Huesos De Lagartija Gay
Enviado por peroo56 • 8 de Noviembre de 2012 • 429 Palabras (2 Páginas) • 948 Visitas
Huesos de Lagartija
Capítulos X-XIV
En los últimos capítulos Cuetzpalómitl relata cuando regresan los españoles. Los mexicas estaban perdidos, sus aliados se habían unido a sus enemigos, los españoles los dejaban sin agua potable, sin comida y desprotegidos.
En una reunión en un cálmecac, los viejos dicen que no hay que continuar la guerra, que eso se hará porque ellos son los sabios y los que saben que es lo mejor. Acto seguido, Cuahuitlícac protestó, diciendo que por su cobardía eran más débiles, que han visto a los españoles morir, que son humanos y no son invencibles, que sólo tienen miedo a perder. “¡Levántense en armas y no tengan miedo, no debemos escuchar a los cobardes!” Decía…
Se prepararon con sus canoas para vencer a los españoles en el lago, Cuetzpalómitl ya no tenía su colita por matar a ese español y era conductor de una canoa. El día de la batalla los españoles llegaron con unos barcos inmensos, y con sus cañones vencieron rápidamente a los mexicas.
Tiempo después Cuetzpalómitl huyó con su familia en una canoa, en ella había un viejito con su nieta; regresaron en alrededor de 1 año. Cuando llegaron, todo México ya era propiedad de los del viejo continente. Pasaron mucho tiempo como esclavos, le daban 3 o 4 tortillas si hacía bien su trabajo, construyendo la Nueva España.
Se casó con la niña que encontró en la canoa, tuvo 4 hijos pero 3 murieron junto con su esposa en el mismo día.
El hijo que sobrevivió, alcanzó a dar un nieto antes de morir de otra enfermedad. Su padre se murió de la misma extraña enfermedad. Su madre llegó a ser la señora más anciana del barrio y un día se quedó dormida, sin sufrimiento…
Años después se casó de nuevo y tuvo dos hijas, María del Carmen y María Teresa.
Cuahuitlícac tuvo un hijo, Santiago, el cuál vivió siempre con su tío, como si fuera su verdadero padre.
Ahora Cuahuitlícac es un anciano, y espera pacientemente el día en el que se reúna con su padre, su madre y su hermano, allá también lo esperan sus hijos y su primera mujer.
Al final, dice que a pesar de vivir bajo los regímenes españoles, el Sol brilla con la misma intensidad, el ve florecer a los mismos campos y montañas, las tortillas, el frijol, y el chile saben exactamente igual que antes, y que los niños hacen el mismo ruido al jugar. Si seguimos cuidando las plantas y alimentos, y damos ofrendas a los dioses, podremos seguir viviendo, aunque a nuestro alrededor se derrumben imperios y ciudades. A eso hemos venido al mundo…
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