Utilitarismo
Enviado por usuaria4 • 15 de Noviembre de 2013 • 467 Palabras (2 Páginas) • 338 Visitas
Utilitarismo
El utilitarismo sostiene que el acto o la política moralmente correcta es aquella que genera la mayor felicidad entre los miembros de la sociedad. El fin que los utilitaristas tratan de promover no depende de la existencia de dios, o del alma, o de otra dudosa entidad metafísica.
El bien que intenta promover la felicidad o el bienestar es algo que todos queremos en nuestras vidas y en la vida de aquellos a quienes queremos. El utilitarismo exige que la búsqueda en la sociedad de la utilidad o el bienestar humano se lleve a cabo de manera imparcial.
Consecuencialismo. Su importancia radica en exigir que constatemos si el acto o la medida política en cuestión generan algún bien identificable o no. El consecuencialismo no admite prohibiciones morales arbitrarias, exige a todo el que condene algo como moralmente incorrecto que muestre a quien se perjudica, es decir, demostrar de qué modo la vida de alguien resulta empeorada. Afirma que algo es moralmente bueno sólo si mejora la vida de alguien.
El consecuencialismo provee un método serio para resolver cuestiones morales. Encontrar la respuesta moral correcta se convierte en una cuestión de medir cambios en el bienestar humano, no de consultar a líderes espirituales, ni de apoyarse en oscuras tradiciones.
El consecuencialismo nos dice que nos preocupemos por el desarrollo de la utilidad de los individuos, e idealmente deberíamos satisfacer todas las preferencias informadas de todo sujeto. Pero esto es imposible, los recursos disponibles para satisfacer las preferencias de la gente son limitados. Las preferencias de las distintas personas pueden estar en conflicto.
Los utilitaristas dicen que la acción correcta es aquella que incrementa al máximo la utilidad, esto es, aquella que satisface tantas preferencias informadas como sea posible. Las preferencias de algunas personas quedarán insatisfechas, si entran en conflicto con lo que desarrolla al máximo la utilidad general. Ésta es una situación desafortunada, pero como el número de los ganadores es necesariamente superior al de los perdedores, no hay razón para dar prioridad a las preferencias de los perdedores sobre las más numerosas (o más intensas) preferencias de los ganadores. Para el utilitarista, idénticas cantidades de utilidad tienen idéntica importancia, con independencia de la utilidad de quien se trate. Nadie se encuentra en una situación privilegiada, nadie tiene más derecho que otro para resultar beneficiado. Por tanto deberíamos promover aquellas consecuencias que satisfagan al mayor número de preferencias (informadas) entre los miembros de la sociedad.
Las acciones moralmente correctas son aquellas que desarrollan al máximo la utilidad. El razonamiento utilitarista no concede importancia a los derechos adquiridos en el pasado, ya que sólo presta atención a las consecuencias futuras. Se trata a las promesas y los contratos, no como
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