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Ética de la procreación

Jorge PuicanTarea16 de Septiembre de 2018

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UNIVERSIDAD CATÓLICA SANTO TORIBIO DE MOGROVEJO

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ASIGNATURA:        Ética

TEMA                :        Ética de la procreación

DOCENTE        :         Limo Figueroa David Fernando

ALUMNO        :         Jorge Puican Otero



Chiclayo, 27 de Noviembre

INTRODUCCIÓN

En la historia nunca antes se ha atribuido a la protección de la vida humana una importancia tan grande que gracias a ello hoy en día vive gran parte de los hombres, y tampoco nunca antes se ha hecho realidad esa protección de modo tan amplio y efectivo. A pesar de las guerras, de todo tipo de criminalidad violenta y de las catástrofes de mayor o menor magnitud inducidas por la tecnología, el ser humano posee hoy un grado de seguridad garantizada por el Estado que no se ha experimentado en ninguna época anterior a la historia. Esta seguridad o garantías constitucionales son para que la persona humana no esté sometida a ciertas vulneraciones ante su vida y dignidad y no atente contra ellas desde una falta de responsabilidad hasta experimentos embrioticos.

Si bien es cierto que las amenazas para la vida humana y su dignidad son tan antiguas como la humanidad misma. Esas amenazas han revestido siempre múltiples formas mediante la guerra, asesinato, tortura, la explotación de trabajadores que amenaza o daña su vida, etc., pero también existe amenazas contra la procreación del ser humano que no solo busca eliminar al concebido sino también darle una serie de experimentos que hoy en día están prohibidos. Otras amenazas para la vida puede que tradicionalmente hayan sido estigmatizadas en igual medida, o en algunos casos en medida incluso mayor, pero en la sociedad actual parecen encontrar creciente tolerancia, sino incluso aceptación por principio, tal es el caso de dar muerte al fruto de la concepción en el seno materno.

Con el aumento de la tolerancia y la aceptación a la muerte de la concepción, las amenazas para la vida humana cada vez son consideradas como tales en menor medida. Si bien es cierto que la mayoría de las personas, de la mayor parte de los países de la Tierra, excluiría en su conducta personal como posibilidades de acción tanto el aborto. Sin embargo gran número de personas que piensan así están dispuestas a tolerar esa conducta en otras personas.

En este trabajo analizaremos varios factores sobre la importancia de la vida humana como son la procreación, el concebido, la anticoncepción que es importante para velar por la vida, futuro y hasta evitar una muerte innecesaria.

              ÉTICA DE LA PROCREACIÓN

Definición de la procreación:

En el reino animal la reproducción está guiada por el instinto. Conforme al famoso dictum del jurista romano Ulpiano se fija en “la inclinación natural de la unión de lo masculino y femenino” es algo que la naturaleza ha enseñado a todos los seres vivos. Ahora bien, a ello debemos añadir a Tomás de Aquino que nos dice que la naturaleza no ha enseñado a todos los seres vivos a seguir esa inclinación bajo la dirección de la razón y la voluntad, es decir, a seguirla de forma responsable.

Por procreación la acción y el efecto de engendrar y dar a luz nuevas criaturas de la especie humana, para su multiplicación. Es el equivalente humano a la reproducción animal, pero al estar referido a las personas posee una connotación cultural, pues al instinto reproductivo se le añade una posibilidad de planificación a efectos de que el nuevo ser humano se incorpore a la familia a la que pertenece siendo querido y esperado, para poder crecer y desarrollarse en plenitud. Esta forma de procreación que responde a una razonada y querida perpetuación de cada uno y como consecuencia, de la especie, se denomina responsable, siendo los embriones concebidos por adultos responsables de asumir la crianza y educación de un ser humano en un mundo cada vez más exigente.

