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Waira (Viento)


Enviado por   •  3 de Septiembre de 2012  •  Tesis  •  5.366 Palabras (22 Páginas)  •  4.229 Visitas

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Texto tomado de:

http://www.ruben-molins.com.ar/wayra.htm

Waira (Viento)

Introducción

Originalmente este mensaje estuvo contenido en cartas que Chamalú dedicó a su hija Waira, cuando aún estaba en gestación. Hemos querido compartirlo con ustedes con la esperanza y la fe de que en el mundo haya más Chamalús, más Wairas, y más y más gente que conozca su mensaje y sea capaz de apreciarlo y difundirlo, para hacer del mundo un mejor lugar para todos. Leído con el corazón se encuentra la luz, y con la razón, un tratado de administración sorprendente y profundo.

Las pupilas de las estrellas acariciaron con su luz aquella noche. El perfil de la montaña guardiana estremeció la penumbra. Sentí que mi alma cantaba. Sentí que cada día era un regalo más. Mas esa vez el regalo se multiplicó, los pétalos de mi corazón latieron con fervor.

Un grito rasgó el amanecer. Un nuevo ser vino a participar del sagrado juego de la vida. La magia de la existencia posibilitó que una nube, una flor o una estrella, se vistiera de humano y, convertido en mujer, bajara otra vez a la tierra.

Con estas palabras, con estos pensamientos, comenzábamos la bienvenida a "Waira", a quien originalmente, desde mucho antes, comenzábamos a hablarle. Le contábamos, por ejemplo, que la idea de escribirle surgió cuando por primera vez me vi separado de su mamá. Entonces prometí escribirle; sin embargo, sabía que ya no estaba sola. Eran tiempos en que aún no sabíamos, no queríamos saber, si era varón o mujer. Le decíamos entonces: "estás tu mi querido hijo, y también, yo te quiero escribir".

Hace unos instantes me despedí de tu mamá y de algunos amigos, subí al avión y tú te viniste conmigo. El avión es una máquina para volar. Hay unos viajes para los que no se requiere un avión, ni siquiera el cuerpo, pero de eso hablaremos después. Ahora quiero contarte cómo es el mundo al que estás viniendo.

La vida es un regalo al interior de ese otro regalo: la Naturaleza. Hay montañas majestuosas y mares con mil colores, y peces; flores perfumadas y mariposas jugando con ellas. Ya sé que todo eso te resulta nuevo, desconocido y, sin embargo, estás viniendo a descubrirlo, a disfrutarlo, a saborear cada paso en tu itinerario de descubrimiento. Entonces sólo puedo decirte "bienvenido a la vida". ¿Y si te apuraras un poco más, y si esta espera no fuera tan prolongada? ¿Ves? A uno lo vence a veces la impaciencia y, sin embargo, cómo olvidar que todo es un proceso, cómo ignorar que todo tiene su tiempo; si tuviéramos la capacidad de comprender el tiempo de cada cosa, cosas serían diferentes en el mundo.

Llegará un momento en que tú serás grande y marcharás de casa. Entonces ni yo ni tu mamá te lo impediremos: tienes derecho a descubrir el mundo, tienes derecho a equivocarte. Intentaremos que antes de partir comprendas que el error no es malo en sí mismo, sino parte del aprendizaje; quien aprende de sus caídas no se ha equivocado.

Quiero contarte que el hogar donde vivirás es una preciosa comunidad, tal como vivían nuestros abuelos los Incas; allá sólo tenemos un deber: Compartir. Sólo tenemos un derecho: Compartir. Y será en una casita circular con techo de paja y construída con inmenso amor. No te imaginas cuánto esfuerzo nos ha costado reconstruir nuestra comunidad, y, sin embargo, valió la pena. Hoy podemos recibirte en un hogar, a todos los niveles, maravilloso.

Quizás debo hablarte más cosas de nuestros antepasados. Los Incas fueron una comunidad de comunidades muy interesante. Profundamente respetuosa de la "Pachamama”, descubrieron que en la vida lo más importante es la vida. Que no tenemos que complicarnos cuando en verdad solo hemos venido a crecer, y crecer es disfrutar. La vida, te decía antes, es una fiesta. Nuestros antepasados ya lo sabían.

Sabes, mi ‘Waírita' querida, quiero compartir contigo mi felicidad, especialmente en momentos de adversidad. Si la gente recordara que vivir es lo más maravilloso que nos podia ocurrir, ¡cómo no celebrarlo con acciones plenas y pensamientos puros! ¡cómo no vivir agradecidos teniendo presente que el mejor agradecimiento es y será siempre estar bien! Quiero compartir contigo mi felicidad desde este momento.

Quiero confesarte algo, tienes que saberlo. La vida y la naturaleza en realidad son lo mismo: belleza pura. Donde sea que miremos podemos sentir la fragancia del amor. Empero, hay algunos hombres empeñados en no ver la belleza. Hay algunos hombres que en su ceguera están destruyendo la belleza y produciendo heridas a nuestra madre tierra. Estamos intentando ayudarles a reconciliarse con ella.

También quisiera presentarme. Es bueno que sepas quién es tu padre: Soy joven en edad pero viejo en conocimiento. Recibí la herencia sagrada y tengo el encargo de compartirla con los hombres de otros pueblos. Ese es el motivo de mis frecuentes viajes. Hay gente, tanta gente maravillosa que sólo está esperando que le recordemos su esencia amorosa. A veces, a veces me siento árbol, otras veces cóndor o montaña. Amo lo que hago, trato de ser coherente y especialmente de no perder la humildad.

¿Sabes que cuando nazcas será una fiesta? Es que la vida es una fiesta. Una danza sagrada, la sagrada danza cósmica. Ese día realizaremos la ceremonia de entregarte a la tierra, a los pies del árbol sagrado; una flor y una piedra serán enterrados al amanecer y le pediremos al "Tatain”, que ilumine tu sendero, que te enseñe a caminar con discernimiento y lucidez, que te enseñe a convertirte en luz cuando llegue la oscuridad. ¡Bienvenido a la fiesta de la vida!

Y caminaremos descalzos sobre la tierra y gozaremos con el viento y danzaremos bajo la lluvia. Subiremos por el arco iris hasta el Juanajuacha; cuántas ganas tengo de mostrarte el árbol guía y subir contigo a la montaña sagrada. He viajado al mundo del hombre moderno. He transitado por sus calles vacías de amor.

Sabes mi "Wairita" querida que a veces no he podido evitar que mis lágrimas humedezcan el rostro. La gente ya no canta ni danza, no abraza ni regala; le hace daño a la tierra, se hacen daño unos a otros. Desde pequeños envían a sus niños a unos lugares donde se Vuelven máquinas. Nosotros te queremos libre, libre como el viento. Nosotros te queremos salvaje, pero humano.

¿Sabes que nosotros como hijos de la Pachamama tenemos un compromiso con ella? El compromiso de amarla y respetarla, de cuidarla y disfrutar agradecidos de su belleza. Es con ese ideal que estamos luchando; quisiera poder dejarte un mundo sin fronteras, sin enemistades, sin verdugos ni degollados. Un mundo donde cada uno se sienta árbol del mismo bosque compartiendo

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