LOS ARTESANOS DE MEDELLÍN EN EL SIGLO XIX

LOS ARTESANOS DE MEDELLÍN EN EL SIGLO XIX
Resumen

Para comenzar a exponer este resumen creo que es necesario recordar  que la concepción del artesano ha variado a través del tiempo. Se pueden encontrar muchas diferencias a través de las épocas sobre esta concepción, pero es pertinente dejar claro que hoy en día la percepción de la gente frente a esta nominación es diferente a lo que era hace más de un siglo. Hoy tal vez el común lo concibe como las personas que realizan aretes, collares u otros objetos decorativos elaborados a mano, pero para el caso de este texto, se concibe  más como quien tenía el conocimiento para realizar o arreglar elementos utilizados en lo cotidiano: es la artesanía, la construcción de lo útil, cotidiano y  bien elaborado.

Aunque es cierto que cuando cambia el pensamiento de la época cambian también las perspectivas y representaciones sociales, podría considerarse que durante todo este tiempo ha prevalecido una concepción del artesano: aquel que conoce bien sus herramientas de trabajo, tiene la capacidad de ser creativo para variar sus objetos dependiendo las condiciones del entorno, entre otras cosas. Para el caso de Medellín, se puede rastrear la concepción del artesano desde el siglo XVIII donde la Corona española, marcada por  el pensamiento de la Ilustración, trata de reconfigurar varios aspectos en el Nuevo Reino de Granada y así poder ir modernizando al pueblo junto a las ideas generadas de acuerdo a la naciente predominancia de la razón. Debido a crisis que atravesaba la Corona para el momento, había disminuido el intercambio, así que se implementó como estrategia aumentar la cantidad de artesanos en la región de Antioquia, además de tecnificarlos en cada una de sus especialidades.

Dentro de esas especialidades reconocidas tanto en el siglo XVIII y en el siglo XIX se podían ver oficios como el del albañil, el carpintero, el herrero, el jornalero, el platero y posteriormente se fueron incorporando arquitectos, pintores, escultores, textileros, zapateros, tallistas,  fundidores, entre otros. Durante la crisis económica, la producción generada por el artesano lograba introducirse en las necesidades de la población.

Se intentó aumentar los conocimientos de estos artesanos, de tecnificarlos y lograr en ellos un mayor manejo de materiales, pero sobre todo, se buscaba que el artesano fuese  un "ciudadano" honorable según los valores culturales, que fuera cauteloso y se acoplara a las diferentes circunstancias. Su honor era necesario para ganar el respeto y reconocimiento de otras capas sociales.

Por lo general muchos de los artesanos existentes durante el tránsito del siglo XVIII y el XIX, eran esclavos mulatos y mestizos, que no se dedicaban específicamente a las tareas del artesano. Entrando al siglo XIX al artesano comenzó a considerársele  como alguien  importante, ya no visto desde la discriminación racial debido al alto aprecio  que se le comenzó a dar a los trabajos manuales, la llegada de artesanos extranjeros cargados  con conocimientos (tanto de otros países como también de ciudades como Bogotá, Cali, Cartagena, Santa fe de Antioquia) y sobre todo el honor y la unión de los artesanos al ámbito político.

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