Mientras la sexualidad animal posee un significado meramente biológico, la de los hombres goza, además de éste, de otro conjunto de ellos, que podríamos agrupar bajo dos epítetos: psicológicos y espirituales. Empleando la misma terminología que antes, cabría sostener que la sexualidad humana es múltiple y polimorfa, y se sitúa en distintos niveles: 1) mantiene, en el ámbito biológico, su sentido de conservación de la especie; 2) tiende a colmar, al mismo tiempo, ciertas aspiraciones englobables bajo el adjetivo de “psicológicas”: dar un adecuado cause a la afectividad, descubriendo en el otros valores personales ligado al sexo; elaborar un concreto proyecto de vida en unión a la otra persona; ayudar a determinar quién ha de ser ese otro individuo; evitar la soledad, satisfacer las ansias de paternidad y maternidad, etc.; 3) aspira también a dar cumplimiento a tendencias propiamente espirituales o personales, que se podrían resumir en el conocimiento del conyugue y por encima de dicho conocimiento, en la entrega y recepción del propio yo: el amor interpersonal.55

En segundo lugar, la sexualidad humana goza de mayor indeterminación y libertad que la del animal, lo cual hace posible- como veremos, pues es la clave para la regulación de la fertilidad humana- que sea asumida por la inteligencia y voluntad.55

El ejercicio de la sexualidad ha de estar unido, en el hombre, a lo que lo constituye más radicalmente como persona: la inteligencia y voluntad o, si se prefiere, la libertad inteligente y el amor, también razonado y razonable. Adviértase, pues es importante, que esto es una exigencia, en el sentido más fuerte del término, del carácter unitariamente personal del sujeto humano. La sexualidad humana es, así, una sexualidad personalizada con independencia del modo en que obren los distintos sujetos, en cuanto actualizada por un acto de ser personal, que deja su huella en todos los elementos que integran a la persona y en todas sus operaciones. En cuanto que, en los dominios operativos, esa sexualidad queda asumida por la manifestación más alta del carácter personal del hombre que es el amor.57

La importancia de la sexualidad humana va por encima de la sexualidad animal en diferentes aspectos pero en la sexualidad humana existe también ciertos riesgos de que el hombre y la mujer procreen desde la etapa de la adolescencia lo cual constituye un grave problema individual y social, ya que la madre tan joven no está preparada físicamente para llevar adelante un embarazo sin riesgos, y tanto hombres como mujeres, recién salidos de la niñez, deberán dejar de lado sus proyectos personales y en general recurrir al apoyo y contención económica de sus propios padres, ya que no cuentan aún con un trabajo, y muchos menos estabilidad laboral lo que conlleva a que la responsabilidad paternal se vea limitada.

Responsabilidad Procreativa:

        Los seres vivos no racionales se dejan llevar por sus instintos, y así cumplen su fin y voluntad, pero el hombre, el ser vivo racional solamente puede cumplir ese fin y voluntad como sujeto que actúa responsablemente, como señor de sus propias acciones, como intérprete de la voluntad de Dios, es decir la ordenación de los actos humanos bajo la dirección del criterio del conocimiento racional y si no los tuviera siguiese tanto sus impulsos como sus instintos y no podría cumplir la voluntad de su Creador.

        En la procreación responsable se necesita un cierto conocimiento de las leyes biológicas como conocer los modos de prevenir embarazos, como también conocer  los cuidados que requiere el embarazo, el parto, el recién nacido y el niño en sus primeros años de vida, es necesario saber estos conocimientos tanto las generaciones de hoy como para las futuras, y darles a entender, que un procreado es el producto del amor como también de la razón y poder evitar así, ver tantos niños desnutridos, sin amor o en situación de calle. Es importante mencionar que es necesario valorar las condiciones económicas, sociales y psicológicas para así poder saber si podemos procrear.

        El problema de la procreación responsable es relativamente reciente. En el pasado no se planteaban interrogantes sobre la procreación, ni sobre la responsabilidad, ni mucho menos sobre el sentido de procrear. Procrear era considerado como el resultado natural de la decisión de casarse, porque casarse no era tanto formar pareja sino más bien crear una familia.

La procreación responsable significa en el sentido más general poner a los impulsos sexuales bajo el dominio de la razón y de la voluntad, a lo que nos referimos es a dar seguimiento de forma racional a la inclinación sexual y así realizar actos sexuales de forma responsable que surge de la voluntad guiada por la razón, así mismo, se manifiesta un amor conyugal estable, ordenada y reciproca lo cual conlleva a una paternidad responsable.

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