Extracto “Tres Versos para una historia” Grupo Illapu
Enviado por Cami Lopez • 1 de Diciembre de 2015 • Tarea • 4.947 Palabras (20 Páginas) • 387 Visitas
VILLA GRIMALDI
¿DÓNDE ESTAN? VERDAD Y JUSTICIA
“Para que nadie pierda la memoria porque soy parte de esta historia”
Extracto “Tres Versos para una historia” Grupo Illapu
LA HISTORIA
Situar a Villa Grimaldi para contar su historia o en ese entonces el Cuartel Terranova, como fue bautizado por la Brigada de Inteligencia Metropolitana de la DINA, significa retroceder y tocar la reciente memoria más oscura que Chile recuerde.
Existían numerosos centros para la detención de presuntos contra la Dictadura de Pinochet y por lo menos tres destacan macabramente en Santiago por ser exclusivos y secretos centros de torturas. La condición de lugares "secretos" significaba, por lo general, que no se reconocía oficialmente el paso y/o la detención de las personas recluidas. Repartidos disimuladamente en distintas comunas, se encontraban los centros de operaciones “Yucatán” y “La Venda Sexy” pero Villa Grimaldi destaca por su importancia como Campo de Prueba por su ubicación estratégica e Institucionalización de la DINA, dado que este triste espacio fue designado como Cuartel General.
Llevados y mantenidos vendados, los detenidos que allí estuvieron entre 1973 y 1976 intentaban ubicarse por el zumbido de helicópteros y aviones que escuchaban. Efectivamente, el Cuartel Terranova se ubicaba cerca del Aeródromo Tobalaba, desde donde desplegaban gran parte de los helicópteros del Ejército, dato no menor especialmente cuando conozcamos más adelante el uso sombrío que prestaron estos aparatos.
A dos meses del Golpe Militar, ya cuantiosos lugares habían sido confiscados por los militares, principalmente tomados de personas u organizaciones de centro e izquierda chilena para sus oscuros planes de exterminio. Lo que fue en un principio terreno sagrado y libertador, permaneció como recinto de la DINA hasta fines de 1976. Al disolverse la DINA, paso a manos de la CNI, su sucesor, para fines administrativos hasta 1986. Luego la propiedad fue traspasada en 1987a la familia de Salas Wenzel, el último director de la CNI. Pero antes que el gobierno democrático chileno alcanzara a recuperar la propiedad, los militares demolieron las dependencias de Villa Grimaldi en un intento de borrar cualquier prueba del siniestro pasado pero no pudiendo borrar jamás la memoria de lo que allí ocurrió.
Cuando Santiago comenzaba apenas a serlo, estas tierras fueron destinadas a las tareas agrícolas y ganaderas aprovechando los canales de riego indígenas. Y en medio de estos extensos terrenos comenzaron a formarse pequeños caseríos donde habitaban familias inquilinas o trabajadoras. En algún momento de la historia, estas fincas son adquiridas por los padres del jesuita Alonso de Ovalle y el sacerdote, a su vez, lega los derechos de herencia a la compañía religiosa. Sin embargo, la Orden de las Hermanas Pobres de Santa Clara permanece en el lugar más de 40 años. Al querer reubicarse más hacia el centro, las monjas clarisas les venden el terreno a un comerciante español y a su única hija recién casada. La futura heredera enviuda joven no pudiendo tener descendencia pero en su testamento cede patrimonio a su abogado llamado Juan Egaña, con el compromiso y la orden de crear una casa de oración para realizar misas en favor de su alma. Conforme a los deseos, éste le construye una Capilla y guarda 12 cuadras para realizar un gran proyecto personal de un parque y una casa de descanso para su familia a la que llamaron Quinta de las Delicias. En este mismo lugar, diez años más tarde luego de la Independencia, Don Juan Egaña redacta la primera Constitución Política y Permanente del Estado de Chile (1823) y en exactamente diez años más, su hijo, Mariano Egaña, redacta la tercera en 1833.
Durante el siglo 19, la Quinta se convierte en un lugar de reunión y descanso de importantes personalidades como las del sacerdote y escritor Camilo Henríquez, promotor de la independencia chilena y la libertad social, quien escribía: ”Vosotros no sois esclavos: ninguno puede mandaros contra vuestra voluntad. ¿Recibió alguno patentes del cielo que acrediten que debe mandaros? La naturaleza nos hizo iguales, y solamente en fuerza de un pacto libre, espontánea y voluntariamente celebrado, puede otro hombre ejercer sobre nosotros una autoridad justa, legítima y razonable. Mas no hay memoria de que hubiese habido entre nosotros un pacto semejante”. Otro fue Manuel de Salas, gran partidario de la abolición de la esclavitud destacándose por el establecimiento de un principio jurídico llamado La Libertad de Vientre la cual otorgaba libertad a los hijos de esclavos que nacieran en Chile (la esclavitud era una condición que se heredaba por vientre materno), prohibiéndose además, el ingreso de nuevos esclavos al país. Chile fue el primero, después de Francia, en acabar con la opresión.
A finales de 1870, el diplomático y empresario uruguayo José Arrieta (quien le da el nombre a la avenida que colinda con el recinto), junto a su hijo Luis, compran los terrenos y remodelan la casa y el parque sin la intención de hacerle perder la tradición de centro cultural establecida por Egaña. Los Arrieta, considerados como personas integras, la evolucionaron en un gran centro de artistas y pensadores, donde siguieron recibiendo a muchos intelectuales de paso en Chile, incluso dando asilo a Diego Barros Arana cuando fue perseguido luego de manifestarse contrario al presidente de la época, Don José Manuel Balmaceda. Alrededor de 1935, Luis Arrieta cede parte de sus terrenos para la instalación de un colegio y reparte el resto entre sus 11 hijos. Después de 20 años, la casa principal y cinco hectáreas de parque son puestas a la venta.
En 1964, la propiedad fue adquirida por Emilio Vassallo Rojas, quien renombró al lugar como Villa Grimaldi, por su aspecto de metrópoli italiana, rodeada de cuidados jardines, fuentes de agua en patios embaldosados y esculturas de mármol en las terrazas, donde posteriormente construye una piscina. Luego, Don Emilio convierte el lugar en un restaurante llamado “Paraíso Villa Grimaldi”, siendo escenario de inolvidables fiestas y veladas a las cual concurrían diversas familias, artistas e intelectuales, así como altos personeros de la Unidad Popular, encontrando un espacio de discusión y paz para avanzar en causa de la democracia. Don Emilio se refiere a la propiedad como “Impregnada de historia y de leyenda se alza grácil y severa, la mansión de Villa Grimaldi…”
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