Contexto político de Estados Unidos
Enviado por bananeishon • 21 de Agosto de 2016 • Tarea • 2.625 Palabras (11 Páginas) • 323 Visitas
Contexto político de Estados Unidos
Vivimos tiempos tan confusos como convulsos. La crisis estructural del capitalismo en la que estamos inmersos y el nuevo escenario geopolítico rediseñan todas las variables de la ecuación. Durante mucho tiempo la triada del poder mundial conformada por Japón, la Unión Europea y Estados Unidos, bajo el liderazgo de esta última potencia, ha dominado el mundo, diseñando un sistema político y económico que se ha ido expandiendo por todo el planeta mientras construían todo un sistema cultural que permitía el desarrollo de este sistema no requiriera en la mayor parte de los casos del uso de la fuerza sino que se implementaba, salvo contadas excepciones, por medio del consenso.
Estados Unidos comenzó su etapa de hegemonía a partir de la caída del muro y del colapso de la Unión Soviética, eventos que dejaron un mundo unipolar en el que paradójicamente la desaparición de la alternativa que suponía el socialismo real, al mismo tiempo que convertía el imperio norteamericano en potencia hegemónica, daba inicio al fin de la misma pues una buena parte del mundo comenzó a desprenderse de la tutela que ejercían los Estados Unidos ante el “peligro comunista
Hoy en día, con el impacto de la crisis estructural del capitalismo en pleno centro del norte capitalista y con el surgimiento de nuevos actores del tablero geopolítico, podemos afirmar que la nueva triada del poder mundial está conformada por los Estados Unidos, China y Rusia; en dos bloques que sin ser monolíticos si se muestran antagónicos en la mayor parte de los casos. La transición poshegemónica ha parido un mundo multipolar en el que uno de los posibles escenarios hacia los que nos encaminamos es el de varios centros hegemónicos que compiten entre sí en un equilibrio precario.
Estados Unidos es una República Constitucional, Presidencial y Federal (50 Estados y el Distrito de Columbia) con un sistema legislativo bicameral; Senado (100), y Cámara de Representantes (435). El sistema de gobierno es una democracia presidencialista con elecciones presidenciales cada 4 años a las que concurren los partidos Republicano y Demócrata.
La Constitución fue aprobada en 1788 y en 1791 se agregaron 10 enmiendas: la Declaración de Derechos. Este documento garantizó la libertad de culto, de prensa, de palabra, el derecho de los ciudadanos a portar armas, la protección contra cacheos ilegales, el derecho a un juicio justo por un jurado y la protección contra “castigos crueles e inusuales”. Las Posesiones, Estados Asociados y Territorios bajo tutela son: Puerto Rico, Islas Vírgenes Americanas (Caribe), Islas Marianas del Norte, Guam, Samoa americana, Midway, Wake y Johnson (Pacífico).
El Jefe de Estado es el demócrata Barack H. Obama, quien inició su segundo mandato el 21 de enero de 2013. En las elecciones legislativas ¨mid-term¨ de noviembre de 2014, los republicanos ampliaron la mayoría de la que ya disfrutaban en la Cámara Baja (Cámara de Representantes) y lograron la mayoría en el Senado, lo que viene limitando de manera significativa la capacidad de actuación del presidente en el último tramo de su mandato presidencial.
En política exterior por una parte, EEUU ha impulsado un acuerdo nuclear con Irán (Joint Common Plan of Action del UE3+3 con Irán) con el apoyo de los otros cuatro países con asiento permanente en el CSNU y Alemania que está llamado a abrir un estratégico ciclo de cooperación y acercamiento occidental a Irán con probables consecuencias para la paz y la seguridad regionales e internacionales. Por otra parte, gracias a una intermediación del Vaticano, EEUU y Cuba han decidido, en el verano de 2015, restablecer relaciones diplomáticas plenas con el establecimiento de una Comisión Bilateral que, entre otros aspectos, sentará las bases para un posible y progresivo desmantelamiento del embargo norteamericano sobre Cuba (que depende de una decisión del Congreso). En este caso, como en el anterior, se trata de un paso estratégico que condiciona toda la política continental de EEUU y recupera el peso de EEUU en Iberoamérica.
