Carnaval de Oruro: tradiciones entrelazadas, permisos, prohibiciones y engaños decisivos.

Bonampak, colores y celebraciones

"En lo profundo de la densa selva lacandona del departamento de Chiapas, se ocultó hasta 1946 un verdadero depósito de joyas de la América Antigua: a la vez obras de arte y registros históricos, en las ruinas de Bonampak se vislumbran aspectos de la maravillosa cosmovisión política Maya."

Cuando nombramos a la cultura Maya, a la mayoría de nuestros interlocutores se les ocurre pensar (al menos en primera instancia) en las "predicciones" del año 2012, pero no son muchos quienes van más allá, tratando de imaginar en qué podrían basarse estas interpretaciones de los registros realizados por este pueblo, o al menos pensando en que, si una sociedad alcanzó avances semejantes como para poder hacer predicciones tan extendidas en el tiempo, también podía haber alcanzado grandes logros en otras prácticas que podrían ser interesantes.

Pero no estamos aquí para juzgar en base a qué deberían entretenerse las personas, o cuánto sentido tuvo haber creído que en diciembre de 2012 el mundo acabaría. Lo que aquí haremos tiene que ver con algunos aspectos interesantes que podemos ver en las pinturas murales de las pirámides de Bonampak, más precisamente con algunas particularidades presentes en ellas: por un lado, la forma en que se realizó y se organizó este retrato, y por otro ciertos aspectos de los sucesos allí retratados, relacionados a la presentación en sociedad de un nuevo heredero.

La celebración

En los muros de los tres cuartos que coronan la pirámide de Bonampak se halla un maravillosa serie de pinturas murales, que rápidamente se identifican como un relato: la presentación del heredero del rey de Bonampak a los señores del mismo centro y los alrededores en diciembre del 790, y otros sucesos posteriores asociados a esto. En el primer cuarto se muestra la presentación del nuevo miembro, seguida por fiestas y un baile solemne que acaban 336 días después. En el segundo cuarto se observa una batalla, con imágenes del castigo a los vencidos por parte de los victoriosos; por último, el tercer cuarto presenta otra danza solemne con sacrificio humano para celebrar el triunfo.

El evento del primer cuarto luce muy animado: en la parte superior del muro principal y los dos laterales vemos a los asistentes conversando entre sí en un numeroso grupo, acompañado del heredero que será presentado y el dignatario que realizará la presentación, y el aparente rey de Bonampak junto con su esposa y otra mujer. Resulta extraño en la obra cómo estos grupos parecieran no ser parte del mismo relato, ubicados en distintos muros, de no ser por la posición en que se encuentra el presentador del heredero, que con la cabeza vuelta hacia atrás aparece como mirando al rey, mientras el heredero mira hacia adelante, observando a los señores que le esperan. En la parte inferior de estos muros descritos, la escena es la de la fiesta que sigue a la presentación solemne, con señores danzando, actores disfrazados con una orquesta a su lado, y una procesión acompañándolos. Por último, en la parte superior del muro en que está ubicada la entrada, podemos observar una escena cuya presencia resulta de lo más curiosa: los bailarines quitándose los atavíos festivos. Pero ¿cómo podemos asegurar que se están quitando los atavíos, y no poniéndoselos? Para dar cierre a la lógica de la continuidad del relato (primero las partes superiores del muro frontal y los laterales, luego sus partes inferiores, y por último, y para finalizar la contemplación y salir del cuarto), el artista dibujó a una persona saliendo de la imagen con uno de los tocados de plumas verdes que visten los señores, mientras mira hacia atrás, separándose así de la escena adyacente, que corresponde a los primeros momentos.

...