Ética - Ciencia Política
Enviado por rokkan • 8 de Diciembre de 2012 • 2.584 Palabras (11 Páginas) • 597 Visitas
1) KARL APEL Y EL INTENTO DE FUNDAMENTACION TRASCENDENTAL DE LA ETICA
Señale cual es el recurso metodológico que propone K. APEL, para resignificar la posibilidad Kantiana de fundamentar acción moral.
2) PARTICULARISMO VERSUS UNIVERSALISMO
Basándose en FOUCAULT, defina como argumenta este autor a favor de “un sujeto responsable de sí mismo, capaz de hacer de su vida una obra de arte”.
3) CUESTIONES DE ETICA EN AL AMBITO POLITICO
Partiendo de las diferentes visiones de Bernard WILLIAMS Y Thomas McCARTHY, reflexiones sobre la posibilidad de establecer un horizonte ético exigible al sistema político y a los detentores de las máximas responsabilidades políticas.
Cite algún ejemplo contemporáneo en donde usted pueda reflexionar a partir del concepto de HABERMAS de espacio público. Y como este espacio público puede construirse.
Sintetice la reflexión de Slavoj ZIZEK, y su propuesta para recuperar la “racionalidad herida” del individuo asediado por la debilidad y las inclinaciones y explicite y fundamente donde situaría a este autor en el clivaje teórico que proponen FOCAULT Y APEL.
DESARROLLO
1) Karl Otto Apel juzga imprescindible y posible la fundamentación de la ética universal a la que sitúa en plano de la comunicación humana. Apel, situándose en la órbita del pensamiento kantiano, ofrece lo que considera una fundamentación trascendental de la ética, refiriéndose siempre a las condiciones sin las cuales no es posible ni siquiera hablar de lo que se quiere fundamentar, sosteniendo que sin ética no hay comunicación humana posible. Pero la existencia de la comunicación resulta indiscutible, por lo tanto, también lo ha de ser la ética. Que ética? Precisamente, la que este en la base de la comunicación, que para Apel, presenta características universales y no depende de cada situación de interacción comunicativa. La comunicación supone algunos principios universales, sin los cuales ella misma no es posible. Entre ellos, la veracidad del hablante, el respeto por el otro como sujeto autónomo, destinatario final del mensaje y no como medio para sus propios fines, etc. Esto no es otra cosa que la ética, enuncia Apel, con lo que la ética estaría en la base de toda comunicación posibilitándola. Es cierto – sostendrá– que en el marco de la comunicación la gente puede engañar, mentir, utilizar a los interlocutores, etc. pero eso sucederá como deformación de las condiciones que hacen posible la comunicación. Quiere decir que nosotros ingresamos en una situación de comunicación en la medida en que suponemos que aquel con quien hablamos es sincero y veraz en sus dichos, nos respeta como sujetos autónomos, no pretende utilizarnos como medios para sus propios fines. Si descubrimos por el contrario que esto no es así, sencillamente suspendemos la comunicación. De manera de Kant, si la mentira, el engaño o la utilización se universalizan, todos, desconfiando de los demás, dejaremos de comunicarnos. Con lo que resulta que, si no aceptamos un conjunto universal de presupuestos éticos, la comunicación misma resulta imposible.
Apel retoma el universalismo kantiano, aunque situándose en un contexto de pensamiento propio del S. XX: el del lenguaje y la comunicación, enunciando:
“para resolver el problema de una ética posconvencional de la responsabilidad, solo parece quedar el camino de la ética discursiva: es decir, la cooperación solidaria de los individuos ya en la fundamentación de las normas morales y jurídicas susceptibles de consenso, por medio del discurso argumentativo.
(Karl-Otto Apel en “Teoria de la verdad y ética del discurso”).
2) Foucault se interesa en el tema del sujeto e introduce la cuestión de la ética – segundo y tercer tomo de Historia de la Sexualidad – refiriendo la cuestión de la ética con la del poder y afirma que la ética – en cuanto pretensión universalista kantiana – es una moral más, la moral intelectualista moderna elevada al rango de “supramoral” o moral universal oponiendo a esta pretensión, la idea de “cuidado de sí”, que explica en detalle en “Tecnologías del Yo”. De esta forma, reivindica la idea – que él afirma es clásica y se ha desvirtuado – de la construcción de un sujeto responsable de sí mismo, capaz de hacer de su vida una obra de arte. La ética, en ese enfoque es la capacidad de cada uno de nosotros de hacerse cargo de la propia vida. Frente a toda pretensión universal, Foucault desenmascara una forma de dominación ilegitima del estado sobre los individuos y nos desafía a que enfrentemos la singularidad de nuestra existencia, asumiendo la carga que ello significa. La dimensión ética reside, en esta rebeldía de la libertad frente al poder, que es al mismo tiempo, la mayor y más ardua de todas las responsabilidades. El autentico saber, es el saber en sí, en el sentido de saber hacer frente a la propia vida y edificarla, más allá de toda pretensión homogeneizante, que siendo una expresión de poder sobre el individuo resulta a la vez un tranquilizante excusa para evitar el desafío propuesto. “Tecnologías del Yo” es un detallado análisis histórico – genealógico. Así como en el primer volumen postula la idea de ética como creación de la propia vida, en el segundo reconstruye paso a paso los modelos en que esto se ha ido dando desde la antigüedad clásica hasta la modernidad, pasando por la edad media cristiana. Desafiándonos a pensar los modos en que nos gobernamos a nosotros mismos. Este análisis resulta revelador de las condiciones de creación de la propia vida.
3) En una sociedad compleja, el sistema político adquiere una diferenciación relevante en relación con el conjunto de la sociedad civil. La lógica de producción y reproducción del poder posee reglas propias y parece separar a los políticos del espacio social general convirtiéndolos en profesionales. Los políticos dependen, en una sociedad democrática, del voto ciudadano y este es el punto de tendencia de toda lógica del poder. Al alcanzar el voto ciudadano, los políticos se asumen como representantes de quienes los han votado. La distancia sistema político – sociedad, impide una representación transparente como tal, que los representantes nunca son un puto espejo de los representados, sino que se ven obligados a interpretar el sentido de su mandato y juegan intrínsecamente a la política que permita acumular y reproducir su poder.
¿Qué carácter moral resulta exigible a los políticos? ¿Hay comportamientos ligados a la profesión política que la sociedad debe rechazar y castigar? Relacionando estas dudas con la corrupción política, pero especialmente, con el uso de recursos políticos para la perpetuación en el poder, B.
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