América Latina, Influencias Internacionales Y Dependencia Norteamericana

Los mecanismos antropológicos que vinculan la experiencia de las personas con generaciones pasadas es una de las características más persistentes del siglo XX, de esta forma la mayoría de los jóvenes actuales crecen sin un lazo con su pasado.

Hoy concebimos la economía en función de dos polos, el capitalismo y el socialismo. El mundo se ha alineado bajo los principios del primero, tras la segunda guerra mundial en donde se levantó un período de inigualable crecimiento económico y cambio de la sociedad que se catalogó como Edad de Oro.

Para poder analizar el contexto Latinoamericano, debemos primero conocer la historia internacional de los últimos siglos. Este comienza con la primera Guerra Mundial, la cual marcó el derrumbe de la sociedad occidental del siglo XIX, considerada capitalista, liberal, burguesa, brillante y muy convencida de los ideales de Europa, cuya influencia económica se había extendido a una gran parte del mundo. Sin embargo los 40 años siguientes a la Gran Guerra fueron épocas de grandes catástrofes económicas y sociales.

En primer lugar se desencadenó una crisis económica de proporciones y que afectó incluso a Estados Unidos, quien se erigía incólumne a los debacles económicos dejados por la primera Guerra Mundial. Luego de la segunda Guerra Mundial y la caída del socialismo, los países involucrados debieron reestructurarse y potenciar su economía. Desde luego, el país más dañado económicamente fue Alemania.

Aunque el hundimiento del socialismo fue el acontecimiento más destacado pasada la Edad de Oro, la crisis afectó a todo el mundo, independientemente de sus configuraciones políticas. En los años setenta, estos problemas fueron persistiendo mientras los países buscaron distintas soluciones a los problemas económicos existentes, los cuales dieron resultados. Sin embargo, los primeros años de la década de los '90 presentaron un nuevo período de crisis económica. Desempleos masivos, enfrentamiento de clases sociales y economía frágiles de países socialistas, dieron fin a la URSS y del siglo XX.

Esta nueva crisis era tanto económica como política. Las tensiones generadas por la economía socavaron los sistemas políticos democráticos, parlamentarios y presidencialistas, al igual que a los sistemas políticos del tercer mundo, los cuales no sobrevivieron a la economía transnacional de los países desarrollados.

Con todo lo dicho anteriormente, Hobsbwamn creó un paralelo comparativo entre el mundo en 1914 y el mundo de 1990, el cual se resume de la siguiente manera:

- Actualmente, el mundo cuenta con 5 ó 6 millones de personas más, "tres veces más que al comenzar la primera Guerra Mundial, a pesar de que en el curso del siglo XX se ha dado muerte o se ha dejado morir a un número más elevado de seres humanos que en ningún otro período de la historia"1

- El mundo es incomparablemente más rico de lo que ha sido nunca, en lo que respecta a su capacidad de producir bienes y servicios, debido a la necesidad de los países europeos de reactivar economías y reconstruir lo destruido por las guerras.

- A pesar de los avances económicos e intelectuales, las desigualdades sociales se acrecentaron en porcentajes muy elevados. Hobsbwamn asegura que la humanidad es mucho más instruida que en 1914, sin embargo esto no se relaciona con su nivel de ingreso pér cápita.

- Se ha vuelto un elemento normal de seguridad de los estados desde 1914, la tortura

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