Europa del Renacimiento
Enviado por popos77 • 25 de Marzo de 2012 • 825 Palabras (4 Páginas) • 895 Visitas
«La mayor cosa después de la creación del mundo, sacando la encarnación y muerte del que lo crió, es el descubrimiento de Indias». Estas expresivas y enérgicas palabras de Francisco López de Gómara, dirigidas en 1522 al emperador Carlos V, pueden dar principio a esta Introducción. En efecto, es conocido de todos el interés que despertó en la Europa del Renacimiento y especialmente en la del siglo XVIII la literatura americanista. El erudito académico de la historia e investigador muy sagaz doctor Gabriel Giraldo Jaramillo, en su interesante estudio sobre la «Presencia de América en el pensamiento europeo», hace ver la influencia del Nuevo Mundo en la transformación de Europa que llegó, según él, hasta el punto de cambiar la mentalidad, orientar las costumbres y modificar las instituciones del Viejo Mundo. Y si fué clara esa influencia en Francia, no lo fue menos en los demás países europeos, gracias sobre todo a los relatos de los cronistas, viajeros y misioneros que se propusieron mostrar a Europa las maravillas de América.
En Italia, las circunstancias fueron especialmente favorables: allí buscaron refugio los millares de jesuitas expulsos de los dominios de José I de Portugal y Carlos III de España. Sin embargo, hay que confesar que no fueron ellos los primeros en despertar el interés por las cosas del Nuevo Mundo. Antes de que llegaran los expulsos a Italia, el erudito conservador de la Biblioteca Ambrosiana de Milán, abate Ludovico Antonio Muratori (1762 - 1750) aunque alejado un tanto de los hechos, escribió su obra II Cristianesimo felice nelle Mlissione de' Padri del Compagnia di Gesú nell Paraguay (1743 - 1749), inspirado en los relatos de los Padres Contucci. Lagomarsini y Orosz; ya se habían divulgado las obras americanistas de la Ilustración: la Historia Natural de Buffon, el Ensayo sobre las costumbres de Voltaire, y claro está, las dos obras centrales de las controversias europeas sobre América: las de Pauw y Raynal. Pero la presencia en Italia de los ex-jesuitas del Brasil y de la América española, va a dar comienzo a una rica literatura americanista, ya que fuera de ellos no puede ofrecer sino un nombre interesante pero secundario, el de Cian Rinaldo Carli con sus Cartas Americanas.
La circunstancia de que fueran tan conocidas las obras de Pauw, Raynal y la Historia de América de Robertson, movió a los antiguos misioneros a vindicar la obra colonizadora de España y Portugal, El Padre Juan de Velasco en su Historia del Reino de Quito advierte expresamente que él no se propone «notar las equivocaciones y errores de algunos escritores modernos, especialmente extranjeros», porque ese trabajo lo han tomado otros: Rinaldi, Clavigero, de Nuix, Molina y otros cuyas obras las verá tarde o temprano la luz pública con gusto. «Confiesan ya los imparciales literatos de Europa que las citadas plumas, continúa el Padre Velasco, convertidas en cañones de grueso calibre, han abatido
...