De La Navegacion Costera Ala Ultramarina

De la navegación costera a la ultramarina

¿Cómo fue que cambio la navegación costera a la ultramarina?

Desde muchos siglos antes de que Cristóbal Colon llegara al continente americano se practicó la navegación costera. Esta técnica implica, como su nombre lo indica, que hay una relación constante con la costa, es decir, que no se pierde de vista la línea costera en ningún momento del viaje. Para orientarse, además de los faros y puntos geográficos notables, los marineros utilizaban la información que brindaba las estrellas. Los lugares de salida y puesta del sol ubicaban el este y el oeste y las posiciones de algunas estrellas los orientaban Norte o al sur. En la edad media el comercio europeo limito a rutas que bordeaban las costas, principalmente de mar Mediterráneo. Desde Asia llegaban a Europa algunos productos como la seda y las especias. Su comercio era casi exclusivo de Venecia y Génova, por lo que otros navegantes europeos buscaban nuevas rutas. Durante el siglo XV, exploradores portugueses trataron de llegar a las indias rodeando África. En 1492 Cristóbal colón busco una ruta por occidente, aunque ni llegó a las indias, si no a América, continente que se convirtió en el principal dominio del imperio español, estos osados viajes inauguraron un capitulo nuevo en la historia de la navegación.

LA NAVEGACIÓN COSTERA EN LA ANTIGÜEDAD: GRIEGOS Y FENICIOS.

Como ya sabemos los fenicios y los griegos eran civilizaciones de navegantes asentados en la rivera del mediterráneo, que alcanzaron gran desarrollo cultural y tecnológico en sí. El comercio era su actividad principal, y eso con la necesidad de la exploración y transporte los impulso a navegar por todo el mediterráneo con sus barcos y demás. Los fenicios fueron durante mucho tiempo un pueblo muy desconocido citados únicamente por Homero, Plinio o por algún pasaje bíblico. Sin embargo, este desconocimiento no les impidió convertirse en una potencia mediterránea hacia el 1000 acuesta civilización se originó como la unión de varias tribus situadas en torno a la actual costa de Siria, las cuales tenían lenguas semánticas y se dedicaban a la pesca. A partir de aquí su buena administración del territorio, los pactos con los vecinos o la dificultad geográfica permitió que esta civilización cobrara un mayor peso en la época. Aunque su verdadero origen se ignora, se cree que se mezclaron con los indígenas para formar gran cantidad de puertos a lo largo de la costa como los de Arados, Myrna o Trípoli. Estos decidieron situarlos en cabos para defenderse de los vientos del norte y del sur, y asimismo protegerse de posibles ataques enemigos. Los fenicios se orientaron hacia al mar deliberadamente, y por medio de la navegación de cabotaje (navegación cercana a la costa por la cual el viaje se dirigía de cabo en cabo) pudieron establecer contacto con Egipto, al cual suministraban maderas para sus barcos, aceites, resinas o aromas. La influencia de aquella importante civilización en los fenicios pudo ser determinante. Asimismo, esta navegación de cabotaje les llevó a tocar todos los puntos costeros del Mediterráneo en los cuales creaban una serie de factorías que tenían como actividad más destacada el comercio. Fruto de estos viajes comerciales llegaron a las costas de la Península Ibérica, donde, al igual que en el resto de enclaves, se crearon pequeñas factorías entre las que destacó Gadir (Cádiz), Malaca (Málaga) o Sexi (Almuñécar).También utilizaron un sistema de navegación en alta mar por el cual los navíos se orientaban en torno a la constelación de la Osa Mayor y que generalmente se llevaban a cabo entre los meses de Marzo y Octubre aprovechando unas condiciones más benignas. Sin embargo, este gran proceso de colonización por el cual aportaron el legado de la escritura alfabética o la creación de salinas para conservar el pescado no fue tarea sencilla. Para ello se libraron a lo largo de la historia numerosas batallas por el control de los mares como las Guerras Médicas (499 a.C.-449 a.C.) por las cuales se disputo el dominio naval con los territorios helenísticos y en otras ocasiones contra la piratería. En esta carrera por la navegación cualquier avance era clave. De este modo los fenicios idearon un sistema de navíos de casco ancho y redondeado que permitía una mayor carga de mercancías y mayor rapidez de desplazamientos. Asimismo estos introdujeron en sus navíos de guerra el espolón y el trirreme, que consistía en la mejora de la navegación al añadir una fila de remeros. Por otra parte, al consolidarse la cultura de los griegos, se produjo la primera gran expansión marítima de carácter eminentemente colonial de la historia. También con Grecia llegó la primera utilización del barco como arma decisiva en la guerra, muy especialmente en la batalla de Calamina contra los persas. Con los griegos, el mar, la navegación y los barcos pasaron a ser los protagonistas de su civilización y el motor de su desarrollo. Roma recogió los beneficios de la cultura naval griega y dominó el Mediterráneo de levante a poniente y de este a oeste, configurando una cultura náutica que se mantuvo hasta la Edad Media europea. La base económica de las ciudades griegas se basaba en la agricultura. Debido a la orografía de las tierras griegas, con múltiples valles entre los que es difícil la comunicación natural, las ciudades se vieron obligadas a lanzarse al mar y buscar rutas alternativas que abastecieran de recursos a las ciudades. En un principio, hacerse a la mar fue todo un reto; pocos de los que se aventuraron regresaron para contarlo y, a los que lo hicieron, apenas los creyeron, como se adivina del escepticismo de algunos de los autores que dieron cuenta escrita de estos primeros viajes. No obstante, la experiencia –propia y ajena, fundamentalmente de los intrépidos fenicios, hizo que, ya avanzado el siglo VII a.C., el Mediterráneo fuera un mar bien conocido por los navegantes griegos. A pesar de ello y, como en tantas esferas de la vida cotidiana de las sociedades del mundo antiguo, lo imprevisible de las condiciones de navegación hizo que las expediciones tuvieran una elevada carga religiosa y de superstición. Sin embargo, la navegación griega se caracterizó, sobre todo, por el peso tecnológico y científico que se impuso. En lo que tiene que ver con los materiales de construcción destacó el uso del hierro, que no sólo proporcionó nuevas y más poderosas armas, sino que dio un gran impulso a la agricultura y a la artesanía con resistentes herramientas, y aportó a la construcción naval elementos decisivos para su expansión: el clavo y el hacha. Con el uso de los clavos y pasadores de

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