gruesos, del mismo modo que se le atribuye también un aspecto desaliñado. Sócrates pasó la mayor parte de su vida en los mercados y plazas públicas de Atenas conversando con la gente con la que se topaba y a quienes solía responder mediante preguntas. Un método denominado mayeútica, o arte de alumbrar los espíritus, es decir, lograr que el interlocutor descubra sus propias verdades. Su objetivo no era enseñar, él conversaba. “Sólo el conocimiento que llega desde dentro es el verdadero conocimiento.” Sócrates. El primer paso para alcanzar el conocimiento, y por ende la virtud (pues conocer el bien y practicarlo era, para Sócrates, una misma cosa), consistía en la aceptación de la propia ignorancia. Al principio, solía simplemente hacer preguntas, dando a entender que no sabía nada. En el transcurso de la conversación, conseguía que el otro se diese cuenta de los fallos de su propio razonamiento. Se comparaba con su madre, que era comadrona: no es la comadrona la que pare al niño, simplemente está presente para ayudar. Sócrates se hacia el ignorante, lo que llamamos “ironía socrática”, y un encuentro con él podía dejarte en el peor de los ridículos ante un gran público. No es de extrañar que, a la larga, fuese molesto para muchas personas. “La verdadera sabiduría está en reconocer la propia ignorancia.” Sócrates. Sin embargo, en los "Diálogos" de Platón resulta difícil distinguir cuál es la parte que corresponde al Sócrates histórico y cuál pertenece ya a la filosofía de su discípulo. Es, ante todo, la imagen que nos proporciona Platón de Sócrates la que ha inspirado
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