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El Capitolio Nacional Colombiano Construyendo Una Identidad Nacional 1926-1927.


Enviado por   •  1 de Abril de 2013  •  1.373 Palabras (6 Páginas)  •  518 Visitas

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El capitolio nacional colombiano construyendo una identidad nacional

1926-1927.

Por: Natalia Carmona

“Todo gesto y toda idea política son susceptibles de

Engendrar formas construidas.” Germán Téllez

Introducción.

Monumentos arquitectónicos como el teatro de la Ópera de Sídney (Jorn Utzon), el Big Ben en Inglaterra, el palacio de Versalles en Francia se construyeron para seducir impresionar o intimidar a una población por un mandatario poderoso llámese rey, político, o presidente.

Hoy día construimos con fines emocionales y psicológicos, además por razones ideológicas y prácticas . Es posible determinar que el lenguaje arquitectónico no tenga un significado político concreto, pero eso no implica que la arquitectura carezca de potencial para asumir una función política, función que se representa de una forma simbólica del poder.

En el caso colombiano el capitolio nacional tiene como antecedentes más de 78 años solo para su construcción, transformándose, siendo protagonista de las guerras decimonónicas, como “sociedad política independiente” que somos desde 1810, hemos implementado formas de transmitir estas ideologías políticas de una manera que la sociedad del común pueda entenderla. No todos leen y escriben, aún en nuestros días hay un gran porcentaje de gente analfabeta , ahora transporte este porcentaje a esa sociedad política naciente de 1810, la forma más fácil de transmitirlo es hacerla física y simbólica. Es necesario para empezar a construir una nación.

El capitolio nacional, como otros monumentos históricos colombianos, se pensó en las mentes de los grupos dirigentes del país, y más en especial del entonces presidente General Tomas Cipriano de Mosquera como lugar donde reposaran los poderes civiles, de los derechos, de la ley y de la política, mediante la ley de 1846. Pensar un edificio de tal impacto simbólico en una época republicana es difícil de concebir; ¿Qué ingeniero o artista podría tener, los conocimientos, y bases adecuadas para afrontar tal reto? Para una labor impropia de ingenieros y superior a los conocimientos de los constructores locales, había sido necesario importar al adecuado arquitecto: Tomás Reed.

Este arquitecto danés, produjo el primer proyecto para la construcción de tal edificio en 1847. El Capitolio se situaría en la manzana adyacente al Parque Bolívar, en donde el diseño sería una horizontalidad, que dominaría en un volumen horizontal imponente, que estaría abierta hacia la Plaza, y que se comunicaría con una columna abierta. Este proyecto era muy ambicioso para la economía del periodo, como para llevarla a cabo sin interrupciones e interferencias; así que será común encontrarse con periodos de construcción de este edificio.

La primera fase, se ubicaría entre 1847-1851, y se detendría su construcción por las nuevas oleadas de guerras civiles que emergen en el país (la guerra del 1851 y la guerra de 1860); se retomaría nuevamente la labor, es decir, su segunda fase empezaría en 1871, al mando del maestro de obra Francisco Olaya, pero no duraría mucho a causa de la guerra de 1876-77. La tercera fase empezaría con Mario Lombardi en 1879 y terminaría con el ingeniero y arquitecto francés Piero Cantinni en 1885. Empieza la guerra de este mismo año que da nacimiento la Constitución de 1886, es algo curioso el escritor romántico francés Víctor Hugo esta constitución federal como “perfecta, pero para angeles”.

Tomando en cuenta lo anterior, estas fases que se interrumpieron por los movimientos civiles de índole violenta, son importantes recalcarlos, ya que estos refuerzan la expectativa de la finalización, de los resultados, y el pueblo empieza a imaginarse el poder de la nación, el poder de la política, es por este poder que hay guerras y es por este poder que se desea culminar su construcción.

1924.

Es este el año de la culminación de nuestro monumento simbólico: 1924. Desde la última fase en 1885, en la cual le ha crecido maleza y el descuido por parte de las administraciones ha sido latente, se ve la necesidad de finalizar el proyecto simbólico nacional.

Desde 1904 el ministro de hacienda, para este entonces es Carlos Arturo Torres, convoca a un concurso para la culminación de la obra y Eugenio López es ganador con un proyecto de una cúpula central, elemento que no se encontraba en el original de Reed. Para el año 1908 pasa a tomar dirección de la obra Gaston Learge y Mariano Santamaría y la obra continua sin interrupciones largas entre 1924 y 1926 por el arquitecto Alberto Manrique Martín y éste es el momento en que se puede decir que se

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