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Arte Y Cultura


Enviado por   •  22 de Agosto de 2011  •  3.875 Palabras (16 Páginas)  •  1.460 Visitas

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ARTE Y CULTURA EN LOS AÑOS FORMATIVOS

LOS CONVENTOS, LOS FRESCOS, LAS OBRAS HISTÓRICAS, LOS CÓDICES, EL ARTE PLUMARIO.

La bonanza económica que vivió nueva España en la segunda mitad del siglo XVI y a lo largo del XVII como consecuencia del descubrimiento de nuevas minas del norte y de que una buena parte de la plata se invirtiera en el territorio novohispano, se reflejó en el desarrollo cultural y artístico del virreinato.

Recordemos que a partir de la llegada de los españoles la religión católica rigió la mayoría de las actividades cotidianas de las comunidades indígenas y de la vida novohispana en general, así en villas como en ciudades. A finales del siglo XVI la primera etapa de evangelización llegaba a su fin. A partir de entonces la construcción de conjuntos conventuales se caracterizó por su suntuosidad y magnificencia, tanto en su arquitectura como en su decoración. Estos conventos intentaban mostrar al mundo la grandeza e importancia de la iglesia y del virreinato y ya no eran únicamente sobrios recintos destinos a la catequesis, es decir, a loa enseñanza de la religión católica.

Para su edificación y decoración los frailes contaron con numerosa mano obra indígena dirigida por ellos mismos. La fachada e interiores de estas construcciones fueron decoradas como esculturas, relieves en piedra y pinturas manuales que se usaban para reforzar las enseñanzas y dogmas de la fe católica.

La construcción de estos conventos causo gran polémica entre las autoridades civiles y eclesiásticas. Se acusó a los frailes de imponer a las comunidades indígenas trabajos excesivos para edificar sus conventos; muchas de estas críticas fueron hechas por las autoridades con el fin de limitar el poder del clero regular que tenía una gran influencia entre la población indígena.

Durante los siglos XVII y XVIII los conventos o monasterios continuaron siendo importantes centros de actividad religiosa, social, y cultural, donde los frailes además organizaban talleres para que los indios aprendieran diferentes artes y oficios.

Uno de los recursos que más usaron los frailes para transmitir las ideas y dogmas de la religión, la historia de su congregación, la vida de los santos, etc. Fueron los frescos y las pinturas murales, con los que se cubría gran parte de las paredes de los conventos e incluso los techos. Para elaboración se tomaron como modelos estampas, grabados y libros religiosos europeos, y se capacitaron en los conventos a los pintores indígenas, quienes resultaron ser muy buenos artistas y demostraron tener una gran capacidad para el copiado, aunque con ciertas dificultades para dibujar el cuerpo humano, la proporción y la perspectiva. Se utilizaron principalmente los colores blanco y negro, asi como de origen vegetal y mineral como el rojo y el añil, que los indios conocían bien por haberlos empleado en la pintura de los murales prehispánicos.

Los temas de los frescos dependían del lugar donde se pintaban. Dentro de los conventos, donde solo podían entrar frailes, las pinturas reflejaban temas propicios para la meditación, escenas de la pasión de cristo, la vida del fundador de la orden, imágenes de los evangelistas, interpretación de salmos (oraciones o cantos para alabar a dios), entre otros. En la parte exterior de los conventos, en las iglesias y capillas abiertas, donde los fieles se congregaban, los temas estaban más bien orientados a la enseñanza y propagación de la fe y podían variar desde escenas de la lucha entre el bien y el mal, de los pecados y sus consecuencias, de la pasión, hasta la vida de Jesús o de la virgen María.

También hubo arquitectura civil que se decoró con frescos. Sin embargo, son pocas las muestras que quedan de ella debido a las modificaciones que se hicieron en estas construcciones a lo largo de los años.

Los primeros frailes evangelizadores se dedicaron, con ayuda de los indígenas, a recuperar el pasado prehistórico, pues era importante para los religiosos conocer las tradiciones y costumbres nativas con el fin de erradicar sus antiguas creencias y poder evangelizarlos. Esta labor fue una de las más importantes tareas de recuperación cultural e histórica, ya que, con el propósito de plasmar por escrito las lenguas indígenas, las aprendieron y las fijaron en caracteres latinos, es decir, las escribieron en su alfabeto tal y como ellos escuchaban la palabras; de ahí que, por ejemplo la misma palabra se escribiera de formas diferentes, como el caso Moctezuma, Montezuma, Montecuzo. Gracias a ello muchas lenguas indígenas se conservaron. Uno de los frailes más destacados en la recuperación del pasado indígena fue sin duda fray Bernardino de Sahagún.

Otros frailes y clérigos se convirtieron en cronistas e historiadores de nueva España hacia finales del siglo XVI y durante el siglo XVII. Entre ellos destacaron por su labor fray juan de Torquemada, Bernardo de Balbuena, fray miguel de Guevara, fray juan Grijalva y francisco de Florencia, entre otros. En la preocupación por el rescate del pasado indígena, don Fernando de Alva Ixtlilxóchitl, hijo de un cacique indígena, destaco como historiador y traductor.

Muchas de las obras de estos cronistas e historiadores fueron retomadas en el siglo XVII por algunos criollos ilustrados como Francisco Javier Clavijero, quienes contribuyeron con sus escritos a forjar una identidad propia para los habitantes de América, por medio de una literatura mestiza que tomaba en cuenta sus dos raíces: la indígenas y la europea.

La imprenta, que había sido introducida en nueva España en 1539, ayudo a que se publicaran y conocieran numerosos tratados sobre la cultura de los pueblos indígenas, en los que se enaltecía la belleza y riqueza natural del continente americano. También se imprimieron libros de gramática y vocabularios indígenas, crónicas donde se relataba algún suceso importante como la llegada de un virrey, la construcción de una iglesia o convento o alguna tragedia que afectaba a la población novohispana, como las epidemias o inundaciones.

Dentro del proceso de recuperación del pasado prehispánico por los españoles, los códices indígenas desempeñaron un papel muy importante. Los códices eran documentos pictóricos y pictográficos elaborados generalmente sobre papel amate, piel de venado o papel de maguey por los pueblos mesoamericanos; entre ellos plasmaban sus creencias religiosas, ritos, ceremonias, nociones geográficas, historia, genealogías y alianzas. Los encargados de su elaboración eran los tlacuilos, quienes recibían una educación especial y eran sumamente respetados.

Los primeros frailes españoles, ayudados por sus discípulos indígenas, llevaron a cabo una gran labor de investigación, recopilación y traducción de aquellos códices prehispánicos. Además hicieron

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