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TEORÍA TRADICIONAL Y TEORÍA CRÍTICA DE LA CULTURA


Enviado por   •  9 de Febrero de 2013  •  7.291 Palabras (30 Páginas)  •  824 Visitas

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TEORÍA TRADICIONAL Y TEORÍA CRÍTICA DE LA CULTURA

Traditional and Critical Theories of Culture

Resumen SobrelabasedeladistinciónrealizadaporHorkheimerentrela“teoríatra- dicional” y la “teoría crítica”, este artículo propone una crítica a las teorías contem- poráneas que pretenden vincular la “cultura” con atributos de tipo antropológico, económico y humanista. De la mano de los estudios culturales y de las teorías pos- coloniales, el autor propone avanzar hacia una “economía política de la cultura” que pueda dar cuenta de la complejidad de los fenómenos culturales en tiempos de la glo- balización.

Palabras-clave GLOBALIZACIÓN – TEORÍA CRÍTICA.

Abstract BasedinHorkheimer’sdistinctionbetween“traditionaltheory”and“cri- tical theory”, the present article proposes a critique on contemporary theories that in- tend to link “culture” to anthropological, economical and humanist attributes. Based on cultural studies and postcolonial theories, the author proposes a “political eco- nomy of culture” which can absorb the complexity of cultural phenomena in times of globalization.

Keywords GLOBALIZATION – CRITICAL THEORY.

SANTIAGO CASTRO-GÓMEZ

Profesor de filosofia social en la Universidad Javeriana de Bogota scastro@javercol.javeriana.edu.co

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E

EEn su famoso artículo programático de 1937, Horkheimer establecía una distinción entre dos concepciones diferentes de “teoría”.1 La primera de ellas hace referencia a un con- junto de proposiciones cuya validez radica en su correspon- dencia con un objeto ya constituído previamente al acto de su representación. Esta separación radical entre el sujeto y el objeto del conocimiento convierte a la teoría en una activi- dad pura del pensamiento, y al teórico en un espectador desinteresado que se limita a describir al mundo tal como “es”. Tal idea de “teoría”, que considera a su objeto de estudio como un conjunto de factici- dades, y al sujeto como un elemento pasivo en el acto del conocimiento, es identificada por Horkheimer como “tradicional”. A ella opone un segundo tipo de conceptualización que denomina “teoría crítica”. A diferencia de la teoría tradicional, la teoría crítica considera que tanto la ciencia como la rea- lidad estudiada por ésta, son un producto de la praxis social, lo cual significa que el sujeto y el objeto del conocimiento se encuentran preformados social- mente. Ni el objeto se encuentra “ahí”, sin más, colocado frente a nosotros y esperando ser aprehendido, ni el sujeto es un simple notario de la realidad. Ambos, sujeto y objeto, son resultado de procesos sociales muy complejos, por lo que la tarea fundamental de la teoría crítica es reflexionar sobre las es- tructuras desde las que, tanto la realidad social como las teorías que buscan dar cuenta de ella, son construidas, incluyendo, por supuesto, a la misma teo-

ría crítica. Pienso que, aunque concebido como herramienta de lucha contra el

positivismo de su época, el programa inicial de Horkheimer podría resultar muy útil para dibujar un mapa de las teorías modernas sobre la cultura. De- fenderé la tesis de que tales teorías pueden ser divididas en dos grandes gru- pos: aquellas que ven a la cultura como una “facticidad natural”, es decir, que se acercan a su objeto como si este se encontrase anclado en la “naturaleza humana”; y aquellas que, por el contrario, consideran a la cultura como un ámbito estructurado por la praxis, es decir, como una construcción social de la que hace parte la misma práctica teórica. Al primer grupo lo llamaré, sigui- endo a Horkheimer, “teoría tradicional”, y al segundo “teoría crítica” de la cultura. Identificaré algunos elementos característicos de la “teoría tradicio- nal” y luego procuraré contrastarlos con el concepto de “Geocultura” desar- rollado por la llamada teoría poscolonial. Me propongo con ello presentar al poscolonialismo como una teoría crítica de la cultura en tiempos de globali- zación o, parodiando la frase de Jameson, como una “crítica cultural del ca- pitalismo tardío”.

LA METAFÍSICA DEL SUJETO Y EL CONCEPTO TRADICIONAL DE Cultura

Una consideración de la teoría tradicional de la cultura deberá comen- zar con la siguiente reflexión epistemológica: la cultura se convierte en “ob-

1 HORKHEIMER,1974,pp.223-271.

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jeto” de conocimiento únicamente a partir del mo- mento en que el “Hombre” se ha constituído como “sujeto” de la “historia”. Los conceptos de “cultu- ra”, “historia”, “sujeto” y “Hombre” se remiten a una misma raíz genealógica que, cronológicamente hablando, emerge y se consolida entre los siglos XVI y XIX. Antes de esta época no era “pensable” algo así como la cultura, sencillamente porque no se había configurado todavía la episteme que hizo posible la formación del concepto. Si nos limitamos única- mente al tipo de teorías surgidas en Occidente, ve- remos que ni en Grecia, ni en Roma, ni en la edad media cristiana fue posible el surgimiento de una te- oría de la cultura en el sentido que aquí llamaré “tra- dicional”, y mucho menos en su sentido “crítico”. Esto debido a que la moral, la política y el conoci- miento eran vistos como una simple prolongación de las leyes del cosmos, es decir, como un conjunto de instituciones naturales que se encuentran ordena- das hacia el cumplimiento de un fin (telos) cosmo- lógicamente predeterminado.

Para Aristóteles, la verdad, la bondad y la jus- ticia se tornan imposibles sin considerar los “prime- ros principios” que rigen el cosmos, puesto que la ciencia, la legislación y la moral cumplen el propó- sito de hacer manifiesto al “ser en tanto que ser”, es decir, al orden natural tal como en realidad “es” y no como “aparece”. La reflexión sobre la vida social de los hombres no es vista por Aristóteles como per- teneciente a las “ciencias teóricas”, que versan úni- camente sobre los “primeros principios” de las co- sas, sino a un tipo de saberes de menor dignidad lla- mados “ciencias prácticas”. La filosofía primera o Metafísica se encuentra en el pináculo de la escala de los saberes, puesto que a ella le corresponde estable- cer las nociones más universales. El objeto de la Me- tafísica son las leyes inmutables que rigen el cosmos, y por eso es la ciencia más abstracta, más exacta y más general de todas. En cambio, ciencias como la política y la economia derivan sus conceptos gene- rales de la metafísica porque, a nivel ontológico, su objeto de estudio (la vida humana) no posee auto- nomía ninguna frente a las leyes del cosmos. Igual ocurre en el campo de la moral y la legislación. Como las leyes de la vida social tienen

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