LA EXPLOTACIÓN ECONOMICA DE LOS IMPERIOS COLONIALES ESPAÑOL Y PORTUGUÉS.
Enviado por Evelyn92 • 19 de Marzo de 2017 • Apuntes • 1.373 Palabras (6 Páginas) • 377 Visitas
CAPITULO 8: KONETZKE. AMERICA LATINA
LA EXPLOTACIÓN ECONOMICA DE LOS IMPERIOS COLONIALES ESPAÑOL Y PORTUGUÉS
- LA POLITICA ECONÓMICA DEL ESTADO
Las fuerzas expansivas, económicas y políticas, que impulsaron a España y Portugal, al descubrimiento y conquista de regiones ultramarinas, determinaron también la conformación del ordenamiento económico en el imperio colonial americano.
Se desarrolló un capitalismo colonial que veía sus posibilidades de beneficio en el oro, la plata, perlas y otros productos preciosos del Nuevo Mundo. Todos los ingresos resultantes del primer viaje de Colón pertenecían a la corona. Los primeros asentamientos españoles en las Antillas surgieron como factorías estatales, administradas por empleados y ayudantes a sueldo. La economía privada debía quedar excluida. Nadie debía adquirir oro u otras mercancías para sí. Pero no era posible conservar este monopolio comercial de la corono. Los españoles que trabajaban duramente en la isla y tenían que luchar contra los indios, se rebelaron con el monopolista de Colón. Los reyes, que tampoco podían sufragar los costos de las nuevas expediciones, tuvieron que dar parte en las colonizaciones a la economía privada. Basándose en la estructura estatal patrimonial de los reinos español y portugués, los monarcas se reservaron determinados privilegios y sacaron fruto financiero de los derechos de propiedad que les correspondía.
Aunque las monarquías española y portuguesa fomentaron mediante algunas medidas el desarrollo económico de las provincias americanas, el interés financiero de la metrópoli fue siempre el elemento preponderante y decisivo. Ello se manifiesta en el monopolio del tráfico marítimo y el comercio por determinados círculos mercantiles. La situación geográfica predestino a la región de Sevilla- Cadiz-Sanlucar como punto de partida de la ruta marítima hacia el Nuevo Mundo. Sevilla era ya un emporio de la circulación monetaria y de la banca y casa comerciales italianas mantenían representaciones en esa ciudad. Era aquí donde se encontraban los créditos para financiar las expediciones ultramarinas. Los Reyes Católicos destinaron a Sevilla como sede de las autoridades que habían de organizar y fiscalizar la navegación y el comercio con América. En la ciudad de Guadalquivir residió allí la Casa de la Contratación. Los Reyes Católicos legalizaron el monopolio de Sevilla. Como la Casa de Contratación debía fiscalizar todas las embarcaciones que hacían la carrera a las Indias, tanto a la ida como al regreso, la capital andaluza fue declarada único puerto admitido para el tráfico marítimo. Pero luego se comprobó la necesidad de ahorrar a las naves de alto bordo la travesía hasta Sevilla, por lo cual un representante de la Casa de Contratación se ocupó de los trámites de esos barcos en la desembocadura del Gualdaquivir, en Sanlúcar. En 1519 se permitió que el puerto de Cádiz se efectuara el flete y descarga de las naves, excepto las que traían oro que debían seguir hasta Sevilla. En 1522 Carlos V dispuso un amplio relajamiento del monopolio sevillano. Permitió que la travesía hacia las Indias se realizara también desde otros puertos como La Coruña, Bayona, Avilés, Bilbao. San Sebastián, Cartagena y Málaga, pero todas las naves al retornar debían tocar en Sevilla.
Al principio hubo rivalidades entre España y Portugal por las rutas marítimas y zonas de descubrimiento, pero luego ambas tuvieron que defenderse de algunos navegantes de la Europa Occidental. Por este motivo monarcas españoles y portugueses aislaron sus posesiones coloniales y de este modo reservar para sí y sus propios súbditos las riquezas. Los habitantes de sus reinos de ultramar solo debían comerciar con la metrópoli, no con el extranjero. No debía desviarse el oro y la plata hacia países extranjeros. El contrabando que comerciantes extranjeros realizaban en ciertos puntos de la costa americana, abrió brechas en ese monopolio nacional. La inmensa extensión de esas costas americanas, la insuficiente vigilancia, la transmisión lenta y dificultosa de las noticias, facilitaba el ingreso de artículos de consumo y la fuga de metales preciosos hacia el extranjero. Las medidas para conservar el monopolio comercial en sus dominios americanos empujaron a España a conflictos diplomáticos y bélicos con otros Estados, como Inglaterra.
En la América lusitana, el Estado intervino menos en la vida económica. En un principio era libre el comercio de los colonos, quienes podían practicarlo incluso con el extranjero. El riesgo que representaban la piratería y la guerra naval para las comunicaciones marítimas con América indujo a España y Portugal a adoptar medidas preventivas que tuvieron repercusiones sobre la economía de sus colonias. En 1543 el gobierno español introdujo el sistema de convoyes para la travesía, tanto la ida como la vuelta. En 1561 Felipe II ordenó que partieran dos flotas por año, una en enero y la otra en agosto.
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