Juana Manso
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JUANA MANSO: PEDAGOGIA Y PROYECTO NACIONAL
Rocío Flax
Introducción
Juana Manso nace el 26 de junio de 1819. Su padre José María Manso era un
ingeniero andaluz que había participado de las Batallas por la Revolución de 1810, y
que luego fue colaborador del gobierno unitario de Bernardino Rivadavia en 1826. Su
madre se llamaba Teodora Cuenca, era porteña. El padre impulsó la creación de la
denominada Sociedad de Beneficencia, con el fin de fundar escuelas como las Catalinas,
y la de Montserrat. Manso estudia en esta escuela y completa sus estudios con clases
particulares de música. En el año 1840, debe exiliarse con su familia a Montevideo. Allí
mismo, ya en 1841, Juana Manso crea el Ateneo para Señoritas, donde se educa a las
jóvenes en aritmética, lectura, labores, el cuidado de los modales de las damas,
lecciones de moral, gramática, francés, piano, canto y dibujo. El Ateneo está ubicado en
su propia casa y es una forma de paliar la pobreza en que se encuentra sumida la
familia. En 1842, debido al sitio de Montevideo encabezado por Manuel Oribe, los
Manso tienen que exiliarse nuevamente, esta vez en Brasil. La familia vuelve a
Montevideo debido a los problemas económicos, y entonces Juana Manso es nombrada
directora de una escuela para niñas. En el año 1844 regresa, junto a su familia, a Río de
Janeiro. Entonces, conoce a su futuro marido el violinista portugués Francisco Saá de
Noronha. Juntos viajan a Estados Unidos y Cuba, regresando una vez más a Brasil en
1852. El matrimonio tiene dos hijas: Eulalia y Erminia. Su marido la abandona por una
“condesita muy aficionada a la música y a los músicos”1 -según las palabras de María
Velasco y Arias, primera biógrafa de Manso- y se radica en Portugal. Por esta razón,
Juana Manso decide volver a Buenos Aires en 1853. En 1859 su amigo José Mármol le
presenta a Sarmiento. Este coincide con Manso en la defensa de la educación pública y
mixta, por lo cual cuando Sarmiento crea la Escuela de Ambos Sexos Nº 1 la nombra
directora. En la década del sesenta (1862) escribe la primera versión del Compendio de
1 Citado en Arnoux, Elvira, “Reescrituras o “traslaciones” en la obra de Juana Manso”. En Letterature
d'America, nº 105, 2005.
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la Historia de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Muere en 1875, a los 55 años.
Sus restos fueron trasladados recién en 1915 al Panteón del Magisterio en Chacarita.
Juana Manso y la educación
Una triste experiencia tenemos, de cuanto es importante, derramar la ilustración de las
masas, si hubiese sido ese primer paso después de Mayo 1810, y si se hubiese roto de
lleno con las tradiciones del pasado para emancipar la razón como se habían
emancipado todos los hombres, tal vez que ni tanta sangre habría empapado estas
tierras; ni tantas lágrimas habrían corrido. (Juana Manso, Álbum de Señoritas, Nro. 2, 8
de enero de 1854)
Juana Manso es una ilustrada del Río de la Plata y como tal lucha por la
existencia de una educación popular, es decir una educación para el conjunto de la
población. Dentro de esta concepción ilustrada, la educación forma parte del progreso
nacional y del fortalecimiento de las instituciones republicanas que tendrán como
resultado la constitución de un país civilizado. Manso considera que la enseñanza es una
ciencia y por tanto es necesario formar también a las maestras. Es por está razón que
participa de los “Anales de la Educación común” creados por Sarmiento, donde expone
en reiteradas ocasiones su adhesión al modelo de educación norteamericana.
Propone una relación amistosa entre el alumno y el maestro. Los términos que
utiliza para referirse a esa relación son: respeto, estímulo, voluntad de aprender,
amistad. Por esta razón es necesario erradicar el terror, los castigos físicos así como las
sanciones que despiertan el rencor y despecho de los alumnos, y cambiarlos por un
sistema de recompensas morales. También critica los métodos de enseñanza basados en
clases pasivas y memorísticas, prefiriendo desarrollar en los niños la observación, la
comparación y la reflexión. La siguiente cita de Manso resume las concepciones hasta
aquí esbozadas sobre la educación:
Educar es fortificar el cuerpo desde la más tierna edad según leyes de la salud para que
pueda resistir a las enfermedades; preparar la mente para comprender todas las
relaciones con la sociedad, atraer a una manifestación activa de todas las facultades con
que ha sido dotada para que obre en el conjunto armónico de la acción y adquiera
conocimientos útiles; robustecer la naturaleza moral donde el sentimiento del deber
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reglamente nuestra conducta honorablemente, tanto en la vida privada como en la
pública. Para llenar cumplidamente este objetivo no basta que las maestras tengan
únicamente un buen corazón porque suponer eso, equivaldría a negar que la educación
es una ciencia. (Anales de la Educación Común, Vol. VIII, 29 de diciembre de 1869.)
En cuanto a la educación de las niñas, considera que esta debe impartirse de
forma homogénea en todo el país y por tanto deben eliminarse las materias de lujo (tales
como bordar, cantar, tocar el piano) puesto que eran una perdida de tiempo para las
hijas de pobres. Sin embargo, no por esto deben contar tan solo con una educación
rutinaria sino con una educación amplia que les permita ser mejores hijas, madres y
esposas. La educación debía llevar a la posterior emancipación de la mujer, la cual
tendrá una relación igualitaria con los hombres, en particular dentro del matrimonio.
Introdujo materias tales como trabajo manual y economía doméstica
Con respecto a la burocracia educativa, Juana Manso considera que las escuelas
de primeras letras debían ser mixtas y manejadas por mujeres. Recién a la edad de diez
años, es conveniente que los varones concurran a un establecimiento diferente. La
inspección de las escuelas debe subdividirse, puesto que es “muy inmoral que los
hombres ejerzan los deberes de Inspección en escuelas que manejan señoras y eso tiene
más peligro para la pública decencia que la aproximación de niños de diferentes sexos:
en los adultos hay más que guardar” (Anales de la Educación Común, Vol. IV, nº 41,
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