ÉTICA SOCRÁTICA
Enviado por nicolax • 19 de Junio de 2013 • 1.429 Palabras (6 Páginas) • 1.123 Visitas
Sócrates es un antiguo filósofo que nació y murió en Atenas, en la época en que vivió (469-399), Atenas pasaba por una de sus épocas de mayor esplendor , fue hijo de un picapedrero y de una matrona, se casó con Jantipa y con ella tuvo tres hijos. A pesar de las acusaciones que se le hicieron a Sócrates en el juicio que lo llevo a su muerte , se dice que su muerte se atribuye a su indirecta participación con el concejo de los 30 tiranos, ya que dos de sus discípulos fueron miembros importantes de la junta , en el juicio de Sócrates se le considera culpable y se le condena a muerte. Días antes de ser ejecutado Critón, amigo de Sócrates, llegó a su celda y se puso a conversar con Sócrates tratando de convencerlo de escapar, Sócrates le responde diciendo que no es justo y desde ese entonces comienza un diálogo acerca de la justicia, y de eso se tratara este ensayo, más específicamente del como Sócrates distingue la filosofía como una herramienta que licita las leyes de la ciudad como mandamientos inquebrantables para cualquier hombre que desee llevar una vida buena.
Tal como sale explícito en la tesis, la filosofía se asemeja a una herramienta, ya que te sirve para razonar en un ámbito específico para que puedas llegar a una respuesta concreta, en este caso Sócrates la utiliza para definir cómo podemos llegar a vivir una vida buena y noble, y luego de filosofar junto a Critón, llegan a la conclusión de que es siendo lo más justos posibles, y esto se logra siguiendo las leyes de la ciudad sin dudar de ellas.
En el diálogo el Critón, Sócrates llega a un punto en que le dice a Critón, qué pasaría si vinieran las leyes y comenzaran a discutir con nosotros, desde ese punto en adelante, Sócrates propone una situación hipotética, para tratar de dejarle en claro a Critón que fueron las leyes las que le dieron la vida y la respetaron, y en forma de retribución él debería hacer lo mismo con ellas al respetarlas y seguir lo que dicen, por lo que Sócrates niega rotundamente la proposición de Critón de escapar de prisión, ya que estaría tratando de destruir aquello que significa para él la razón por la cual nació, sigue vivo y por lo demás es su guía para poder llegar a tener una vida buena, “y si la vida buena es la vida justa, entonces la pregunta que Critón y Sócrates están debatiendo tiene que ser formulada en términos de justicia. Si escapar es justo, entonces contribuirá a la felicidad de Sócrates; si no lo es, entonces tendrá el efecto opuesto” (Critón, editorial universitaria, Alfonso Gómez-Lobo, pág. 41), por lo que Sócrates no tenía ningún interés en escapar de prisión si es que iba a tener que vivir triste en el exilio, lejos de la ciudad que lo vio nacer y vivir toda su vida, de la cual solo se fue una vez, además tendría que vivir sabiendo que atentó contra las leyes que le permitieron la vida a él y a sus hijos. Sócrates incluso llega al punto en que da la situación hipotética en que las leyes le preguntan si fuera posible que él negara que él es tanto hijo como esclavo suyo, al igual que toda su descendencia, frente a tal afirmación
Sócrates afirma que él ni siquiera intentaría refutarla, puesto a que es completamente cierto, por lo que se puede decir que Sócrates se enfoca en poner a las leyes como aquellas encargadas del destino y de que todo lleve su rumbo, y que frente a tal objetivo él no es nadie para siquiera tratar de impedirlo.
Sócrates menciona en un pasaje de la apología que cometer una injusticia es y siempre será un acto deshonroso, pero padecer una no, por ende es mejor padecer una injusticia que causar una, ya que al cometer una injusticia estas atentando contra la ciudad en sí, y voluntaria o involuntariamente estas ayudando a la destrucción de esta y sus leyes, frente a este argumento se le ha debatido el hecho de que si sólo un hombre comete una injusticia no hará necesariamente que caiga una ciudad y sus leyes, pero frente a esto respondo citando a Alfonso Gómez-Lobo “si es lícito que un ciudadano viole las leyes de la ciudad, sería también lícito que todos los ciudadanos hagan otro tanto, y esto sí que tendría, en principio, devastadores efectos para una comunidad política” (Critón,
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