Diego Portales: ¿Tirano O Padre De La República Chilena?

En 1822, después de consolidarse nuestro país como uno de carácter independiente, surgieron en Chile, los primeros atisbos de la búsqueda un sistema de gobierno apropiado para la época que habría de seguir hasta nuestros días. De este modo, conceptos como república y democracia, se dejaban caer fuerte en el país. Dentro de esta búsqueda, surgieron diferentes posturas e ideologías, las cuales se oponían entre sí. Para el bando conservador de aquel entonces, la democracia representaba una amenaza, ya que al existir libertad y la posibilidad de un comercio flexible, los negocios de los privados se veían perjudicados. Hemos de dar a conocer nuestra postura frente a este período de la historia y más bien frente a este personaje en cuestión.

Diego Portales, empresario a cargo del negocio del estanco se inserta en esta etapa de consolidación independiente, tomando medidas para salvar su empresa sometiendo al país a medidas exageradas de autoritarismo. Pensamos que este personaje, que la historia a proclamado héroe y padre de la república, no es más que un tirano que destruyó todas las tradiciones democráticas que se habían logrado construir. Explicitamos una postura inflexible frente al déspota que impuso un régimen autoritario en el país donde la democracia no existía pues este pensaba que los ciudadanos -que a su juicio carecían de virtudes- sólo debían escuchar y acatar las leyes impuestas por el gobierno.

Cuando hacemos referencia a que las medidas autoritarias fueron exageradas, nos referimos a que para Portales, no existiría un gobierno sólido si no se imponía el miedo, el orden y la represión en la ciudadanía. Tomándose esta atribución desde la base de que los ciudadanos no tenían la capacidad suficiente como para sustentar una idea política.

“A mí las cosas políticas no me interesan, pero como buen ciudadano puedo opinar con toda libertad y aún censurar los actos del Gobierno. La Democracia, que tanto pregonan los ilusos, es un absurdo en los países como los americanos, llenos de vicios y donde los ciudadanos carecen de toda virtud, como es necesario para establecer una verdadera República. […] La República es el sistema que hay que adoptar, pero ¿sabe como yo la entiendo para estos países? Un gobierno fuerte, centralizador, cuyos hombres sean verdaderos modelos de virtud y patriotismo y así encaminar a los ciudadanos por el camino del orden y de las virtudes…” (Carta escrita por Portales enviada a su amigo Cea, fragmento.)

“Su negocio quiebra, y ahí forma –lo que se llama- el grupo de los Estanqueros, que está en contra de quienes están manejando el ejecutivo en ese momento…” (Alfredo Jocelyn-Holt, Historiador)

Si bien este personaje explicita un desinterés por las cuestiones de carácter político, al momento de verse afectado negativamente por la forma de gobierno de la época, hizo todo lo posible por imponer un gobierno completamente centralista, que le prestara las máximas atribuciones a las figuras poderosas (principalmente al presidente y su gabinete) y dejara a la población inmóvil, sin voz ni voto.

Portales evidencia en sus escritos la idea de que Chile, por el hecho de haber estado sometido a una monarquía española durante trecientos años, no estaba preparado para enfrentar un gobierno democrático en cual el pueblo pudiese tomar acciones, pero todos estos dichos han sido usados como una forma de justificación burda para una dictadura que habría de llevar a cabo posteriormente. Se entiende que la inexperiencia política estaba generando un quiebre en la sociedad pero, ¿era realmente necesario adoptar medidas represivas para imponer un orden? No, no lo era, sin embargo esta fue la forma en la que el Sr. Portales decidió impartir sus ideales.

Su manera de gobernar era tajante y estricta, no aceptaba discrepancias ni cuestionamientos a su pensar, y se burlaba de aquellos que buscaban igualdad y la inclusión de la ciudadanía en el gobierno, razón suficiente para pensar que actuaba como un tirano, y un dictador que manipulaba la patria en bien de sus intereses económicos (más que políticos) privados, de manera que su actuar en la política para él no era más que una herramienta que le servía para exprimir la mayor cantidad de beneficios posibles.

“…sólo una estricta economía puede salvarme de la ruina que me amenaza [...] las ocurrencias políticas alejan cada día de la República, la tranquilidad necesaria para contraerse al negocio…” (Carta escrita por portales para Newman, fragmento)

En 1830 fue nombrado como ministro de Interior, de Relaciones Exteriores y de Guerra y Marina, por el presidente José Tomás Ovalle. Como la misma historia lo dice, nuestro ministro, no es más que un comerciante frustrado que -al fracasar su negocio- se vio obligado a incurrir en un papel político en parte protagónico, que no le sentaba bien. Como político desempeñó un papel importante en nuestro país, sin embargo lo que motivó aquel accionar siempre fue el trasfondo monetario que podía tener cada ley comulgada y cada orden dada. Sin dejar de mencionar la manipulación

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