La política exterior se ha ocupado durante buena parte de su Presidencia de los problemas y retos de un mundo lejos de las fronteras de Europa: los nuevos y antiguos desafíos en Oriente Próximo, las luchas de poder en Asia y la desestabilización y amenazas terroristas en África, Pakistán u otros lugares. Hasta 2014, el giro a Asia-Pacífico constituyó una de sus grandes prioridades. Sin embargo la invasión de Ucrania por Rusia y la rápida anexión de la Península de Crimea han marcado una atención renovada por esta parte del mundo y por Europa, que dominaron la atención de EEUU durante el siglo XIX. Factores como una cooperación militar reforzada de la OTAN con mayores despliegues en el continente europeo, el incremento de la cooperación en materia de energía para favorecer la seguridad energética de Europa (Eje Transatlántico de la Energía) o el éxito de las negociaciones del Acuerdo de Libre Comercio EEUU-Europa antes de 2017 (lo que representará el 40% del Producto Interior Bruto mundial y la mayor área de libre comercio de 800 millones de consumidores) determinarán si esa vuelta al tablero europeo es más simbólica que real. Asia sigue recibiendo la atención anunciada al principio del mandato del Presidente Obama, el llamado “Pivote hacia Asia”. Como botón de muestra, el anuncio, en octubre de 2015, por parte de EEUU y Japón, de la conclusión del Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP) con otras 10 naciones, tras cinco años de intensas negociaciones que es fruto del ambicioso esfuerzo liderado por la Administración Obama para unir las economías de esa vasta región. El acuerdo se había convertido en uno de los ejes de la agenda económica del Presidente Obama y tiene el potencial de otorgarle una victoria con sabor a legado al final de su Presidencia. EEUU consigue con el acuerdo del Pacífico un nuevo marco que sirve de contrapeso al auge de la economía polarizada por China en la región. El TPP abarca un conjunto de economías que suponen casi el 40% del PIB mundial, y supone el primer éxito tangible en la estrategia de Obama del «Giro al Pacífico», consistente en centrar la política exterior estadounidense en una región en auge. El objetivo del TPP es la reducción de aranceles comerciales y el establecimiento de nuevas normas comunes entre las 12 economías implicadas, lideradas por EEUU y Japón. Seguido en el tiempo, aconteció una importante visita de estado a Washington del Presidente Xiping de China –país que no participa en el mencionado Acuerdo-. El espíritu de la política exterior de EEUU hacia China se traduce en que es mejor integrar a China en el gobierno mundial que enfrentarse a ella. Desde la administración Obama se repite el mensaje de que las relaciones acentúan las áreas de cooperación y consiguen superar las diferencias. Durante la visita del Presidente chino a EEUU en septiembre de 2015 se expusieron los principales temas de fricción entre ambos países: EEUU lleva tiempo mostrando su preocupación por los ataques informáticos y robos de ciberinformación que se están produciendo, supuestamente, desde China. Tras la visita se acordó compartir información sobre ataques en el ciberespacio entre ambos gobiernos con reuniones de alto nivel y se estableció una suerte de «pacto de no agresión», con normas y reglas para no atacar infraestructuras críticas de ambos países. EEUU ha mostrado su oposición a las reclamaciones chinas en el Mar Meridional de China, su rechazo a la construcción de asentamientos o bases y su negativa a toda actividad que ponga en peligro el equilibrio de la región y la libre navegación por los mares. Sin embargo, no se prevén acuerdos específicos para lograr un entendimiento permanente con China sobre la zona. La enérgica retórica en el Congreso y la campaña electoral en ciernes, añaden actualmente presión para que Obama endurezca su posición respecto a China. Por otra parte, EEUU está consolidando una vasta red de alianzas en Asia del Este tejiendo pacientemente una serie de acuerdos en materia de defensa y seguridad con sus aliados tradicionales (Japón, Corea del Sur, Australia, Filipinas, la India, Tailandia, y otros nuevos como Vietnam) estableciendo un marco alternativo a las aspiraciones de hegemonía china en la región. Con todo, las relaciones con el mundo árabe e islámico siguen siendo el gran reto internacional de EEUU. El Presidente Obama pasará a la Historia por haber logrado no involucrar a EEUU en un nuevo conflicto en la región, por poner fin a dos guerras (Irak y Afganistán) y por impulsar el acuerdo nuclear entre Irán y las cinco grandes potencias sin haber sido rechazado, a la postre, por un Congreso inicialmente hostil a su negociación. En estos ocho años, EEUU también se ha alejado de Oriente Medio gracias a su autosuficiencia energética. Ese acuerdo nuclear supone un auténtico nuevo paradigma geoestratégico, no siempre bien recibido por los principales aliados de EEUU en la región, principalmente Israel y Arabia Saudí. La segunda prioridad en política exterior con que arrancó el segundo mandato del Presidente Obama, el Proceso de Paz en Oriente Medio –reflejada en una histórica visita del Presidente Obama a la región en marzo de 2013-, no corrió la misma suerte a pesar de haber recibido una extraordinaria dedicación por parte del Secretario Kerry, por encargo directo del Presidente Obama. Por lo demás, las relaciones con el mundo árabe han estado condicionadas por los variados procesos de cambios políticos surgidos bajo el impacto traumático de los conflictos civiles en los que algunas revoluciones políticas (Primaveras Árabes) han desembocado, como son los casos de Siria, Túnez y Libia -donde el Embajador y tres funcionarios norteamericanos fueron objeto de atentado terrorista mortal en 2012-. La Administración Obama se enfrenta al desafío del creciente auge del terrorismo yihadista - especialmente del autodenominado Estado Islámico - en Siria e Irak a través de una Coalición Global, vertebrada en cinco ejes de trabajo, en la que participa activamente España.
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