Ética, Sociedad y Profesión “Actividad de Aprendizaje 2”

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      UNIVERSIDAD AUTONOMA DE NUEVO LEÓN

      FACULTAD DE CIENCIAS DE LA COMUNICACIÓN

Ética, Sociedad y Profesión

 “Actividad de Aprendizaje 2”

Alumno: Walter Alan Guadalupe García Alvarado

Matrícula:  1552432

Grupo: N17

Monterrey, Nuevo León a 23 de febrero de 2018

Ética en Aristóteles

Aristóteles nació en el año 384 en Atenas Grecia, ciudad que lideró la II liga Delicia contra Esparta en el año 377. Aristóteles, vio gran parte de su vida a Atenas en campañas para la conquista de territorios de Grecia intentando ser quienes tuvieran la hegemonía en el territorio y crearon nexos con otras ciudades y cayendo ante algunos enemigos. Su sistema político era la democracia.

 El escribió 2 éticas, la primera “Ética a Eudemo” que puso en evidencia las influencias platónicas y la “Ética a Nicómaco” que es la versión final de la ética aristotélica.

Esta ética es la de la felicidad, pero también de la virtud, ya que es el único medio para alcanzar la felicidad absoluta. Aristóteles, define a esta última, como el ejercicio perfecto de la actividad propia del hombre. Al final de la Ética a Nicómaco, Aristocles define a la sabiduría como la actividad más propia del hombre y la que mayor felicidad le proporciona.

En cuanto a la virtud en la define como la disposición del alma, es decir, la aptitud de esta para comportarse de un modo determinado.

Pero Para el filósofo, existe un punto medio, el mezote, el sitúa la virtud en un término medio, sin significar mediocridad, si no un equilibro entre los vicios de los extremos. El valor es el punto medio entre la temeridad y el miedo.

Estoicismo

Comenzó con Zenón de Kitión (Chipre, 336-264 a.C) abriendo su escuela en Atenas, Grecia, en el año 306 en un lugar de nombre Stóa poikilé. La situación política durante esta época fue difícil, ya que, con la muerte de Alejandro Magno, su gran imperio quedó en disputa de sus generales, creándose tres grandes reinos: Macedonia, Alejandría y Antioquia y terminando anexados a Roma, formando parte del gran imperio que constituyó la ahora ciudad italiana. El pensamiento estoico estaba dividido en tres virtudes esenciales para llegar a la felicidad, las cuales son la racional, la natural y la moral, las cuales, se representaban por la lógica, la física y la ética.

En esta corriente, el conocimiento como la moral dependen de una visión en lo que lo divino y lo natural coexisten en una sola sustancia en la cual todo es dirigido por una razón divina, por la cual ocurre todo, a esto, se le conoce como panteísta. A esta razón divina se le conoce como Hado, el cual, impulsa a los hombres a actuar conforme a la naturaleza dominada por la razón y lo divino. En la naturaleza el hado, no hay cabida para el azar, por lo cual, no existían actos libres dentro de esta corriente y por lo cual, definen a la libertad como la capacidad de entender el mundo y de entender la vida de los hombres bajo la racionalidad aplicada a nuestros actos

Epicureísmo

Esta escuela ética, nace gracias a Epicuro de Santos (341-270) en Atenas Grecia, después de la muerte de Alejandro Magno. Políticamente hablando, esta escuela enfrentó la misma situación que el estoicismo, la lucha de los generales de Alejandro Magno por quedarse con el gran imperio y la posterior anexión al Imperio Romano.

Esta doctrina, se basó en que el placer es el mayor bien y propósito de la vida, refiriéndose a los placeres del intelecto, ya que los sensuales, según él, trastornan el espíritu.

Para Epicuro, una persona es feliz cuando aprende a controlar sus miedos (Al futuro, al muerto y a Dios) y la eliminación de todos los miedos, es el objetivo principal de esta doctrina. Además, se adelantó a Darwin con la “selección natural” y afirmó que la naturaleza origina distintos organismos y que solo sobreviven los que se reproducen y se superan.

Esta corriente ética, se centra en lo materialista según el punto de vista filosófico, puesto que sostiene que las sensaciones se producen por una sucesión de imágenes que dejan los cuerpos y son registradas por los sentidos y estas sensaciones a su vez, no logran engañar, si no, solo la interpretación del hombre es la que puede estar equivocada.

Prioriza la justicia, el equilibrio entre el placer y el sufrimiento, además de la honestidad y la amistad, que para él es mucho mejor que el amor, porque este último, produce una pérdida de tranquilidad y desequilibrio.

Ética Cristiana

Inició a mediados del año II en Palestina, que algunos años después, se trasladó a Jerusalén. En el sistema político imperial, al nacer Jesús, el Emperador Romano reinante era Octavio Cesar Augusto, y lo seguían Herodes I el grande y Poncio Pilato, y el Sanedrín, los primeros estuvieron muy relacionados en la vida de Jesús.

La ética cristiana, es más que unos principios o reglas, si no, que los cristianos deben de estar conscientes de que deben de imitar a una persona, a Jesucristo, quien dio la vida por amor de los hombres, el cual no tiene medida haca cada uno, pero por la imposibilidad o dificultad de lograrlo, el Redentor hace la promesa la cual asegura que lo que es imposible para los hombres, es posible para Dios, lo cual hace contar con la gracia y favor de Dios, sin el cual, no podemos hacer nada.

Esta ética se puede resumir en el Sermón de la Montaña, el cual, muestra que es una ética de máximos, no de mínimos. Lo que les propone Jesús a sus discípulos, tiene un alto grado de exigencia o utopía, porque lo que el pide, está más allá de sus posibilidades y por lo mismo se requiere el auxilio del mismo Dios el cual ayuda al cristiano para vivir superando el egoísmo

Otro elemento importante es la idea de la ley eterna como norma suprema de la moralidad, es decir, Dios marca la ley constitutiva esencial a las cosas que son y esto es un reflejo del proyecto divino y recibe por nombre Ley Natural y es conocida por cada hombre de forma inmediata y espontanea en sus principios más generales y es aplicada a través de un juicio practico o prudencial el cual se denomina conciencia moral que consiste en la revelación interna del bien moral, como expresión subjetiva de la ley eterna y el dictamen de Dios sobre los actos del hombre y este por sí mismo, descubre los principios morales fundamentales para la búsqueda del bien supremo.

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