Identidad Latinoamericana: Ensayo De Las Venas Abiertas De América Latina

En su obra “Las venas abiertas de América Latina”, el escritor uruguayo Eduardo Galeano realiza una descripción global de la historia del continente, revelándonos de una forma directa, cruda y honesta su lado oscuro, exponiendo en sus páginas el constante abuso y explotación que ha sufrido por parte de las potencias extranjeras, desde el momento en que fue conquistado hasta la contemporaneidad. De esta forma explica como su destino fue modificado y lapidado por el yugo de los explotadores, quienes relegan a Latinoamérica a nada más ni nada menos que al papel de servidores en pos de su propio beneficio económico y por ende en desmedro del latino, sumiéndonos así en la pobreza y el subdesarrollo; nuestra derrota conllevaba a su prosperidad. Y está perdida fue profunda, porque incluso nos despojó de lo más inherente y propio de una cultura: su identidad.

Ya desde antes de nuestro descubrimiento, nuestro camino estaba definido; no olvidemos que los españoles iniciaron su búsqueda de nuevas rutas marítimas con la idea de conseguir riquezas para su progreso y expansión. De esta forma, aunque casualmente, fuimos encontrados un 12 de Octubre de 1492 por Cristóbal Colón y su tripulación, convirtiéndonos sin siquiera saberlo en territorio de la corona española. Antes de su llegada, recordemos que América Latina solía ser una tierra de cultivo, en la que habitaban grandes tribus indígenas, con una cultura, un estilo de vida, y una manera de adorar a sus dioses. Sin embargo nuestros colonizadores, prestos a saciar su sed de oro, arrasaron no solo con los bienes de nuestras tierras, sino que también con las culturas autóctonas del continente de forma indiscriminada y sin medir consecuencias.

Paulatinamente lograron masacrar y destruir tanto grandes civilizaciones como pequeñas tribus, imponiendo a los derrotados indígenas nuevas estructuras, obligándoles a abandonar sus costumbres y creencias. Fueron despojados de su lengua nativa y forzados a adoptar el español, así mismo pasó con la religión católica que fue reconocida como única. Más aún, gran parte de estos indígenas sobrevivientes pasaron a ser esclavos de los españoles, trabajando las tierras como encomiendas o usados para la explotación de oro en lavaderos y minas, como por ejemplo en las de Potosí en Bolivia o Zacatecas en México; todo con el propósito de beneficiar a la Monarquía española. Finalmente, esta sobre explotación provoco aún más merma en la ya escasa población autóctona.

Esto nos hace pensar, ¿es realmente el día de la raza motivo de celebración para los hispanoamericanos? ¿Fue nuestro descubrimiento y conquista el principio o el fin de una civilización? E incluso, ¿hemos sido conquistados o más bien invadidos?

Conquista o no, de todas maneras perdimos la verdadera esencia del latinoamericano, marcándonos por el resto de nuestros días, pareciéndonos cada vez más a los europeos y poco o nada a los aborígenes de nuestras tierras. No obstante, cabe destacar que gran parte de nuestros antepasados no se rindieron fácilmente. A pesar del cargamento de pólvora que tenían los blancos, hubo hombres fuertes en la resistencia, principalmente los líderes de las

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